La pesada herencia Stronista en el coloradismo

La ANR ha sido el partido de dominio militar que llevó adelante el Operativo Cóndor, sostenido por la dictadura de Alfredo Stroessner. La trilogía Partido Colorado-Gobierno-FFAA fue inalterable durante los 35 años de la dictadura militar stronista. Si bien Alfredo Stroessner cayó en febrero de 1989, las FFAA y su estructura, siguieron respondiendo al partido de gobierno (Colorado) y muchos de sus miembros seguían perteneciendo a las filas de la Asociación Nacional Republicana (ANR). La propia transición fue tutelada por los uniformados.

Después de más de sesenta años, Lugo es el primer presidente paraguayo civil no afiliado al Partido Colorado. Como muestra de que la coloradización de las FFAA continuaba en práctica, a mediados de los años 1990, cuando el Parlamento sancionó una ley que cancelaba todas las afiliaciones de los cuadros castrenses, cerca de mil jefes y oficiales, apoyados por la ANR, promovieron una acción de inconstitucionalidad contra dicha ley. Los intentos golpistas del general Lino Oviedo (afiliado en ese entonces al coloradismo) de 1996 y 2000 demostraron que había resabios importantes del autoritarismo y militarismo que tiñeron la historia reciente del país.

Según el politólogo paraguayo, Diego Abente Brun, “el Partido Colorado, reorganizado y distribuido en 240 secciones, cumplió con la doble función de cooptación y de control político. Fue el agente principal de reclutamiento de las burocracias estatales, a las que se les prohibió constitucionalmente los paros y las huelgas.”

“Si bien los recursos provenían del Estado, la presencia del partido oficial en los espacios territoriales aseguraron la ayuda social a la población”, destaca Brun en la Revista Paraguaya de Sociología del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos.

En crisis, aunque disputando poder

La crisis de dirección de los partidos tradicionales, y el Partido Colorado en particular (después de resquebrajarse la “unidad granítica” con la división entre “tradicionalistas” y “militantes”, ya al final de la dictadura de Alfredo Stroessner, sumada al debilitamiento de su base social basado en el prebendarismo), posibilitó, en gran parte, que Fernando Lugo llegara a la Presidencia paraguaya en abril de 2008, a través de la Alianza Patriótica para el Cambio.

La ANR, alejada del poder gubernamental para mantener costosos mantenimientos del aparato partidario y las campañas electorales, encontró en el “dadivoso” empresario Horacio Cartes el principal financista del partido en su etapa opositora. En escasos meses lleva invertido alrededor de 10 millones de dólares en ello, según informaciones extraoficiales de propios adherentes a su movimiento.

Los últimos hechos de denuncias públicas que se realizan en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) respecto a la contratación de empleados en algunas entidades del Estado –como cupo de los partidos políticos con representación parlamentaria para sostener su clientela electoral–, salpican en gran medida al partido Colorado.

En ese sentido, el denominado “planillero” (ñoqui) es una forma de sustraer fondos públicos y muchos de los responsables son referentes importantes de la ANR, pues la cantidad de fondos que se le asigna cada año en el Presupuesto a la Justicia Electoral se está utilizando para mantener operadores políticos sin que estos trabajen en la función pública.

Por ahora la incursión política permite a Cartes ser un outsider ganador y sumar al “exitoso empresario” como marketing de campaña. En ese sentido, hasta el inquebrantable partido Unión Nacional de Ciudadanos Ético (UNACE), un desprendimiento del Partido Colorado dirigido autocráticamente por el general (SR) golpista Lino Oviedo, empieza a sentir la arremetida del poder económico de Cartes. Dos de sus diputados nacionales conformaron un nuevo bloque en la Cámara de Diputados y no descartan que se sumen al proyecto “Cartes 2013”.

Para Tomás Palau, sociólogo e investigador de la no gubernamental Base Investigaciones Sociales, “la emergencia de un actor político extra partidario como Horacio Cartes, dentro de las filas de la ANR, demuestra la decadencia institucional de esta agrupación partidaria.”

