Fernando Lugo hizo historia y tumbó la hegemonía colorada

En una jornada histórica, el candidato opositor Fernando Lugo, obtuvo un claro triunfo sobre la oficialista Blanca Ovelar y el ex general golpista Lino Oviedo. Con este panorama, Paraguay tiene la mejor oportunidad, tras seis décadas de gobierno del Partido Colorado, para poner en práctica las reformas que el país necesita, democratizándolo en términos políticos y sociales para así superar sus graves problemas económicos y sociales.

La figura emergente en la política nacional del ex obispo de la teología de la liberación, ha logrado la mayor hazaña con una victoria incuestionable.

La Asociación Nacional Republicana (ANR), partido Colorado, comenzó a gobernar con el gobierno del General Higinio Morinigo en 1940 y continuó con Alfredo Stroessner durante 35 años. La ANR llegó a consolidarse 68 años en el poder; de los cuales a partir de 1947 fue en forma ininterrumpida. La figura de Lugo, liderando la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) que reúne a 9 partidos políticos de la oposición entre ellos el tradicional Partido Liberal, un conglomerado de sectores de izquierda y de centroizquierda y más de 20 movimientos sociales permitió a los electores paraguayos disponer de una real alternativa frente a la candidata del Partido Colorado, y un ex dirigente de ese Partido, el general Lino Oviedo.

Desde el inicio del acto comicial, cinco sondeos a boca de urna ya presagiaban la consagración del ex obispo católico como ganador de las elecciones generales, con un promedio de entre cuatro y seis puntos porcentuales de diferencia sobre Blanca Ovelar. El Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) ratificó el triunfo de Lugo con casi 41% de los votos a su favor, superando por 10 puntos a su principal rival, la oficialista Blanca Ovelar, quien obtuvo 30,72 % de los votos. El ex general Lino Oviedo quedó tercero, con el 22 %.

El nuevo Presidente paraguayo consiguió la victoria en el marco de las votaciones más concurridas de los últimos años, con una participación superior al 65 % del padrón electoral. Las elecciones presidenciales se desarrollaron con normalidad, salvo algunos incidentes menores.

La jefa de Misión de la OEA, María Emma Mejía, destacó el ejemplar comportamiento del pueblo paraguayo el día de las votaciones, al igual que el desarrollo pacífico de las elecciones, donde se renovaron 718 cargos públicos.

La novedad de este comicio fue la elección de 18 parlamentarios del Mercosur. Con la implementación de las papeletas, la jornada electoral se demoró más de lo que habitualmente ocurría con el voto electrónico.

Tras conocerse los primeros resultados, miles de personas espontáneamente llenaron las calles de Asunción, en su mayoría jóvenes con banderas paraguayas y enseñas de los partidos, movimientos políticos y sociales. Poco después, los festejos se dieron en todo el país.

“Ustedes son culpables de la alegría que vive hoy el pueblo paraguayo. Paraguay no será simplemente recordado por su corrupción y su pobreza, sino por su honestidad” dijo Lugo a sus simpatizantes, en la primera rueda de prensa en un hotel céntrico tras la difusión de las proyecciones oficiales.

Con los gritos de “Se siente, se siente… Lugo presidente”, el ex obispo, acompañado de su compañero de fórmula, Federico Franco, llegó al Panteón Nacional de los Héroes para celebrar con aproximadamente 80 mil personas que colmaron el casco histórico de la ciudad capital, para exteriorizar su alegría por la victoria de la APC.

“El triunfo es del pueblo paraguayo que confió en el cambio y hoy se ha transformado en una realidad. Hoy hemos entrado en la historia del país y queremos renovar nuestro compromiso con este pueblo”, sostuvo Lugo, ante una multitud enfervorizada en el microcentro de Asunción.

«A partir de ahora, las cosas van a cambiar y para bien. Los héroes de este resultado son ustedes. Vamos a seguir contando con ustedes para que el Paraguay salga adelante», agregó.

«Nuestro país hoy ha demostrado su gran civismo para que logremos el cambio que nos hemos propuesto desde el comienzo de esta campaña», sentenció Lugo. “Ustedes han decidido que Paraguay sea independiente, soberano, libre. Este Lugo, que tiene corazón, (su eslogan de campaña) los quiere mucho”, dijo durante su primera aparición pública antes miles de seguidores.

El gran desafío para el nuevo presidente será mejorar la condición de vida de más del 35% de la población pobre (2.156.312 personas), que tiene rostro de niños y jóvenes. Con una población de 6.119.642 habitantes, el 62,1% son menores de 30 años.

«La prioridad para el nuevo gobierno radica en generar más puestos de trabajo y evitar la migración», sostuvo el economista Dionisio Borda, ex ministro de Hacienda, cuyo nombre es mencionado para integrar el futuro gabinete de Lugo.

La migración masiva ha sido constante desde el año 2004, principalmente a la Argentina y países europeos. El 60% de los pasaportes solicitados por paraguayos en España son para jóvenes de 18 a 35 años, multiplicándose en 40% la inmigración paraguaya en España en los últimos 6 años. En el 2007, las remesas de los emigrantes alcanzaron los 700 millones de dólares.

