La fuerza de la palabra

El escándalo de la pobreza: Gracias Eduardo, qué compromiso en cada una de tus palabras. La iglesia de los pobres: concepto que me llevó a tener que quemar, como la inquisición, muchos libros en mi juventud y tener que esconder otros que lucen hoy en mi biblioteca como tesoros de ideales, de compromiso; libros hoy que son la base de tu pensamiento comprometido. Soy docente y directora de una escuela donde hay violencia y jóvenes (de clase media que sufrieron los embates de la economía y ya no son media) y muchos que comen con vergüenza la merienda que el Estado les da. Te digo con vergüenza porque es propio del adolescente no mostrar, por lo menos en esta escuela, que tienen hambre. Cuánto me gustaria conectarme por mail con vos, necesito tu fuerza, tener tus palabras en mi boca, tener la fuerza que perdí o me hicieron perder, despues de años de enseñar catecismo en villas… ¿me entendés? No dejé de creer en la lucha de un Jesús liberador, pero sí perdí, y ahí lo valioso de tu artículo, en la crítica a las cúpulas de la iglesia y por ende dejé de ir a la iglesia. Mi cansancio y ver a muchos comprometidos con la iglesia de la liberacion desaparecidos.

Ana Risso

Autor

COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Recibí nuestras novedades

Puede darse de baja en cualquier momento. Al registrarse, acepta nuestros Términos de servicio y Política de privacidad.

Últimos artículos

La misericordia de Francisco con Milei –el político, hoy presidente electo, que más lo insultó— abre un nuevo escenario. Cómo son los primeros movimientos de los llamados obispos en el gobierno que está por nacer. Por Lucas Schaerer
¿Cómo estabilizará Milei el país? Leandro Mora Alfonsín analiza las posibilidades del futuro próximo, y repasa las distintas estabilizaciones que se aplicaron hasta ahora en las múltiples crisis argentinas de los últimos veinte años. Por María Pilar Fregona.
Políticas de Estado. Diversidad del universo agrario. La pesadilla de los expulsados de sus territorios y el devenir de la lucha campesina y originaria. Por Eduardo Silveyra.