La situación política de Honduras

En las elecciones del 27 de noviembre de 2005, la fórmula del Partido Liberal, compuesta por José Manuel Zelaya Rosales y Elvin Ernesto Santos Ordóñez, obtuvo un 49,9% de los votos válidos, aventajando así a la del Partido Nacional, compuesta por Porfirio Lobo Sosa y Mario Canahuati, que obtuvo un 46,2%. Los restantes partidos políticos, Unificación Democrática, Democracia Cristiana y Partido Innovación y Unidad, obtuvieron en conjunto menos de un 5% de los votos.

El Congreso Nacional es unicameral y posee 128 bancas, de las cuales el Partido Liberal Gobernante ocupa 62 contra 55 del Partido Nacional, principal fuerza de oposición.

El Presidente José Manuel Zelaya Rosales pertenece al ala más progresista del Partido Liberal, la que tiene una tradición de mayor preocupación por la problemática socio-económica, caracterizada por más de un 70% de la población viviendo por debajo de la línea de pobreza. En ese sentido Zelaya Rosales imprimió desde su asunción en el cargo un vuelco a la política gubernamental hondureña dando prioridad a acciones destinadas a combatir la pobreza, a generar una reactivación económica con fuerte impulso a la generación de empleo y una serie de medidas en materia de transparencia y novedosos instrumentos de participación ciudadana en el seguimiento de la gestión pública.

El principal desafío que ha debido enfrentar la actual administración es mantener el crecimiento económico en un contexto internacional caracterizado por los altos precios del petróleo. En ese sentido, y por ser Honduras un país netamente importador de hidrocarburos, la administración tomó la medida de llamar a licitación internacional para la compra de combustibles y dio fuerte impulso a la generación de energía mediante fuentes alternativas (biodiesel, hidroeléctrica, etc.). La primera de estas medidas acarreó la oposición de las multinacionales Esso, Shell y Texaco, que siempre controlaron la importación, distribución y venta de los derivados del petróleo en este país, así como también cuestionamientos por parte del sector empresario y del gobierno estadounidense.

Otros temas de relevancia en la agenda gubernamental en su primer año y medio de gobierno han sido la adopción de medidas propiciadoras de una reactivación y crecimiento económico de alrededor de un 5% y la ejecución de proyectos en el marco de la “Estrategia de Reducción de la Pobreza”; la instrucción a las Fuerzas Armadas de actuar en el control de los bosques, diezmados por una masiva tala ilegal y la superación de conflictos preexistentes con varios gremios estatales, entre ellos el docente y el médico, por reclamos salariales.

Las intrigas del partido gobernante

José Manuel Zelaya Rosales llegó a la candidatura presidencial, y después a la presidencia, como segunda opción del king-maker de su Partido Liberal, el ex Presidente Carlos Roberto Flores Facussé, ante la evidencia de que la precandidata de su preferencia (la neoliberal Gabriela Núñez de Reyes) no lograba adhesión popular. Zelaya no contó nunca con la confianza del sector conservador del Partido Liberal y se recostó en el grupo interno llamado “Poder Ciudadano”, acusado de izquierdista por aquél.

Las medidas adoptadas por Zelaya, comentadas más arriba, llevaron a la alianza de hecho entre el sector conservador del Partido Liberal, encabezado por el ex Presidente Flores, y el Partido Nacionalista, la que se evidencia en la campaña desestabilizadora que los matutinos “La Tribuna” (propiedad de la familia de Flores) y “El Heraldo” (propiedad de la familia del ex candidato a vicepresidente nacionalista y actual precandidato presidencial, Mario Canahuati) llevan adelante desde comienzos de 2007.

El motivo de dicha campaña es el temor, sincero o pretextado, de que Zelaya, con sus “actitudes populistas” pueda convertirse en un seguidor de Hugo Chávez o de Rafael Correa.

En diciembre de 2007 la Corte Suprema de Justicia, en un fallo de claro orden político, dictaminó la inconstitucionalidad del artículo 240 de la Constitución de Honduras, que prohibía que el Presidente del Congreso Nacional y el de la Corte Suprema de Justicia se postularan a la Presidencia para el período siguiente a aquél para el cual fueran elegidos. De esta forma se allanó el camino a la precandidatura, por el Partido Liberal del Presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti Baín, protegido del ex Presidente Flores. Micheletti no goza de gran popularidad, aun dentro de su propio partido, por lo que su postulación pareció obedecer a un acuerdo entre la facción conservadora del Partido Liberal y los nacionalistas para que en las elecciones de noviembre de 2009 gane el candidato de los últimos, poniendo así fin al “experimento socialista” del Presidente Zelaya, sin que se pueda tildar a Flores de traidor a su partido.

Debe señalarse que el socialismo de Zelaya solo existe en la afiebrada imaginación de los conservadores locales.

En tales circunstancias surgió la precandidatura del Vicepresidente, Elvin Ernesto Santos Ordóñez, de muy dudosa viabilidad constitucional. Este lanzamiento dividió a la facción de derecha del Partido Liberal, lo que fue aprovechado por el Presidente Zelaya para reconciliarse con Micheletti, alejándolo de la órbita de Carlos Roberto Flores.

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