Inflación: ¿un respiro en el nivel de precios?

Terminando el año ponemos el foco en la economía y la inflación. ¿Cómo nos afectará este tema en un futuro cercano?

El pasado quince de diciembre el INDEC publicaba el índice de precios al consumidor (IPC) para el mes de noviembre. Para sorpresa de la mayoría, la inflación del mes pasado arrojó un valor por debajo de lo esperado, un 4,9%. En términos interanuales el índice es del 92,4% y acumula un 85,3% en los once meses del año. El mes de octubre había arrojado una variación mensual del 6,3%.

El rubro “viviendas, agua, electricidad, gas y otros combustibles” tuvieron la variación mensual más alta (8,7%). Los “alimentos y bebidas no alcohólicas” fueron la categoría con menor variación, registrando un aumento mensual del 3,5%. Estos valores son significativamente menores a los de octubre, donde los “alimentos y bebidas no alcohólicas” se incrementaron un 6,2% (2,7 puntos porcentuales por encima de noviembre). Para el mes de octubre, la categoría con mayor aumento era “comunicación” con un 12,1% y la de menor incremento fue “transporte” con 4,5%.

Algunos interrogantes aparecen desde el cuestionamiento a la credibilidad de un valor bastante inferior al del mes anterior. La respuesta tiene que ver con las últimas medidas anunciadas por Massa. Si bien luego del anuncio anticipado de Precios Justos, se visualizaron variaciones semanales muy altas en alimentos frescos y secos (2,6% semanal para Alimentos Secos y 2,3% semanal para Alimentos Secos en la primera semana de noviembre, según el IPS-CESO), producto “del efecto remarcación”; esos aumentos comenzaron a desacelerarse y ayudaron a tener un promedio del mes más bajo de lo esperado.

Además, hay otras cuestiones que colaboraron a la desaceleración. Si bien no hay mucho para festejar si de inflación se trata (lejos se está de una política antiinflacionaria), hay otros sectores que contaron con medidas económicas. Se incluyó a los fabricantes de los envases, que son un componente importante en el costo de los alimentos. Los combustibles también forman parte de un acuerdo de precios. El Ministerio de Economía junto con las principales petroleras (YPF, Panamerican Energy, Raizen y Trafigura) acordaron un tope de incrementos en los precios de un 4% mensual para diciembre, lo mismo para enero y febrero del año entrante y un 3,8% para el mes de marzo 2023. Como contrapartida, el Estado se compromete a poner en garantía el acceso a divisas para las empresas. Principalmente divisas que son necesarias para el abastecimiento de lubricantes. 

Desde ya que el precio del combustible tiene una incidencia en todas las cadenas productivas, pero según la CECHA (Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina), la actualización del precio de los combustibles en los productos de la canasta básica es: cada 10% de aumento en los precios de los combustibles, la canasta se incrementa en un 0,4%. Lo que hay que resaltar es que en los últimos cuatro años, el incremento en los combustibles ha sido bastante inferior a la variación general en el nivel de precios. En 2022, el incremento en los combustibles promedió el 71,5% (58% en naftas y 80% en gasoil) versus una inflación acumulada del 85,3%. Para 2019 acumuló un 43%, en 2020 un 25% y en 2021 un 34%.

Diciembre siempre fue difícil…

A pesar de la “buena noticia” en el índice de precios al consumidor de noviembre, con varias subas autorizadas en diciembre, es probable que el último mes del año tenga un incremento mayor. Diciembre trae un aumento previsto para la medicina prepaga del 6,9% y otro del mismo valor en enero de 2023. Los colegios privados en CABA tendrán un incremento del 14,5% y del 10% en la provincia. Por otro lado, el grupo de mayores ingresos tendrá en diciembre la segunda reducción del 40% en las tarifas de luz y agua. 

Además, si se tiene en cuenta el consumo en bienes básicos, las cuentas se ajustan más. La canasta básica alimentaria en el Gran Buenos Aires se incrementó un 3,1% en el mes de noviembre, mientras que la canasta básica total aumentó un 4,4% para el mismo mes. La canasta básica alimentaria para un hogar de cuatro personas es de 64.012 pesos para noviembre y la canasta básica total para el mismo grupo familiar alcanzó los 153.505 pesos para el mismo mes. La canasta básica alimentaria contempla una serie de alimentos en función de los hábitos de consumo de la población a lo largo de un mes, a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 1996/97. La canasta básica total amplía la canasta básica alimentario y reúne los bienes y servicios no alimentarios. La estimación se obtiene mediante una metodología que permite relacionar los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población que se toma como referencia (grupo familiar compuesto por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años).

