“La de Randazzo fue una propuesta divisionista”

Jorge Taiana habla sobre octubre y dice que frenar a Cambiemos es la única prioridad opositora. “Si alguien se enojó a tiempo con CFK fui yo, así que no me vengan a hablar de eso”.
Foto: Georgina García | Zoom

Si toda ingeniería electoral es un rompecabezas cuyas piezas apuntan a diferentes objetivos, en el armado bonaerense de Unidad Ciudadana la presencia de Jorge Taiana pareció responder a la necesidad de seducir a aquellos que le demandaban apertura y cierta autocrítica al kirchnerismo, así como también al requerimiento por componer una sombra de unidad que el tenso e imposible equilibrio con Florencio Randazzo fue incapaz de lograr. Ex canciller de Néstor y Cristina Kirchner, excomulgado en 2010 a instancias de un núcleo duro que comenzaba a alimentar una política sostenida en el juego de leales y traidores, e integrante del Movimiento Evita, el mismo espacio que decidió acompañar la actual candidatura de Randazzo, Taiana es una mirada privilegiada para observar el particular proceso que el peronismo bonaerense atraviesa en este año electoral. En diálogo con Zoom, afirma que no fue un error negarle la interna a Randazzo y que él, como integrante del Movimiento Evita, se proclamó por la unidad el año pasado “y he seguido consecuente con esa política”. Dice que al espacio opositor hoy “le guste a quien le guste, lo conduce Cristina Fernández” y que la única prioridad es vencer a Cambiemos en octubre y no discutir la relación con la ex presidenta. “Yo me fui del gobierno en 2010. Si alguien se enojó a tiempo con Cristina fui yo, así que no me vengan a hablar de eso”. También se da un tiempo para abandonar el Goliat electoral bonaerense y hablar de las elecciones celebradas la semana pasada en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, donde triunfó la lista encabezada por la directora del Instituto Gino Germani, Carolina Mera, por sobre la boleta del actual decano Glenn Postolski –sostenido entre otros por La Cámpora–, en medio de acusaciones cruzadas de alianzas con el sector radical y acuerdos con el gobierno nacional. “Carolina tiene 30 años de lucha y de compromiso. No sé si tienen esos antecedentes tan firmes del otro lado”, dice Taiana, que también habla de los dichos recientes de Miguel Ángel Pichetto respecto del futuro de CFK en la Cámara de Senadores y habla de cómo será la estrategia de Unidad Ciudadana para la campaña que relanzó oficialmente ayer en Florencio Varela.

 

¿Va a haber diferencias entre esta nueva campaña y la que encararon para las PASO?

Sí, son dos etapas distintas. La campaña en las PASO estuvo marcada, básicamente, por buscar una comunicación más horizontal entre la dirigencia y el ciudadano bonaerense. En ese sentido estuvo centrada en escuchar, y no en escuchar a cualquiera, digamos, sino sobre todo a representantes de los distintos sectores afectados por este proyecto político, económico y social. Los sectores de la economía popular, que son los más vulnerables y los que más sufrieron porque se quedaron sin changa debido a que el trabajador formal y el sector medio también sufren. Sufren por la pérdida del puesto de trabajo, por la caída de su ingreso real, de su capacidad de compra, de algunas cuestiones dentro del mismo trabajo como bonificaciones, premios, horas extras, etcétera, y por el temor a perder el trabajo. Lo mismo pasa con el comercio que cae porque cae la demanda o con los pequeños y medianos empresarios. Y después, por supuesto, también otros sectores afectados como estudiantes o científicos. La idea fue ir a esos sectores, ver qué expresaban, escucharlos y, al mismo tiempo que los escuchábamos, visibilizar sus problemas. Eso fue lo central de la primera parte. Fue más bien «bajemos y escuchemos», para resumirlo en un par de palabras.

 

¿Y ahora?

En esta segunda etapa eso va a estar presente también, pero me parece que va a estar más en la línea de lo que Cristina planteó en Atenas, cuando demoradamente pudimos festejar nuestro triunfo, y que es lo que llamó «campaña ciudadana». Y una campaña ciudadana se caracteriza por distintos aspectos. Es ciudadana porque busca más participación de la gente, de los ciudadanos. ¿Qué quiere decir esto? Que va a haber más actos. Pero no solo va a haber actos grandes, va a haber actos chicos, medianos, o sea, la idea ya no es solo ir a un lugar y escuchar, sino juntar a todos, por supuesto a los militantes, pero también a los simpatizantes, a los adherentes, al hombre y mujer común.

