“Hay una escuela que no debe olvidar”

¿Cómo encara la Provincia de Buenos Aires los recortes dispuestos por el gobierno nacional a la educación? Revista Zoom conversó con Alberto Sileoni, a cargo de Cultura y Educación. Por María del Pilar Fregona.

El inicio del actual ciclo lectivo estuvo signado por el recorte de fondos educativos a las provincias, el conflicto con los gremios docentes, y los salarios seriamente afectados por la inflación de los últimos meses.

Hasta ahora, las medidas más nítidas que llevó adelante el gobierno nacional en materia educativa consistieron en la suspensión de aportes nacionales al salario docente y el recorte generalizado de fondos educativos. Quedan por delante un programa de subsidios, “Vouchers Educativos”, destinado a familias con hijos que asisten a colegios privados con aporte estatal, que regirá a partir del mes de abril, y un anunciado Plan Nacional de Alfabetización que aún no se puso en marcha.

En este panorama, conversamos con Alberto Sileoni, director de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires y ex ministro de Educación Nacional (2009-2015), sobre el estado de situación de la educación en la provincia bonaerense –uno de los blancos de la administración nacional en términos de recorte de transferencias discrecionales—, y sobre cómo gestionar un Estado presente en tiempos difíciles.

-Considerando que el sistema educativo de la provincia de Buenos Aires es el de mayor dimensión a nivel nacional y uno de los más grandes a nivel regional, ¿cómo planean sostener, o cómo están sosteniendo este sistema en un contexto signado por el recorte de fondos y partidas por parte del gobierno nacional?

-Por supuesto, no nos sorprende. Sabíamos que la asunción de “La Libertad Avanza” en el poder iba a traer complejidades de todo tipo. Quienes gobernamos y tenemos responsabilidad de gobierno no podemos entrar en situación de perplejidad y de ver cómo seguimos, sino que tenemos que reaccionar rápido, y eso es lo que hace nuestro gobernador y todo su equipo. Es mucho más difícil, eso debemos reconocerlo. En Educación pudimos sostener algo que para nosotros es muy importante que es el comienzo de clases en tiempo y forma. Por quinto año consecutivo, pudimos comenzar las clases el 1 de marzo. Hasta ahora hemos hecho un esfuerzo –y también quiero reconocer que dentro del esfuerzo hay un esfuerzo de los gremios también—, hemos podido otorgar un 25% de aumento en enero, un 20% de aumento en febrero, y un 13.5% ahora en marzo. Pero tenemos dificultades: pudimos pagar el fondo de incentivo docente (el FONID) en enero y ya no lo pudimos pagar en febrero. Son 14 mil millones de pesos por mes, y a eso hay que añadirle la eliminación de otro fondo que es el Fondo de Fortalecimiento Fiscal (que para la provincia eran aproximadamente 45 mil millones de pesos por mes). Tenemos mil obras paradas en toda la provincia, de las cuales 80 son obras educativas. Así que nos encontramos poniéndole el pecho a las adversidades, con más estrecheces. Hemos tenido en el primer gobierno del gobernador un sistema educativo en expansión y prevemos para adelante que no vamos a poder seguir creciendo mucho, sino sostener todo aquello que veníamos haciendo y teniendo un crecimiento más controlado. Porque seguimos inaugurando escuelas y vamos a seguir haciéndolo; pero será reservado el crecimiento de las plantas educativas a esas escuelas nuevas, a los cargos imprescindibles y tratamos de sostener todas las políticas, aunque quizá con otras proporciones, e intentamos que todo este año podamos defender el poder adquisitivo del salario.

-En este escenario complejo, con perspectivas de un crecimiento más controlado y de metas más moderadas, ¿cuáles son los principales objetivos de su gestión, principalmente a nivel educativo y pedagógico?  