En otras palabras, un adulto equivalente (unidad de referencia) necesitó 47.232 pesos en noviembre en el Gran Buenos Aires, para no ser considerado pobre. Para no ser considerado indigente, ese valor fue de 20.716 pesos.

Por otro lado, hay que resaltar ciertos pisos (o “colchones”) de precios en varios sectores de la economía, que deben su existencia a un “por las dudas” o a una eventual devaluación. Los materiales para la construcción, las prendas de vestir e indumentaria y algunos alimentos frescos y secos de la canasta básica, son claros ejemplos.

¿Y los salarios?

Para hacer frente a estos incrementos, los salarios deberían mejorar considerablemente. Si bien no hay información pública disponible para salarios de noviembre, el último Índice de salarios de INDEC, muestra que para septiembre los salarios se incrementaron un 6,7% en promedio (ponderado entre privados registrados, públicos y privados no registrados) y tuvieron una variación interanual del 78,7%, contra una inflación del 83% para el mismo período. Los salarios del sector privado registrado variaron un 5,8%, los del sector público un 7,7% y los del sector privado no registrado, un 8%.

En 2022, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) ha tenido variaciones mensuales inferiores al IPC en los meses de abril, mayo, julio, agosto y octubre. Particularmente para mayo, julio y agosto de este año la distancia se volvió más contundente. En mayo la RIPTE se incrementó un 4% mientras que los precios lo hicieron un 5,1%. Para julio la RIPTE varió un 5,3% y el IPC un 7,4% (el valor probablemente más alto del año). Para agosto la RIPTE se incrementó en un 4,6% y los precios crecieron en un 7%.

La actividad económica

En cuanto al nivel de actividad, el Producto Interno Bruto (PBI) del tercer trimestre de este año, registró un incremento interanual del 5,9% y un aumento del 1,7% respecto del trimestre anterior. Dentro del PBI, solamente tuvo un incremento trimestral, el consumo privado con 1,4%. Las exportaciones cayeron 3,7%, el consumo público cayó 1,7% y la Formación bruta de capital fijo retrocedió un 0,8%.

Observando la actividad económica más reciente (último Estimador mensual de actividad económica, EMAE) en octubre hubo una disminución en la actividad del 0,3% con respecto a septiembre. Mirando la industria, también se registró una disminución según el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI). Este arrojó una disminución del 0,1% con respecto a septiembre y un incremento del 3,5% interanual. Con respecto a la utilización de la capacidad instalada en  la industria, el indicador del INDEC (UCII) cae por segundo mes consecutivo. En octubre del 2022 estuvo al 66,7%, unos 1.9 puntos porcentuales por debajo del mes anterior. Los bloques sectoriales que presentan niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general fueron industrias metálicas básicas (89,6%), productos minerales no metálicos (79,8%), papel y cartón (75,2%), refinación del petróleo (72,4%) y sustancias y productos químicos (71,3%). En contrapartida, los sectores que se ubican debajo del nivel general son productos alimenticios y bebidas (62,5%), industria automotriz (62,3%), productos del tabaco (57,5%), productos de caucho y plástico (56,9%), edición e impresión (56,2%), metalmecánica excepto automotores (54,8%) y productos textiles (53,0%).

El empleo

Con respecto al empleo, los últimos datos tampoco son mejores que el resto de las variables de la economía. La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) abarca un universo de 29,2 millones de personas. Para el tercer trimestre de este año, la desocupación alcanzó el 7,1%, por encima del 6,9% del trimestre anterior pero por debajo del 8,2% del tercer trimestre del 2021. La tasa de empleo se vió reducida y pasó del 44,6% en el segundo trimestre al 44,2%. Analizando por géneros, el 7,8% de las mujeres se encontraban en situación de desempleo en el tercer trimestre, una cifra menor en el caso de los hombres, 6,5%. El desempleo se encuentra por encima de la media en el grupo de edad de entre 14 y 29 años (16,6% para las mujeres y 14,3% para los hombres), con incrementos de 2,7 puntos y 1,7 puntos desde el trimestre anterior, respectivamente.

Así las cosas, el cierre del año tiene poco por festejar, por lo menos en materia económica y social.

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