Aunque por momentos pareció que su resultado iba a ser todo lo contrario, la delegación norteamericana que visitó la Argentina en la primera semana de febrero terminó bajándole el tono a la polémica con Argentina por el freno a una fuerte inversión estadounidense en el sector energético, en el marco de la visita de dos altos funcionarios del Departamento de Estado a Buenos Aires.
«Tal vez hubo un malentendido, pero creo que ahora lo hemos clarificado con satisfacción para ambas partes», afirmó el subsecretario de Asuntos Políticos de Estados Unidos, Nicholas Burns, en el marco de una disertación que brindó en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales en Buenos Aires.
Burns desembarcó en la noche del jueves 8 en la capital argentina junto al secretario adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental, Tomas Shannon, para una visita relámpago de 24 horas.
«Es la tarea de cualquier embajada la de promocionar a sus empresas, pero eso lo hacemos de una manera muy respetuosa y al final el Gobierno toma su decisión y nosotros la respetamos», explicó Burns, tras la polémica generada por la intervención de la embajada de su país a favor del fondo de inversión Eton Park.
El presidente Néstor Kirchner tuvo una dura reacción en la víspera de la visita de los funcionarios de Bush, luego que la prensa reveló que el embajador Earl Wayne había enviado una carta a un miembro del gabinete de ministros exponiendo su preocupación por el bloqueo de la venta de acciones de la empresa de energía Transener al fondo estadounidense.
«En Argentina no vamos a aceptar apuros ni aprietes (presiones) de ninguna naturaleza», había afirmado Kirchner, tras expresar que el suyo «es un gobierno cristalino y va a tomar la decisión que tiene que tomar con toda la soberanía nacional».
La polémica se generó por el deseo del Gobierno de evitar que el 50% de las acciones de Transener, en manos de la compañía brasileña Petrobras, sean compradas por el fondo de inversión Eton Park.
Las autoridades pretenden que los papeles de la empresa de transporte de electricidad y dueña de redes de alta tensión pasen a manos de una sociedad integrada entre la estatal de energía ENARSA y la compañía privada argentina Electroingeniería.
El ministro de Planificación, Julio De Vido, confirmó el viernes a la prensa que el ente regulador del sector eléctrico desaconsejó la venta de TRANSENER a Eton Park, según lo recomendado por la Secretaría de Defensa de la Competencia.
Burns y Shannon mantuvieron una reunión de una hora con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que cerró con un breve saludo del presidente Kirchner a los enviados de Bush.
Tras un encuentro con el canciller Jorge Taiana, ambos funcionarios tenían previsto visitar a De Vido para cerrar su visita a Argentina.
El subsecretario de Asuntos Hemisféricos calificó como «fenomenal» y «muy impresionante» el nivel de crecimiento económico de Argentina, y justificó la intervención del Estado en la economía en tiempos de crisis.
Shannon aseguró además que el hecho de que Argentina y Chile no hayan sido incluidos en la gira que realizará Bush a mediados de marzo en Latinoamérica «no debe ser leída como una exclusión», tras destacar que el presidente de Estados Unidos se ha reunido con Kirchner «por lo menos cuatro veces».
Según el funcionario, la visita que Bush realizará al vecino Uruguay -con quien Argentina mantiene un diferendo bilateral en torno a la construcción de una planta de celulosa- responde a una invitación cursada en su momento por el presidente Tabaré Vázquez y al hecho de que el mandatario estadounidense nunca visitó ese país.
El subsecretario de Asuntos Políticos se reunió además con dirigentes de la comunidad judía local y colocó una ofrenda floral en recuerdo de las víctimas del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos.
Burns y Shannon llevaron a las reuniones con funcionarios del Gobierno argentino el difícil vínculo de su país con Venezuela.
Shannon definió como «malísima» la relación de Estados Unidos con el gobierno de Hugo Chávez, a quién acusó de no haber «dado espacio ni oportunidad al diálogo», pero rechazó que la buena relación que mantienen Argentina y Venezuela pueda opacar el vínculo de Buenos Aires y Washington.
Cómo fue que dijeron no
La Comisión Nacional de la Defensa de la Competencia fue el organismo que rechazó la venta de la principal empresa de transmisión de energía eléctrica y objetó la operación, estimada en unos 54 millones de dólares, a través de un dictamen en el que concluyó que Eton Park «resulta un fondo cuyos accionistas no tienen arraigo en la actividad».
Agregó que los tiempos de inversión del fondo tampoco son compatibles con el sector eléctrico. Transener controla 8.800 kilómetros de líneas de alta tensión. Tanto Petrobrás como Eton Park no se pronunciaron oficialmente
sobre la resolución del organismo público.
Pero a pesar del volumen económico de la polémica, la Casa Rosada señaló que las tensiones que se habían generado por la negativa del gobierno argentino de venderle a una empresa norteamericana acciones de la transportadora de energía Transener quedaron superadas. «Creemos que se dio una explicación genuina, que todos nos entendimos y todo quedó en claro. Logramos formalizar una relación madura con Estados Unidos. Eso quiere decir que hay puntos de acuerdo y de diferencia que conducen al respeto de ambos», manifestó. El jefe de ministros sostuvo que el país mantiene «con Estados Unidos una relación cordial y correcta». Agregó además que «hay muchos inversores americanos que están empezando a ver a la Argentina ya no como beneficiario de un verano económico, sino como un país que ha consolidado un proceso de crecimiento».