Lo que no hizo y lo que no dejó hacer

De la Redacción de ZOOM. El jefe de gobierno porteño en campaña por su reelección se ha transformado en un pastor mediático. Sin embargo, su discurso de diálogo y buenas ondas contrasta con el uso sistemático del veto en el ejercicio del poder, que abortó 71 leyes aprobadas por la Legislatura. La mayoría, apoyada por su propio bloque. El detalle.

El Jefe de Gobierno porteño ostenta el poco feliz record de 71 leyes vetadas en menos de cuatro años de mandato. La mayoría de los casos, fueron proyectos apoyados por su bloque de legisladores, encabezado por Cristian Ritondo.

El veto es una facultad que la Constitución porteña concede al jefe de gobierno. «El mecanismo excepcional del veto», tal como rezan los decretos, se volvió habitual en el PRO, cuya gestión parece no poder llevar a cabo ninguna iniciativa de carácter excepcional.

“¿Cómo puede hablar el ingeniero Macri de calidad institucional cuando sistemáticamente hace abuso o uso indiscriminado del recurso del veto?”, se preguntó el candidato a jefe de Gobierno del FpV, Daniel Filmus, en declaraciones a Tiempo Argentino. Y completó: “la mayoría de las leyes están vinculadas a los Derechos Humanos y sociales, y muchas específicamente a derechos de los usuarios y consumidores”.

Unos de los casos más sugerentes son las leyes 3274 y 3101, que prohibían el uso de sopladoras o elementos de tecnologías similares para limpiar el espacio público. Estas normas fueron votadas y vetadas dos veces por Macri.

A la par de este ejemplo extremo, interesa subrayar el contenido de las normativas vetadas que, como apuntara Filmus, delinea una decidida posición política a la hora de pensar y modelar a la ciudad. Los vetos a la creación del Comité contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, del Registro de ex Presos Políticos, de los Foros de Seguridad (Fosep) y del otorgamiento de un subsidio para la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos son un muestreo del pensamiento que rige los actos del mandatario de la ciudad.

Durante 2011, otro veto que alcanzó repercusión fue el aplicado a la Ley 3738, que proponía que la Mansión Seré – un Centro Clandestino de Detención durante la última dictadura militar- sea un polideportivo y casa de la memoria y la vida. En otro caso, el freno a la Ley 3721 que ponía en marcha un Programa de Inclusión Laboral para Jóvenes en situación de Vulnerabilidad Social dejó a más de 3500 jóvenes de entre 18 y 30 años a la deriva, ya que el “80 por ciento de estas personas no consigue trabajo y el 65 por ciento no terminó sus estudios secundarios”, según explicó Andrés Elisseche, Defensor Adjunto del Pueblo.

En 2010, otra ley vetada que provocó el enojo de amplios sectores fue la 3296, que planteaba la prevención, detección precoz y la rehabilitación del Síndrome de Desgaste Laboral Crónico de los empleados que se desempeñan en los efectores de los subsistemas de salud y el sistema de educación en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ese mismo año, entre otras, paralizó también la Ley 3587 que normaba acerca de las sedes de las quince Comunas.

En 2009, vetó parcialmente la Ley de Planta Transitoria Docente y No Docente del Ministro de Educación (Ley 2994) y mantuvo en condición de contratados a 3000 trabajadores de la educación.

El repaso por las 71 leyes votadas por Macri tiene un primer hito, cargado de fuerte carga simbólica, que de alguna manera ya prefiguraba la gestión del ex presidente de Boca. El 28 de diciembre de 2007, el Día de los Inocentes, a menos de tres semanas de asumir el cargo, Macri vetó la creación de un Laboratorio Estatal de Producción de Medicamentos. En los considerandos de aquella decisión, el jefe de gobierno señaló que “si bien el Poder Ejecutivo comparte el espíritu que motiva un emprendimiento de dicha naturaleza”, entiende “que tal como ha sido sancionado su texto merece observaciones concretas”. La aclaración posterior es lapidaria: “sin perjuicio de que oportunamente se lleven adelante acciones de gobierno que permitan sentar bases sólidas que posibiliten contar en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un Laboratorio Estatal de Producción de Medicamentos”. El adverbio oportunamente quizá oculte algún plazo misterioso, ya que la gestión PRO jamás volvió a impulsar el tema en cuatro años.

Este domingo 31 se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones a jefe de gobierno porteño. Muchos ciudadanos tienen en su memoria todo lo que Macri prometió en la campaña de 2007 y finalmente no hizo, por impericia o falta de capacidad. Será una buena oportunidad para recordar también todo lo que no dejó hacer, que es otro modo de dar forma a un modelo de ciudad.

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