-Es muy difícil resumir los objetivos de una gestión que, como vos ya la habías caracterizado, se trata de un sistema educativo tan vasto. Pero nosotros queremos continuar todo lo que es material –digamos, que el salario no se atrase a un punto que sea indigno—; que podamos seguir arreglando las escuelas y que podamos seguir construyendo otras nuevas. También distribuir computadoras, cosa que veníamos haciendo con Nación y con nuestro programa de “Conectar Igualdad” bonaerense. Todo eso lo queremos sostener. Después hay otros objetivos que son bien pedagógicos. Nosotros tenemos allí dos grandes objetivos y obsesiones. En primer lugar: que haya clases todos los días. Por eso estamos trabajando con el ausentismo de los docentes y con el ausentismo de los estudiantes, con la obligación del Estado de tener las escuelas en buena forma para que no se suspendan las clases, y que no se tenga frío en invierno, ni calor en verano. Todo eso conlleva un esfuerzo, en un contexto en el que además hemos tenido inclemencias climáticas muy importantes (los 13 muertos en Bahía Blanca hacia fin del año pasado, y después todo lo que ha ocurrido este año, con 40 escuelas con el techo total o parcialmente volado). Luego, fundamentalmente en términos pedagógicos, lo más importante es mejorar los aprendizajes. Nosotros tenemos una deuda –y la educación argentina creo que también la tiene, aunque hablo en clave bonaerense— con las familias, con los pibes y con las pibas, con los estudiantes, que es que tiene que llevarse mejor el aprendizaje, principalmente en las áreas de lengua y matemática. Mejorar esos aprendizajes es nuestra tarea en los niveles inicial, primario, secundario y superior. Esos son nuestros grandes objetivos para este 2024 y para los cuatro años de gestión del gobernador.

-Mencionaste anteriormente el tema de la eliminación del FONID y también del Fondo de Fortalecimiento Fiscal. En relación a eso, ¿qué tipo de acciones se están articulando junto a ministros de otras provincias para reclamar por la restitución de ellos o, al menos, para asegurar la llegada de otras partidas indispensables para educación?

-Tenemos una suerte de comunicación, diría, bastante constante. Hemos hecho presentaciones al secretario de Educación, en febrero hemos firmado una nota los 24 ministros de toda la jurisdicciones –cualquiera sea su origen y su procedencia política—, y ahora estamos trabajando en el resguardo de lo que podríamos llamar los programas nacionales. Hay programas que venían de Nación a las provincias, de los cuales muchos eran de financiamiento de personas. Eso está en entredicho y está complicado. Tenemos más de 2.000 escuelas que tienen más horas de clase por un programa que habíamos hecho con Nación, y pareciera que eso lo van a sostener (aunque están pagando con bastante atraso). Asimismo, teníamos 60 escuelas que iban a empezar el 1 de marzo con jornada completa y lamentablemente tuvimos que suspender la medida porque no sabíamos si íbamos a tener el financiamiento adecuado. Luego, todo lo que es financiamiento de infraestructura, de formación docente y de educación técnica, la verdad que está en peligro y no sabemos si se va a continuar o no. En este escenario, algunas cosas las podremos asumir como Provincia y otras cosas lamentablemente no, por lo que tendremos que discontinuarlas. No es lo que queremos, pero es la realidad que tenemos hoy en la Argentina.

-Trascendiendo la clave bonaerense, y considerando tu trayectoria en la gestión pública nacional (entre cuyos hitos se encuentra la implementación del programa “Conectar Igualdad” siendo ministro de Educación Nacional), ¿cuáles consideras que son los retos más importantes de la educación en la Argentina del siglo XXI?

La educación argentina tiene enormes valores: su sistema universitario, su sistema de educación pública y privada también, su cobertura, la obligatoriedad desde los cuatro años, la inclusión de una gran cantidad de muchachos y muchachas en el secundario. Pero tenemos un aprendizaje que está estancado desde hace muchos años, y que definitivamente hay que mejorar. Luego, hay otro aspecto que siempre fue importante y en este tiempo es mucho más importante: es la escuela como aquella institución que no sólo te ofrece conocimientos académicos, sino también como la institución que te abre un mundo a los valores al cuidado del otro, al entendimiento, al recuerdo constante de nuestro pasado próximo, a la memoria, a la verdad y a la justicia, a la causa de Malvinas. Hay una escuela que no debe olvidar y que debe mejorar lo académico, y una escuela que tiene que seguir siendo un lugar del humanismo, del cuidado; el lugar de la memoria axiológica de una Nación.

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