 

¿Sería como un regreso al viejo estilo de campaña kirchnerista?
Foto: Georgina García | Zoom

En parte sí, va a ser una campaña que busque más movilización. Porque queremos que un sector importante participe de la campaña. Queremos mostrar esa ciudadanía y hacerla participar de la campaña. Porque buscamos una democracia, no solo que escuche más, sino que también sea más participativa, que la gente tenga más lugar.

 

Pero esa ciudadanía no se auto moviliza sino es a través de la instancia organizativa.

No, claro, pero también hay que ir a buscarla y hay que ir a los lugares.

 

¿Y quiénes los van a buscar?

Y, eso lo tiene que hacer obviamente, en primer lugar, los candidatos, pero en segundo lugar las estructuras. Por eso estamos trabajando mucho más con el movimiento obrero organizado. El jueves me reuní con 25 gremios en San Martín, en la sede de los Bancarios. Lo mismo hicimos en otros lados. Estamos buscando una mayor participación de los cuerpos orgánicos, en el caso de las centrales obreras, que es donde hay, además, un fenómeno interesante que se está dando de abajo hacia arriba, que es una movilización y un interés importante en participar. De hecho en muchas localidades no solo Unidad Ciudadana tiene tres representantes conocidos del movimiento obrero en su lista, sino que además en casi todos lados hay participación de dirigentes sindicales. Hay un movimiento, que yo diría que hace muchos años que no veíamos, y que pone fin, creo yo, a esa especie de separación o mayor distancia entre el movimiento obrero y la dirigencia política y su estructura de despliegue territorial. Ahora lo que hay es una búsqueda de juntar eso. Cuando digo actos digo actos de todo tipo, en las fábricas, en los locales, en el territorio, con empresarios. Cuando decimos campaña ciudadana se dice también una campaña más participativa. Que no van a ser solo actos, sino volver un poco a lo que fue esa movilización entre la primera vuelta y el ballotage, que en el 15 perdimos pero que logró una movilización que fue más allá de la militancia tradicional.

“La defensa del proyecto nacional pasa por derrotar a Cambiemos en las elecciones de octubre, esa es la primera prioridad. Todo el que no vaya a lograr ese objetivo no está trabajando para el bienestar del pueblo ni para el beneficio de la nación, está voluntaria o involuntariamente trabajando para Cambiemos”

Pero con una estructura detrás que acompañe esa horizontalidad.

Sí, pero sobre todo avanzar y que la gente participe. Va a haber pegatinas, caminatas, caravanas. Me parece que la campaña va a tener buena parte de esa característica. La segunda característica es también esto del ciudadano desde la perspectiva del valor del voto y del valor del contrapeso institucional que se puede hacer desde un parlamento con figuras con posiciones claras y firmes para ponerle límites al proyecto neoliberal del gobierno. Ese sería otro aspecto de esto que se llama campaña ciudadana. Poner en valor los compromisos de no permitir que se restrinjan derechos, que sigan las paritarias libres, que se defienda la industria nacional, que se ponga un límite al endeudamiento. Aspectos que tienen que ver con la utilización en forma del Parlamento con una actitud más firme de ponerle límites al gobierno.

 

¿Se refiere puntualmente a la carta que publicó Cristina?

Me refiero, primero, a los 15 puntos que hicimos al comienzo de campaña que firmamos todos los candidatos. Y segundo, sí, a la carta. La carta lo que plantea es la necesidad de buscar acuerdos legislativos posteriores. Eso creo que también está. Pero la idea básica es que el Parlamento tiene que tener un valor y una actividad un poco distinta a la que tuvo hasta ahora. Me parece que algunos han confundido gobernabilidad con simplemente apoyo a las políticas del gobierno. A mí me parece que no, que la gobernabilidad es muy importante, que obviamente hay que buscar garantizarla, pero que una forma de garantizarla también es debatir y que la oposición cumpla el rol de oposición y en el caso de la política de gobierno, que entendemos hacen un daño muy sensible a muchos sectores, buscar que tenga límites y que pueda modificarla.