En su primer día como presidente electo de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo cumplió con una agitada agenda. Reiteró las prioridades de su gobierno: renegociar los tratados energéticos de Itaipú y Yacyretá, atender a los indígenas que se encuentran en situación de pobreza y consolidar la coalición política que impulsó su candidatura.

Entre las promesas electorales de Fernando Lugo Méndez, se destaca la reactivación económica con equidad social, la reforma agraria integral, la recuperación institucional del país, el combate a la corrupción, la instauración de una justicia independiente, la recuperación de la soberanía energética y el plan de emergencia nacional para los problemas sociales más urgentes.

“Si bien Fernando Lugo hereda en lo macro una economía estable, en lo micro, la realidad cotidiana es distinta, la población está agobiada por la crisis económica. Hereda un Estado hegemonizado por funcionarios colorados. Su primer gran desafío es gobernar”, subraya el analista político Víctor Barone.

Barone afirma que el primer gran desafío de Lugo en el primer año de gobierno es atacar la corrupción gubernamental; mientras en el segundo año será cumplir con algunas reivindicaciones sociales y en el tercer año consumar algunas promesas electorales. “El ex obispo de San Pedro genera una gran expectativa de cambio en la población. Esa es la señal expresada es estas elecciones generales, ganando en feudos del partido de gobierno”, sostiene el analista.

“Los jóvenes pedimos el cambio. Queremos que caigan los 60 años de poder del Partido Colorado, por lo menos para iniciar el proceso. El anuncio de transformación es la participación de muchos movimientos y partidos minoritarios en estas elecciones”, afirma Marcos Taboada (23), locutor de la radio comunitaria Solidaridad del Bañado Sur, ubicada en un barrio de emergencia de Asunción, mientras instala el transmisor de la emisora en un colegio electoral para transmitir en vivo.

Para la docente Nilda García (30), lo que esta pasando en el país y dentro de su familia es algo histórico. “Somos de cuna colorada, pero a partir de hoy ya no votamos más al Partido Colorado; hoy día hay que pensar con la mente y no con el corazón; ya no debemos guiarnos más por el color. Estamos convencidos de que el país necesita un cambio, porque la estamos pasando mal; como docente puedo afirmar con absoluta certeza que la educación esta totalmente partidizada”, afirma García, minutos después de haber depositado su voto en una escuela en el distrito de San Lorenzo, en las afueras de Asunción. “Todos pedimos cambios. Es la opinión de la mayoría. Ese cambio es Fernando Lugo, que por lo menos nos da una esperanza. Los demás ya cuentan con frondosos antecedentes”, resalta García.

Con el triunfo en la elección del domingo, Fernando Lugo se inscribe como el Presidente número 47 en ocupar –a partir del 15 de agosto próximo- el sillón de los López. además, es el primer ex sacerdote Presidente de la República del Paraguay, rompiendo la estadística de mandatarios militares y abogados.

La contradicción interna dentro del partido de gobierno y la aguda crisis económica y social del país, generó dispersión de los votantes de la ANR. Para estas elecciones, al Partido Colorado solo le quedó su oligarquía latifundista, línea dura de esta asociación partidaria. Una parte importante de su base social electoral demostró que ya no podrá ser acarreada como ganado a los locales de votación. Este caudal de votos se repartió entre el partido Unión Nacional de de Ciudadanos Éticos (UNACE), el oviedismo y los movimientos luguistas.

Con este resultado electoral, los sectores del coloradismo que representan la oligarquía agroexpotadora-terrateniente, la burocracia estatal y el empresariado de obras públicas, han perdido esta vez la correa de transmisión con el poder central, aunque una gran mayoría seguirá desde sus curules en el parlamento. Muchas de esas bancas pertenecen incluso al partido Liberal, del compañero de fórmula de Fernando Lugo.

Tras este histórico 20 de abril, Paraguay se une al concierto de gobiernos progresistas de la región. La agenda venidera es amplia e incluye la revisión de tratados dudosos, como el que involucra a las represas hidroeléctricas, tanto con Argentina y Brasil. Mientras tanto, un pueblo esperanzado ve en la alternancia en el poder el fin de la larga transición democrática que se inició en el año 1989.

COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Recibí nuestras novedades

Puede darse de baja en cualquier momento. Al registrarse, acepta nuestros Términos de servicio y Política de privacidad.

Últimos artículos

Tucumán: “Durante días los militares se dedicaron a tapiar las villas de la ciudad y a cazar mendigos. Los subieron en un camión militar y los arrojaron en los descampados de Catamarca. La abismal desolación de esos parajes da cuenta de la crueldad de la limpieza.” Por Carlos Zeta
“Con otros instrumentos, los mismos resultados”. La pasión del eterno retorno de hundir una y otra vez a un país entero. Por Raúl Dellatorre
Santa Fe no debería endeudarse para hacer obras críticas en infraestructura de exportaciones si existiera la coparticipación de retenciones al complejo oleaginoso, que estuvo vigente desde 2009 hasta la vuelta del FMI. Por Gustavo Castro.