La crisis menos pensada: el huracán Katrina descorrió el velo y muestra al mundo las peores miserias de EEUU

Por Causa Popular.- Tras el paso del huracán Katrina, las escenas dantescas que retratan la tragedia humanitaria que afecta a la población más pobre del país más poderoso del mundo, muestran con una crudeza pocas veces vista las consecuencias del modelo de sociedad “occidental y cristiana” que el gobierno estadounidense intenta imponer en todo el mundo. Más preocupado por la defensa de la propiedad privada que estaría siendo violada por grupos armados en busca de alimentos, medicinas, y el agua potable que el gobierno no les abastece, Bush reforzó el número de tropas desplegadas en la zona del desastre, no para rescatar a los sobrevivientes, sino para disparar a matar a los grupos que puedan estar saqueando la ciudad.

A más de cuatro días de sucedida la tragedia en el sur de Estados Unidos, retratar el escenario como un replica de lo que acontece cuando la naturaleza se ensaña con los países del tercer mundo, puede resultar un lugar común.

Sin embargo, no es ocioso remarcar las acentuadas contradicciones sociales que caracterizan al país más poderoso de la tierra, el mismo que se arroga la facultad de ser el gendarme del mundo, e invade países soberanos en la búsqueda de los recursos energéticos que no puede ya abastecer son su propia producción.

Es probable que a muchos lectores de este sitio con un digno sentimiento antinorteamericano se les hayan dibujado una pequeña sonrisa pensando en la sabia naturaleza que por fin eligió correctamente a quién castigar.

Tantas imágenes provenientes de la pobre América Central, azotada por fuertes huracanes, o las del no muy lejano Tsunami que azotó a los países más pobres de Asia, pudieron en su momento despertar sensaciones de injusticia al ver la desesperación de los crónicamente desesperados del mundo.

Pero como sucediera con las Torres Gemelas, la Estación ferroviaria de Atocha en Madrid, y las líneas de subte en Londres, los más afectados por los vientos huracanados en los Estados Unidos, fue la población más pobre del país más rico. Según el corresponsal de La Jornada de México, David Brooks, “entre los afortunados que sobrevivieron, tal vez los más vulnerables y desprotegidos son los inmigrantes que han perdido todo en un país ajeno tan lejos de sus tierras”.

Luego agrega: “entre otras cosas, lo que el huracán dejó al descubierto al arrancar techos en decenas de pueblos y ciudades, fue la existencia de cientos de miles de inmigrantes mexicanos, centroamericanos y vietnamitas concentrados en lugares como Biloxi, Nueva Orleáns y otras zonas del golfo, dedicados a limpiar, mantener y construir casinos, hoteles, tiendas y restaurantes del sur profundo de Estados Unidos.”

Según el corresponsal de La Jornada, la situación de los inmigrantes es aún peor que la de los estadounidenses, como la mayoría de ellos están ilegales no está muy claro si recibirán la asistencia adecuada. Por lo pronto, muchos no se animan a solicitarla por miedo a ser detenidos y deportados. Si el huracán arrasó con las pocas pertenencias con las que contaban, sus países de origen no parecen presentarles una alternativa de escape.

La mayoría de las víctimas vivía en la zona más pobre de los Estados afectados por el Katrina. Según el último censo dado a conocer el pasado martes, el 12,7 por ciento (37 millones) de la población norteamericana está debajo de la línea de pobreza.

En Lousiana, ese índice llega a 16,8 por ciento, mientras que en Mississippi al 17,3. Nueva Orleáns, la más afectada, alberga nada más y nada menos que a 420 mil pobres, en su mayoría de raza negra, como claramente muestran las imágenes. Es el cuarto año consecutivo que crece la pobreza en el país del norte desde que George Bush asumió la presidencia.

Es difícil pensar que un fenómeno como el Katrina puede hacer distinciones de color de piel y condición social, pero la realidad se encarga de recordar quienes tienen mayores posibilidades de sobrevivir a catástrofes como estas.

En el internacional Sofitel, un hotel cercano a un aeropuerto, hay también exiliados. Son todos blancos. Algunos cuidan a sus mascotas, telefonean y se conectan a internet. Se informan de las noticias que tienen sobre el estado de sus viviendas, de sus planes… Mientras las pantallas del vestíbulo emiten las imágenes de la violencia que ha convertido a Nueva Orleans en una ciudad sin ley, ellos hablan de colores. Y en inglés citar el negro no es una señal de igualdad.

En defensa de los valores Occidentales y Cristianos

Como sucede en cada uno de los hechos con trascendencia internacional en los que Estados Unidos es protagonista, las cadenas internacionales de televisión que ostentan el monopolio de la imagen dominan la interpretación de los acontecimientos.

En esta oportunidad se han esforzado por tergiversar las desagarradoras imágenes que llegan desde Nueva Orleáns, describiendo cómo “saqueos” los desesperados esfuerzos de las miles de personas que sin nada que perder se volcaron a las inundadas calles en la búsqueda de alimentos, agua potable, y medicamentos.

Esta campaña mediática ha conseguido que la Guardia Nacional haya dejado de buscar supervivientes para centrarse en detener a estos supuestos “salvajes” que llevan paquetes de pañales, comida y medicinas de primeros auxilios para intentar sobrevivir.

Si se declara la ley marcial, como amenazó el dueño de la vida y de la muerte, ahora también las de sus mismos compatriotas, George Bush, la Guardia Nacional pasará a asesinar primero y preguntar después.

El hecho de que los medios de comunicación y el gobierno de los Estados Unidos consideren la supervivencia de las personas indefensas menos importante que el derecho a la propiedad privada de los comerciantes y empresarios que han huido para salvar sus vidas, es una muestra de los valores por los cuales el imperio norteamericano ha invadido militarmente Irak, Haití y amenaza a los gobiernos de Cuba y Venezuela.

Como ejemplo, las viscerales quejas de los periodistas de la cadena Fox asentados en la zona por los pañales robados superan considerablemente la preocupación por las vidas de negros y latinos intentando flotar en un inmenso lago lleno de cadáveres a la deriva.

¿Esta es la sociedad democrática que pregona Bush por el mundo? ¿La sociedad que Bush pretende imponer en los países invadidos, y por la que ve amenazada por la política de Cuba y Venezuela, no es acaso esta misma que crudamente se expresa en Nueva Orleáns donde la propiedad privada esta por encima del bienestar de un niño sin pañales?.

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