La Universidad no es un negocio

De la Redacción de ZOOM. Con una seria advertencia a los Estados de América latina y el Caribe sobre los peligros que implica aceptar los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y luego estar obligados por ellos y la reafirmación del propósito de actuar para que la Educación en general, y la Educación Superior en particular, no sea considerada como servicio comercial, concluyó la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2008).

La Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe que reunió durante la semana pasada a más de 3500 representantes comunidad académica latinoamericana en Cartagena de Indias, Colombia, sesionó durante tres días y concluyó con un documento de consenso que llevarán a la conferencia mundial que se realizaré en 2009 en París.

El cónclave se realizó a 10 años de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior (1998), a 12 años de la Conferencia Regional de la Habana (1996) y a los 90 años de la Reforma de Córdoba «cuyos principios constituyen hoy orientaciones fundamentales en materia de autonomía universitaria, cogobierno, acceso universal y compromiso con la sociedad«.

La declaración está dividida en siete ejes. El primero es el que declara a la educación superior como “un derecho humano y bien público social, en la medida en que el acceso a ella es un derecho real de todos los ciudadanos”. Declama que “el desplazamiento de lo nacional y regional hacia lo global tiene como consecuencia el fortalecimiento de hegemonía que existen de hecho” y que la injerencia de “proveedores transnacionales” amplía “la exclusión social, fomenta la desigualdad y consolida el subdesarrollo”.

La conferencia se plantea actuar “para que la educación en general y la educación superior en particular no sean consideradas como servicio comercial” y puntualiza que como “bien público social se enfrenta a corrientes que promueven su mercantilización y privatización, así como a la reducción del apoyo del Estado”.

El segundo tema que trata el documento es sobre la “cobertura y los modelos educativos e institucionales”. Los delegados académicos trazan como una tarea imprescindible “generar las estructuras institucionales y las propuestas académicas que garanticen el derecho” a “la cobertura educacional de las próximas décadas”.

Para ello determina necesario “garantizar el acceso y permanencia en condiciones equitativas y con calidad para todos y todas” para “la integración de sectores sociales como los trabajadores, los pobres, la población indígena y afrodescendiente, personas con capacidades diferentes, migrantes, refugiados y otras poblaciones carenciadas”, así como considera indispensable “la universalización de la educación media” y rescata “la experiencia de las universidades populares” como experiencia válida de “saberes adquiridos fuera de los inicios del reformismo”.

Se extiende en la postulación de los “valores sociales y humanos de la educación superior”, en donde distingue que “las instituciones de educación superior deben avanzar en la configuración de una relación más activa con sus contextos”, en la cual “exige impulsar un modelo académico caracterizado por la indagación de los problemas en sus contextos; el trabajo conjunto con las comunidades” que “enriquezca la formación, colabore en detectar problemas para la agenda de investigación y cree espacios de acción conjunta con distintos actores sociales, especialmente los más postergados”. Luego hace hincapié en “la educación científica y humanística y el desarrollo integral sustentable”.

Moción de preocupación entre los asistentes fue “la emigración calificada”. El documento denuncia “la existencia de políticas explícitas por parte de países industrializados para la captación de dicho personal proveniente de los países del sur” y pormenoriza que hacen falta “políticas públicas que atiendan al problema en su complejidad, salvaguardando el patrimonio intelectual, científico, cultural y profesional” regional.

Finalmente, los académicos destacaron como “impostergable” la construcción de un Espacio de Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior (Enlaces), que “debe formar parte de la agenda de los gobiernos y los organismos multilaterales de carácter regional”. La reunión de Cartagena no puede clausurarse sin comprometerse a asegurar esta tarea. «Tenemos la obligación y la responsabilidad de crear un futuro propio” proyectan.

Concluye la declaración con las sentidas palabras de Gabriel García Márquez, “…Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.

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