El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, viajará junto con la primera dama Laura, a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, entre el 8 y 14 de marzo. ¿Por qué ahora y a que viene Bush a América Latina?
El anuncio fue recibido con cierta sorpresa, ya que la región no es, ni ha sido una prioridad durante los seis años de su gobierno. El jefe de la diplomacia estadounidense para la región, Tom Shannon, que defendió la gira de Bush ante la comisión internacional bicameral del Congreso de los EE.UU, dijo que la agenda oficial hacia América Latina, estará centrada en la promoción de la democracia y el libre comercio.
Según el diagnóstico que Shannon presentó a los congresistas, «instituciones débiles en varios países, y la dificultad política de efectuar los cambios microeconómicos y nacionales necesarios para extender los beneficios de la democracia y el libre mercado a toda la gente, generaron impaciencia y frustraciones.
También crearon una oportunidad para el surgimiento de una visión competidora (de la estadounidense) sobre el desarrollo de las Américas», dijo Shannon en velada referencia a gobiernos como el venezolano de Hugo Chávez, el ecuatoriano de Rafael Correa, o el Boliviano de Evo Morales, críticos del modelo de libre mercado que promueve Washington. Shannon dijo que Bush buscará en su gira «conectarse otra vez con los líderes y los pueblos de la región para escuchar las preocupaciones que tienen (…) y buscar una manera de mostrar que la relación entre Estados Unidos y la región es una relación positiva» concluyó.
Por su parte los legisladores demócratas y republicanos cuestionaron la política de la Casa Blanca hacia una región en la que consideran que Washington ha perdido influencia. El presidente de la subcomisión, el demócrata Eliot Engel, expresó su preocupación por la política oficial hacia la región en el texto de una carta que leyó, dirigida al presidente Bush con motivo de su viaje. «Aunque la ayuda externa por sí sola no es la respuesta a los problemas de la región, estamos preocupados por las reducciones en asistencia a las Américas en su presupuesto 2008«, dijo en relación a una proyectada disminución de la ayuda militar y antidrogas a algunos países, como Bolivia y Ecuador.
«Creemos que estas reducciones en la ayuda envían un mensaje equivocado a nuestros amigos en el continente«, añadió Engel El legislador, como otros de sus colegas demócratas y republicanos, manifestó preocupación por Venezuela, país que mantiene frecuentes roces con Washington desde que Chávez asumió el poder.
El itinerario
Bush comenzará su gira en Sao Paulo (Brasil), donde se reunirá con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para hablar del comercio y de fuentes alternativas de energía, como el etanol.
A continuación, el presidente estadounidense viajará a Montevideo para dialogar con su homólogo uruguayo, Tabaré Vázquez.
La tercera parada será Colombia, donde el mandatario conversará con el presidente Álvaro Uribe sobre la lucha contra el narcoterrorismo y la continuidad del Plan Colombia. De camino a México, Bush pasará por Guatemala.
Allí, el mandatario quiere fortalecer las relaciones bilaterales y conocer «la rica diversidad cultural de esta nación centroamericana», según el comunicado de la Casa Blanca.
La última parada del mandatario será México, donde Bush será recibido por el presidente, Felipe Calderón, quién asumió el poder el primero de diciembre del año pasado.
Según la Casa Blanca, esta visita busca «destacar nuestra fuerte relación con México y demostrar nuestro apoyo a los esfuerzos de Calderón para atajar la pobreza y la desigualdad económica».
Pero además, por parte de México, el tema de inmigración y la construcción del muro en la frontera será una prioridad, cómo le explicó el diputado mexicano Cuauhtémoc Sandoval Ramírez, quién está en Washington junto con una delegación que vino a dialogar con congresistas estadounidenses. «El presidente Bush tiene que pasar de las palabras a los hechos y se ha comprometido a avanzar en el tema. Ojalá que logre convencer a algunos legisladores de su partido», concluyó el diputado mexicano.
Bush ha prometido, desde que llegó al poder hace cinco años, una reforma migratoria. Ahora, el mandatario estadounidense, a pesar de la oposición de su propio partido, sigue insistiendo en la necesidad de llevarla a cabo.
Esta reforma, al parecer, se centrará no sólo en el refuerzo de la frontera, sino también en encontrar una solución para los 12 millones de indocumentados que viven en este país y cuya mayoría es de origen mexicano.
Ahora quizá pueda lograrlo porque el Congreso está en manos de la oposición demócrata.
¿Por qué no viene a la argentina?
El vocero presidencial Tony Snow no explicó la razón por la que Bush no va a Argentina, pero los analistas recalcan el hecho como una señal que quiere dar Washington al presidente argentino, Néstor Kirchner.
«No sé cuál es la verdadera motivación, pero no es un secreto que el gobierno de Kirchner rechazó el neoliberalismo que aboga Bush y ha obtenido muy buenos resultados«, señaló Mark Weistbrot, co-director del Centro de Investigación de Economía y Política de Washington. El especialista en dialogo con la prensa internacional recuerdó que Bush ya estuvo en Argentina durante la Cumbre de las Américas en Mar del Plata en noviembre del 2005, donde el recibimiento de la población fue de rechazo. «Bush no es muy popular en Argentina«, señaló.
¿Por qué ahora?
Pese a todos estos temas, lo que más llama la atención de la gira de Bush es el viaje en sí mismo, ya que no es un secreto que América Latina no ha sido una prioridad para este gobierno. «Tiene que haber un cambio radical en la política de Bush con América Latina y no tratarnos como el patio trasero. Si sigue con políticas de agresión como el muro, pues va a encontrar mucho rechazo. Necesita haber un diálogo«, dijo el diputado mexicano Cuauhtémoc Sandoval Ramírez.
Pero las críticas vienen también desde EEUU. «No es un secreto que Bush ha ignorado a la región y no sé qué va a hacer ahora en este viaje. A mí me parece que son como sus vacaciones en momentos que todo le va mal«, señaló la congresista demócrata Hilda L. Solís.
Otros opinan que no es mala idea que Bush decida prestar un poco de atención a la región, aunque no crean que haya cambios concretos tras la gira. «Ha sido muy criticado por ignorar a Latinoamérica y las relaciones se han deteriorado a un nivel que no veíamos en los últimos 15 años. Quizá piensa que es hora de hacer algo«, señaló Mark Weistbrot.
Mientras que Sidney Weintraub, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) dijo que quizás el mandatario está tratando con este viaje de «revertir su impopularidad en su vecindario«.
La pregunta es si el viaje realmente logrará algún cambio de percepción en la región. Es fácil notar que ninguno de los países que visita tiene gobiernos «pro-chavistas» (por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que se opone a Washington).
En el comunicado de la Casa Blanca sobre el viaje, no aparece la palabra Chávez, pero es evidente que será un tema inevitable para el mandatario estadounidense. Tan inevitable como las marchas de repudio que ya se han comenzado a organizar en todos los lugares en que arribará, desde el momento mismo en que se anunció oficialmente del viaje de tan distanciado personaje.