Tierra del Fuego es el punto continental más austral del planeta, un paraíso natural que, sin embargo, atraviesa el purgatorio debido al giro aperturista de las políticas nacionales: el impulso macrista al libre comercio impactó de lleno en la matriz productiva de la provincia más joven de la Argentina.
Gustavo Ventura, referente local de Forja, traza un duro diagnóstico de los efectos provocados por los cambios impuestos en las políticas de importación y promoción industrial: «Sólo en la industria electrónica se perdieron 7000 puestos de trabajo. Pero el impacto es mucho mayor, porque la proporción es de un puesto de trabajo industrial por uno no industrial. O sea que estamos hablando de entre 15 y 17 mil personas que quedan sin trabajo por el desmantelamiento de nuestra industria”.
¿La pérdida es solo en la producción de electrónica?
Es el más dañado, pero todo lo que está bajo el régimen de la ley 19640 se perjudicó. La electrónica, que es el 80, 90% de la actividad industrial, y la textil. Para una población de 220000 habitantes en toda la provincia, 7000 puestos menos directos más otros 7000 indirectos, sumados a otros 2500 de pymes de otros rubros que fueron despedidos, constituye un impacto brutal. Estamos hablando de 17000 personas más o menos que perdieron sus empleos. Y a eso se suma el ajuste que viene haciendo la provincia, de modo hoy no hay familias que no estén afectadas por esta situación. La que no es Industrial está en el Estado, y si está en el Estado tuvo recortes. Obvio que eso también golpea al comercio porque disminuyó el consumo. Como consecuencia de todo esto ya estamos viendo que se descompone el tejido social.
¿De qué manera?
Y bueno, hasta hace muy poco tiempo nosotros dejábamos el auto en el centro con la puerta abierta. Ahora te rompen el vidrio…
Antes refería al impacto de las políticas nacionales ¿Qué rol tiene el gobierno provincial en este proceso?
Es co-responsable. La gobernadora (NdelaR: Roxana Bertone) está alineada con Cambiemos y acata las órdenes que manda Nación. Un ejemplo de eso es la política de endeudamiento: hemos tomado deuda por más de 220 millones de dólares que no se vieron reflejadas para el bien común, sino que se usaron para comprar bonos de la Nación. O sea que con recursos de los fueguinos estamos financiando el déficit nacional.
¿Y cómo justifica el gobierno esa transferencia?
No hay ninguna explicación. En su momento, cuando le pidió permiso a los legisladores, la gobernadora dijo que la deuda iría a infraestructura, pero hoy el 80% está en bonos de Nación.
Hay muchas provincias que están en una situación similar. Hace poco se conoció el caso de Chubut, donde se habría evaluado emitir cuasimonedas para esquivar un eventual default.
Creo que lo que viene es peor que las cuasimonedas. Creo que nos va a tocar gobernar una provincia vacía en todo sentido. No es la parte económica nada más. Acá hay un vaciamiento muy fuerte en la educación y la salud pública, y creo que eso es peor que emitir un patacón. De una cuasimoneda salís con algunas medidas económicas, de un sistema educativo y un sistema de salud destruido como el que tenemos se va a tardar décadas salir.
Es común escuchar a funcionarios, políticos y economistas proponer recetas alternativas para para el modelo de promoción industrial que goza Tierra del Fuego. Días pasados, por caso, el economista mediático José Luis Espert propuso transformar la isla en un “mundo marino” y que se dedique al turismo…
Todos tenemos derecho a opinar, con o sin conocimiento de causa. El tema es que algunos opinan con un fin bastante dudoso, como si no les importara que haya personas viviendo ahí.
Los críticos del modelo sostienen que Tierra del Fuego no fabrica, sólo ensambla. Y eso encarece los productos.
El mundo es ensamble. Los que hacen los componentes de los micros para las computadoras son 4 proveedores, que están en China. Luego el mundo recibe esas partes y las vuelve computadoras. Es lo que hacemos, y eso no encarece los productos. En tal caso lo que encarece es el costo de logística y los impuestos al consumo. Pero además se obtura la posibilidad de salir a competir en el mercado externo. Obvio, yo no le quiero vender celulares al mismo mercado que le vende China. Tampoco sirve estar pendientes de lo que puedan comprar España o Italia. Pero, ¿qué necesita Bolivia? ¿Qué necesita Perú? En Latinoamérica tenemos dos procesos industriales especiales. El de Manaos (Brasil) funciona y el nuestro no. Bah, Manaos funcionaba con Lula. Ahora vamos a ver qué es lo que pasa, si van a empezar a decir que es malo, como ocurre acá con las opiniones que yo llamo de origen “dudoso”.
¿Cuánto hay de negocio y cuánto de ideología en esas opiniones?