 

¿La cercanía con el 2019 no va a hacer también que el año próximo esos apoyos y acuerdos se limiten? Muchos dirigentes opositores tendrán la cabeza más puesta en el 19 que en la gobernabilidad y quizás estén más dispuestos a delinear un perfil opositor.
Foto: Georgina García | Zoom

Sí, se va a estar mirando las elecciones. Pero lo que pasa también es que el año que viene el gobierno ya va a haber cumplido más del 50% de su mandato y por lo tanto la evaluación de su gestión empieza a tener pasos más firmes. Uno razonablemente puede querer esperar, sentir que son los primeros pasos, aunque yo creo que si uno está convencido de que una política es mala tiene que debatirla y hacer un esfuerzo para que se corrija sustancialmente, y sino oponerse. Eso me parece que es lo razonable. Pero lo cierto es que en diciembre se van a cumplir dos años de gobierno y ya no van a poder seguir hablando de la “pesada herencia”, de hecho creo que ya no deberían hacerlo, y deberemos concentrarnos en la pesada gerencia que hoy tenemos y que parece ser bastante más complicada para el bienestar de los argentinos.

 

¿Fue un error no haberle dado la interna a Florencio Randazzo?

No. No por dos razones. Primero porque está claro que el efecto práctico de las PASO hubiera tenido un resultado como el que tuvieron estas PASO. Hubiera sacado el noventa y tanto de los votos la lista de Unidad Ciudadana y el 5 o 7% la otra lista. Cuánto tiene cada uno quedó demostrado perfectamente en las elecciones. El carácter ultra minoritario de la propuesta de Randazzo, el carácter minoritario de la propuesta de Massa y que la fuerza pujante de la oposición es Unidad Ciudadana, todo eso quedó claro. En segundo lugar está claro que lo que hubiera pasado, al no haber internas en 1País y sobre todo en Cambiemos, es que toda la gran prensa se hubiera concentrado en, entre comillas, la pelea entre peronistas. Y dado el nivel de anti-peronismo que está desarrollando el gobierno, me parece que lo que hubiéramos hecho es estar un mes y pico evitando hablar de lo que hace el gobierno. Y necesitamos hablar de lo que hace el gobierno porque oculta mucho de lo que hace, engaña sobre el sentido de sus acciones. Como fuerza opositora nos encontramos ante una debilidad para desarrollar nuestras posiciones porque enfrentamos un bloque de poder muy grande, pocas veces en Argentina ha estado tan coincidente gobierno y poder. Tenemos que discutir qué significa el endeudamiento, la apertura económica, ese regreso a las historias tradicionales de que la especulación financiera y la exportación de cereales pueden ser motor de un desarrollo que traiga beneficios a todos los argentinos. Tenemos que poner estos temas en el centro de la agenda pero es difícil plantearlos dado el desequilibrio mediático que hay. Por eso esta tiene que ser una campaña popular, donde el boca a boca y la participación de todos es muy importante.

“La reorganización o las características que adquirirá el bloque peronista en el Senado tiene que ver con el resultado electoral que se tenga y con la conformación de ese nuevo escenario”

¿Pero ese porcentaje menor de Randazzo no le hubiera permitido al espacio peronista ostentar quizás un triunfo más claro en las PASO? ¿Qué lectura hacen de ese resultado tan ajustado? ¿Faltó mayor unidad en el campo opositor?

Nosotros venimos de una derrota, las derrotas producen dispersión. Hay distintas interpretaciones, distintos matices, hay distintas formas de querer encaminarse después de eso. Y de lo que se trata, para mí y para muchos compañeros y compañeras, es de reconstruir la unidad del peronismo y del movimiento nacional, que siempre ha tenido una vocación y un carácter frentista. Ese proceso no se hace de un día para el otro. Basta mirar el mapa del país y el mapa del peronismo en el país para ver cómo eso tiene una serie de dificultades. Ese proceso de reagrupamiento ha tenido distintos pasos. Ha tenido un paso a nivel sindical, el año pasado, cuando se logró reunificar la CGT con una reunificación que todos sabemos que ha sido muy frágil y que ha tenido cierto distanciamiento incluso de importantes sectores sindicales y de las bases. Ese intento de reagrupamiento ha tenido un efecto en el Partido Justicialista en la formación de una conducción nacional que tiene la presidencia en José Luis Gioja, y de la cual yo formo parte. En distintas provincias han pasado distintas cosas, y en la provincia de Buenos Aires lo que me parece que quedó claro es que, más allá de las distintas opciones, una opción demostró ser el punto de aglutinación y de reunión fundamental para el movimiento peronista y para el movimiento nacional y eso ha sido Unidad Ciudadana. Eso es un hecho objetivo, independiente de a quién le guste. Eso es lo que define dónde hay que estar. A mí me lo definió y si yo me había proclamado por la unidad, y así lo hice en el Congreso del Movimiento Evita que se pronunció por la unidad del peronismo en diciembre de 2016, yo he seguido consecuente con esa política y he apostado al lugar donde hay mayor concentración de compañeros y compañeras y donde naturalmente está el 90% de todos nosotros y es donde mejor podremos procesar todo lo que hay que procesar para volver a ser mayoría y tener una propuesta que logre el acuerdo de la mayoría y vuelva a retomar el rumbo a una Argentina con justicia social y con perspectiva de un desarrollo de bienestar para todos.