La sospecha sobre Cartes

“En Paraguay nos mantenemos frente a un Estado rentista manejado por una elite que se ha enriquecido a través de los recursos públicos como Itaipú y Yacyretá, donde cada vez más se desnaturaliza la política en medio de una pobreza estructural. El voto informado es escaso; se sigue votando por el pañuelo o por el color, donde no importa quién sea el candidato, ni el origen de su fortuna”, afirma Tomás Palau.

Por su parte, la analista Milda Rivarola señala que Cartes “es un outsider que viene después de unos años a barrer de golpe y plumazo con toda la vieja dirigencia colorada de la transición”, al tiempo de afirmar que “el origen de su fortuna no está claro y hay bastantes suposiciones acerca de cómo se formó”.

El “exitoso empresario” lleva encima un pasado sospechoso. Un precedente de la justicia paraguaya lo vincula con el narcotráfico y el lavado de dinero. Se menciona que su padre, Ramón Telmo Cartes, quien trabajó como piloto del ex presidente Andrés Rodríguez, estuvo involucrado en el negocio del lavado de dinero como fruto del narcotráfico, y que esto sería la fuente de la explosión económica de la familia.

Cartes es conocido en la Argentina por la compra que realiza, a través de Paraguay Soccer, de jugadores de River para su equipo Libertad, de Asunción.

En julio de 2009, el diario Clarín se hizo eco del informe elaborado por el titular de la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando, Mariano Borinsky, donde vincula a la Tabacalera del Este (Tabesa), propiedad de Horacio Manuel Cartes, con el contrabando de cigarrillos de la marca Rodeo, perjudicando al fisco argentino a recaudar 270 millones de pesos durante 2008. En el relatorio de la Comisión Parlamentaria de Investigación de la Cámara de Diputados del Brasil también vincula a la empresa TABESA (Tabacalera del Este SA) como una de las empresas que introduce cigarrillos paraguayos de contrabando al Brasil.

Asimismo, en el año 2000, la Secretaría Nacional Antidrogas halló en la estancia Nueva Esperanza, propiedad de Cartes, en el distrito de Capitán Bado, una aeronave con matrícula brasileña que aterrizó de emergencia y que contenía 20 kilos de cocaína y 343 kilos de marihuana.
Estas son algunas acusaciones que tendrá que esclarecer Cartes para limpiar su nombre en la carrera presidencial, pese a que en las oportunidades que se le cuestionó eso, informó que ya se encontraba sobreseído por la justicia de toda causa.

Apenas conocida la victoria de la candidata de Cartes en la interna colorada del domingo, el senador Liberal, Luis Alberto Wagner afirmó que “si Horacio Cartes llegase a la presidencia, los narcotraficantes y otros ilegales serán beneficiados.” Además, la reconocida dirigente colorada María del Rosario Riveros, que apoyó la agrupación de Castiglione durante las internas, reveló que “la plata de la mafia definió los resultados de las internas coloradas. En forma inmisericorde se tiró dinero sucio en el proceso electoral; y eso ofendió a los verdaderos colorados que decidieron quedarse en sus casas”.

COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Recibí nuestras novedades

Puede darse de baja en cualquier momento. Al registrarse, acepta nuestros Términos de servicio y Política de privacidad.

Últimos artículos

Tucumán: “Durante días los militares se dedicaron a tapiar las villas de la ciudad y a cazar mendigos. Los subieron en un camión militar y los arrojaron en los descampados de Catamarca. La abismal desolación de esos parajes da cuenta de la crueldad de la limpieza.” Por Carlos Zeta
“Con otros instrumentos, los mismos resultados”. La pasión del eterno retorno de hundir una y otra vez a un país entero. Por Raúl Dellatorre
Santa Fe no debería endeudarse para hacer obras críticas en infraestructura de exportaciones si existiera la coparticipación de retenciones al complejo oleaginoso, que estuvo vigente desde 2009 hasta la vuelta del FMI. Por Gustavo Castro.