Cuando uno ingresa en auto a Tierra del Fuego, en la mano izquierda dice La Anónima, de la familia Braun. La historia local está signada por esta gente, que mató a nuestros antecesores y hoy explota a la población con La Anónima, con sus industrias, con sus campos. Es una visión del destino que ellos eligen para Tierra del Fuego, donde pocos ganan y muchos obedecen. Nosotros creemos en otra cosa. Creemos que para estar bien uno antes tiene que estar bien el otro.
La Anónima -principal cadena de supermercados de la Patagonia- constituye un caso típico de oferta hiperconcentrada.¿Es un ejemplo del modelo que se pretende imponer al resto de las actividades económicas de la provincia?
Claro, nosotros no queremos que se vaya La Anónima de la provincia, lo que queremos es que los fueguinos tengan los recursos para comprar donde ellos quieran. Si es necesario poner un Mercado Central Provincial para equipar algunos precios, hagámoslo. No podemos ser rehenes de la posición hegemónica de La Anónima. No puede ser que nos cobren el mismo producto una semana $10, la otra $50 y la otra $10 porque se le va a vencer o porque son las pascuas y los huevos de pascuas vuelan por el aire. Como casi no tienen competencia manejan el precio y la logística, y las familias fueguinas quedamos a expensas de lo que la traigan los Braun.
En la historia Argentina, la Patagonia sirvió como termómetro del clima político y social. De hecho, en el sur se anticiparon conflictos que luego se viralizaron por todo el territorio nacional. ¿Como percibe el clima social hoy?
Yo creo que la Patagonia inicializa distintos temas, no solamente los conflictos. También se ha usado como banco de pruebas de políticas que luego se han aplicado a nivel nacional. Así como de aquí surgió un presidente que hizo mucho por la industria nacional, hoy es donde más se percibe las consecuencias del proceso de reprimarización de la economía. Los acuerdos de libre comercio, como el que pretenden firmar el Mercosur y la Unión Europea, van en esa dirección de reducir la producción manufactura a su mínima expresión, y la apertura de las importaciones ya están golpeando fuerte las economías regionales.
¿Hay modo de amortiguar con políticas locales los efectos de la política nacional?
Sí, pero se requiere de decisión y de tiempo. Un cambio en la matriz productiva lleva 50 años. Quizá el futuro sea una combinación de turismo y producción de energías renovables, como nos sugieren, pero es una locura planificar ese futuro sin mirar lo que pasa hoy. No se puede convertir un tornero en conserje de un día para el otro. Esa transformación requiere de fuerte intervención y recursos estatales, que es, precisamente, lo que quieren reducir.
La cuestión Malvinas está muy presente en Tierra del Fuego. ¿Cómo evalúa que un funcionario argentino -el secretario de DDHH Claudio Avruj- se haya dejado sellar el pasaporte por autoridades británicas para ingresar a las islas?
Es otro punto más de la política desmalvilizadora que tienen el macrismo. Para los fueguinos Malvinas es algo muy cercano, no sólo porque integra nuestro territorio, sino porque convivimos con los ex combatientes. Sentimos la causa Malvinas en el cuerpo, y vamos a ir a los lugares donde haya que ir para defender nuestra soberanía. La desmalvinización, además, demuestra el poco interés que tiene el gobierno nacional en cuestiones geopolíticas. Tierra del Fuego, de hecho, es un punto estratégico en materia geopolíticas por su cercanía a la Antártida, un continente cuyo reparto va ser discutido en muy pocos años.
¿Cree que es miopía o desinterés?
No lo sé, pero está claro que no podemos esperar nada del gobierno central. Somos los fueguinos quienes tenemos que ocuparnos del futuro de Tierra del Fuego. Creo que llegamos al momento de la refundación provincial. Se dieron los primeros pasos, se caminó por un sendero y hoy la gente pide otra cosa. En las próximas elecciones se va a poder elegir claramente entre dos modelos. Uno es el que propone el gobierno nacional, y que representa Bertone, que desvaloriza la industria, abandona Malvinas y la Antártida. Otro camino es el que proponemos nosotros, donde se potencie la creación de Pymes y protege para industria mientras se diversifica la matriz productiva.
En su espacio conviven radicales, peronistas y progresistas. Enfrente tendrán al oficialismo provincial y nacional. Y se sabe que en las provincias los oficialismos suelen correr con ventaja presupuestaria…
En general es así, pero no siempre. Nuestro posible candidato (NdelaR: Gustavo Melella) tiene una buena experiencia de gestión. Y somos la única fuerza política en toda la provincia que tenemos un proyecto. Si vos le preguntas a Cambiemos o a Bertone cuál es el proyecto te van a decir: “Que gane el que gana en Buenos Aires y que baje la plata”.