 

Usted continúa en el Movimiento Evita.
Foto: Georgina García | Zoom

Yo no me fui.

 

¿Qué opina de su decisión de acompañar a Randazzo?

La única verdad es la realidad y la realidad demuestra que la de Randazzo fue una propuesta divisionista que ocupó el 80% de su tiempo en atacar al grueso del peronismo en vez de atacar al gobierno. Y la realidad del 22 de octubre va a mostrar qué apoyo tuvo. Creo que ha sido un error importante.

 

¿Y las perspectivas después de octubre, pensando en la posibilidad de unidad y articulación?

Después de octubre, y antes de octubre, todo el mundo tiene tiempo de darse cuenta de que cometió un error y todo el mundo debería darse cuenta de que el 22 de octubre es una fecha clave. El 22 de octubre son las elecciones nacionales. De todas las elecciones nacionales muchas son simplemente provinciales o locales y hay una que es la que define políticamente si el gobierno triunfa o pierde, y es la elección de la provincia de Buenos Aires. Como fue en el 2009 cuando perdimos frente a De Narváez y como fue en el 2013 cuando perdimos frente a Sergio Massa. La provincia de Buenos Aires es la elección decisiva y lo que es decisivo para el país, no para un dirigente, ni para Cristina, ni para Randazzo, ni para Sergio, es la defensa de un proyecto nacional. Y la defensa del proyecto nacional pasa por derrotar a Cambiemos en las elecciones de octubre, esa es la primera prioridad. Todo el que no vaya a lograr ese objetivo no está trabajando para el bienestar del pueblo ni para el beneficio de la nación, está voluntaria o involuntariamente trabajando para Cambiemos.

“Si yo me había proclamado por la unidad, y así lo hice en el Congreso del Movimiento Evita que se pronunció por la unidad del peronismo en diciembre de 2016, he seguido consecuente con esa política”

En el reportaje que le brindó a Infobae, Cristina habló sobre el estado de derecho en la Argentina. ¿Qué opinión tiene sobre esto?

Yo creo que hay en la Argentina una vigencia de derechos que tiende a restringirse y en algunos casos a estar amenazados. Nos hemos acostumbrado desde el 83 a tener una política amplia de derechos, y hoy la sociedad se enfrenta, de hecho más que de derecho, a una restricción de esos derechos. Tenemos un protocolo para restringir las movilizaciones en la calle, tenemos presencia policial en escuelas y en universidades, tenemos personas que son detenidas pero por el solo hecho de manifestar, como lo vimos en el Ni Una Menos, donde las mujeres que protestan porque las matan también pueden estar presas si se las puede acusar de algo. Tenemos algunos hechos muy negativos como el intento de poner miembros en la Corte Suprema por decreto o la maniobra en el Consejo de la Magistratura. Tenemos una desaparición como la de Santiago Maldonado que es una cosa trágica, y algo no tan trágico pero sí grave que es que el gobierno no muestra preocupación y voluntad de esclarecer hechos, sino que se ha dedicado a sembrar durante semanas falsas informaciones y echarle la culpa a la víctima. Tenemos la situación de Milagro Sala y otros compañeros que no solo se dio en Jujuy, sino también en Mendoza donde tuvo una característica menos difundida, pero realmente muy alejada de la vigencia plena de derecho. Tenemos intervenciones a sindicatos, amenazas del presidente al foro laboral. En fin, me parece que hay una serie de hechos que producen preocupación respecto de la vigencia plena de las libertades de los derechos en Argentina.

