Lamento mucho que su eminencia el cardenal Oscar Andrés Rodríguez no nos haya apoyado a los pobres, sino a los burgueses. Es parte de la bota opresora que nos pisa cada día, vergonzoso e inaceptable. Siento mucho reconocer que el espíritu santo no se equivocó cuando se eligió a Benedicto XVI, nos mató la fe su reverendisima eminencia.