La senadora Cristina Fernández, esposa del presidente argentino, Néstor Kirchner, pidió en Quito una «oportunidad» para el nuevo proyecto histórico que recorre América Latina y que se propone recuperar a la región de la «devastación» causada por el modelo neoliberal. Durante su estadía en Quito, que se extendió por tres días, la congresista fue declarada huésped ilustre. Además se reunió con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa; debatió en la sede de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flasco) con empresarios, y se reunió con líderes indígenas.
La senadora llegó a Quito acompañada por los ministros de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana; de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio De Vido, y de Economía y Producción, Felisa Micelli.
La visita de la delegación argentina se produce en un momento en que el presidente ecuatoriano ha pedido a Buenos Aires que le proporcione detalles sobre el proceso de renegociación de la deuda externa que efectuó en el 2005, ya que tiene el mismo interés.
La conferencia en Flacso: una oportunidad para el nuevo proyecto
Su primera actividad fue brindar una conferencia académica en la sede central de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, donde la recibió su director, Adrián Bonilla.
En su discurso, la senadora resaltó los logros de la administración de Néstor Kirchner. Pero aclaró que su presencia en Quito se limitaba a contar la experiencia argentina. «No vengo con una suerte de receta ni de modelo», aseguró. Pidió una «oportunidad» para el nuevo proyecto histórico que recorre América Latina y que se propone recuperar a la región de la «devastación» causada por el modelo neoliberal.
«Corren nuevos vientos en América Latina, nuevos tiempos; porque los últimos procesos electorales han puesto en evidencia la crisis en la región causada por el sistema neoliberal, de la devastación que éste hizo social, cultural y económicamente», enfatizó Fernández. Dijo, además, que el efecto más visible del neoliberalismo es en «lo económico, en lo social, pero, tal vez, lo más profundo y lo más grave sea en lo moral y cultural».
El neoliberalismo, apuntó la senadora, intentó «hacernos perder la confianza en nuestra propia identidad, en nuestras propias capacidades, en nuestras propias fuerzas».
Según la senadora, en el continente ha resurgido «un sistema de ideas que hace hincapié en nuestra propia cultura, en nuestro propio esfuerzo» y que «merece una oportunidad histórica en América Latina».
Alabó los esfuerzos de gobiernos progresistas como el de Correa y reiteró que en América Latina recorren nuevas ideas de cambio para dejar atrás una etapa neoliberal «devastadora».
Sostuvo que Argentina «al igual que el resto de Latinoamérica tuvo procesos históricos similares con interrupciones de gobiernos de facto». Y comparó el pasado de Ecuador y la Argentina: «Ambos tuvieron un experimento de construcciones intelectuales que no tenían que ver con los intereses de los países y sus pueblos».
También destacó la negociación de la deuda que llevó adelante el Gobierno argentino y afirmó que «quienes invierten saben que asumen riesgos y que quienes compraban deuda argentina participaron de esa verdadera timba financiera». «Cuando en el mundo se colocaba en dinero a un 3 por ciento en la Argentina se colocaba al 20, cualquiera conoce el riesgo que eso siginifica, por lo tanto, quienes asumieron el riesgo participaron de esta timba financiera», señaló.
La senadora resaltó que «una economía» debe «poner el acento en la resonsabilidad social» y reivindicó el «rol del Estado articulador y regulador» en contraposición con el Estado «ausente» de la década de los ’90 y del Estado «empresario de los albores del peronismo».
Tras la disertación recibió un diploma de «Conferenciante distinguido». Mañana, pasado el mediodía hora local, la senadora será recibida por el presidente Rafael Correa, con el que firmará una serie de documentos que vincularán a ambos países
Encuentro con el presidente Correa
La senadora mantuvo un encuentro con el presidente Correa, a quien le expresó el apoyo del gobierno argentino en una reunión privada que mantuvieron en el Palacio Nacional. Además, participó de un almuerzo con el mandatario y funcionarios de ambos países, que ayer firmaron un convenio por el cual el gobierno de Kirchner se comprometió a asesorar al de su par ecuatoriano en la reprogramación de los pagos de la deuda externa.
El «acuerdo marco de cooperación en materia económica, financiera y productiva» es el más importante de trece convenios que firmaron ayer a la tarde ministros de ambos países y que también suscribieron Cristina Kirchner y Correa, como «testigos de honor».
Por su parte, el presidente Correa, en declaraciones difundidas por la emisora Radio Colón, aseguró a la delegación argentina que encabeza la senadora Cristina Fernández de Kirchner, que los ecuatorianos tienen «mucha simpatía» y que se sienten «muy identificados con el gobierno del compañero Néstor Kirchner».
«Ecuador es realmente su casa, porque ya es hora de que tengamos a esa América Latina como decía José Martí: como ‘la Patria Grande'», concluyó Correa al referirse a la visita de la esposa del presidente argentino.