 

Miguel Ángel Pichetto dijo que Cristina debería armar su propio bloque una vez que asuma en el Senado. Pensando en el Parlamento que viene, ¿qué opina de esos dichos?
Foto: Georgina García | Zoom

Ya hablaremos de cómo se arma la situación de todos los peronistas en la Cámara de Senadores. Indudablemente, eso también depende del resultado político, que va a mostrar si el gobierno, que tiene un apoyo significativo de un sector de la población, además del apoyo del poder económico, mantiene ese apoyo o si ese apoyo está claramente en retroceso y es derrotado. Si es derrotado es una realidad, si triunfa es otra. La reorganización o las características que adquirirá el bloque peronista en el Senado tiene que ver con el resultado electoral que se tenga y con la conformación de ese nuevo escenario, porque no es un problema de los senadores de la provincia de Buenos Aires, hay varios senadores que estarán en ese Congreso y seguramente un número importante va a ser del peronismo. Habrá que discutir entre todos cómo se mantiene y se reformula o se continúa con la organización o, más que con la organización, con la política. Lo que no entiendo bien es qué dice Pichetto cuando dice que nos hemos ido del peronismo porque me parece que Unidad Ciudadana recrea en la provincia de Buenos Aires el 90% del peronismo y varios casos, empezando por el mío, somos miembros de la Dirección Nacional del Partido Justicialista, donde también está él.

 

¿Qué mensaje le daría al votante peronista que en los últimos tiempos estuvo enojado con Cristina?

Mire, yo me fui del gobierno en 2010. Si alguien se enojó a tiempo con Cristina fui yo, así que no me vengan a hablar de eso [risas]. Acá de lo que estamos hablando es de qué es lo principal y qué es lo secundario. Lo principal es que hay que derrotar electoralmente a Cambiemos, eso significa votar en defensa propia y el único voto que permite derrotar a Cambiemos es el que ha concentrado la mayoría del peronismo y de los sectores nacionales y populares que rechazan este proceso oligárquico. Y eso, le guste a quien le guste, hoy lo está conduciendo y aglutinando Cristina Fernández.

“Hay un movimiento, que yo diría que hace muchos años que no veíamos, y que pone fin, creo yo, a esa especie de separación o mayor distancia entre el movimiento obrero y la dirigencia política y su estructura de despliegue territorial”

Yendo a otros comicios, aunque sustancialmente más pequeños, la semana pasada hubo elecciones en la UBA y en la facultad de Ciencias Sociales usted, entre otros dirigentes, apoyó la candidatura de Carolina Mera, mientras otros representantes del kirchnerismo, principalmente La Cámpora, acompañaron el intento de reelección del actual decano Glenn Postolski. ¿Por qué se fracturó ese espacio?

Yo no hago mucha política en la facultad así que no soy el indicado para explicarlo, lo que sí le puedo explicar es por qué voto a Carolina Mera. La voto porque la conozco hace más de 30 años y conozco su militancia peronista y su producción académica. Yo me vinculé bastante porque ella, además, desarrolló el primer, y en esa época, único instituto que se ocupaba seriamente de las relaciones con Asia, que es el Centro de Estudios Corea-Argentina en la UBA, y era además la esposa de un muy querido compañero mío, Pedro Krotsch. Así que yo tengo una relación y un seguimiento de su tarea académica y de su compromiso político por más de 30 años. De vicedecana va Ana Catalano con la cual tengo una relación política, perdón la edad, pero de hace 40 años. Me consta que ha luchado contra el autoritarismo, contra la dictadura y que ha defendido la democracia y que ha puesto el cuerpo en los últimos 40 años. Es la primera vez que va a haber dos mujeres en esa facultad. Además de que otras personas apoyan esa lista, por ejemplo Daniel Filmus. O sea, el principal candidato del kirchnerismo en Capital y uno de los principales candidatos en la Provincia apoyamos decididamente esa lista, que es claramente peronista y comprometida.

 

Lo llamativo es que del otro lado decían que eran una lista radical o que le abría la puerta al radicalismo y a Cambiemos.

¿Yo soy radical? El que se enfrenta a [Martín] Lousteau en Capital, que tiene apoyo del radicalismo, es el señor Filmus. Y en la provincia el único radical que yo veo cerca es Leopoldo Moreau que está con nosotros en la lista de diputados, pero todos los otros están del otro lado. Además, repito, son 30 años de lucha y de compromiso con Carolina Mera, a la que conozco además de chiquita porque viene de una familia peronista, y en el caso de Ana son 40 años de militancia y de lucha. No sé si tienen esos antecedentes tan firmes del otro lado.

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