Europa oculta delitos propios y magnifica los del tercer mundo

La magnitud de los delitos comunes, añadidos a los actos terroristas más los incidentes racistas y disturbios de todo tipo, hacen que las estadísticas europeas sean manipuladas y los medios de difusión los oculten o relativicen. Nadie quiere que continúe el deterioro de la productiva industria sin chimeneas, el turismo, que en algunos países del viejo mundo son las principales entradas de divisas, cuando ya es innegable la crisis en este sector. La alarma roja se volvió a encender con el supuesto descubrimiento por los servicios de inteligencia británicos de un complot islámico para hacer explotar 10 aviones de pasajeros entre Londres y Nueva York.

Además, los 150 focos de incendios simultáneos de bosques en Galicia, ha provocado un aluvión de cancelaciones de pasajes y reservas hoteleras desde el exterior. Es evidente que las llamas no surgieron de una imprudencia o acción maligna aislada sino la consecuencia de un operativo terrorista de varios autores.

Sin embargo, la agencia de noticias alemana Deutsche Welle World, rompió el silencio. Pocos días atrás se hizo eco de hechos delictivos de envergadura inusual de robos de todo tipo de metales como cobre y bronce, entre otros, sin respetar monumentos para honrar a próceres y en cualquier sitio público o privado. Señala no solo a bandas germanas sino también a otras de Austria, Francia y Suiza, cuando en estos dos últimos países la situación casi no se difunde al exterior.

Una de las víctimas preferidas de los ladrones son los Ferrocarriles Alemanes. Hace poco debieron detenerse en plena vía 44 trenes. Los delincuentes se habían llevado decenas de metros de cables cupríferos de toma de tierra, que funcionan también como pararrayos.

En la cuenca del Ruhr, los ladrones desmontan sistemáticamente instalaciones de los ferrocarriles y se llevan no solo alambres, sino también vías enteras. En Leipzig y Brandeburgo robaron aluminio en cantidad.
En Austria la policía detuvo a una banda de cuatro húngaros que desmontaban cables de diversas instalaciones y se los llevaban a su país. En Suiza se registran cada vez más robos de metales; en el cantón Saint Gallen, desaparecieron en dos meses por un valor de 100.000 euros. En Francia, recientemente fue secuestrado un camión cargado de metales, abandonado después de vaciar su contenido.

Ayer jueves 17, Deutsche Welle publica correos con opiniones recibidas sobre delitos de robo de metales. Uno de los lectores desde Montevideo, entre otras cosas dice: “Tenemos un record, pues somos los segundos exportadores de cobre de Sudamérica y no hay minas de dicho metal en Uruguay”.

La situación en España

La citada nota del multimedia alemán no señala a España, donde casi no se mencionan o minimizan hechos graves. Dos semana atrás, los barrios madrileños de Arguelles y La Moncloa estuvieron cinco días sin electricidad. Las consecuencias fueron muy serias. En la Clínica de la Concepción tuvieron que suspender durante un día las operaciones y trasladar a otros hospitales a los enfermos unidos a aparatos que funcionan eléctricamente.

El ya complicado problema cotidiano circulatorio se convirtió en caótico en esos barrios al no funcionar los semáforos por ejemplo, en calles tan importantes como Princesa, Marqués de Urquijo, Rosales etc. En esos cinco días, que coincidieron con temperaturas de 35 a 40 grados a la sombra, en plena temporada alta del turismo, los hoteles no disponían de refrigeración. El grave problema solo fue objeto de información por los medios de comunicación el primer día. No hubo noticias en las jornadas siguientes, ni tampoco reclamos exigiendo responsabilidades por parte de partidos políticos o periódicos.

Nada se dijo de los ascensores sin funcionar ni de las grandes pérdidas por descomposición de alimentos en casas privadas, restaurantes y bares; tampoco se mencionó a los comerciantes que quedaron encerrados en sus negocios, cuyas entradas funcionan electrónicamente y otros que no pudieron entrar a ellos.

Nuestro informante en Madrid nos escribe: “Los medios de comunicación aquí no son tercermundistas en el tratamiento de ciertas cuestiones. Saben guardar discreto silencio sobre ciertos temas: Familia Real, casos de corrupción en las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad, especialmente en los relacionados al narcotráfico vinculado con política”.
Sería largo pasar lista a todos los desmanes padecidos, pero hace unos seis meses se registró en la capital del Reino, uno que marca un record en cuanto a robo de metales.

Se trata de la desaparición de una escultura de bronce perteneciente al modernísimo Museo Reina Sofía que pesa 35 (treinta y cinco) toneladas y se encontraba guardada en un galpón y hasta ahora nadie sabe cuándo ni cómo se la llevaron. La policía no ha logrado encontrar rastros de esa gigantesca pieza de 35.000 kilos. También se ha denunciado el robo de 18.000 metros de cables en Madrid y de 15.000 en Sevilla.

En el puerto de Barcelona desaparecieron 500 kilos de una tonelada de cocaína incautada, que se conservaba en un depósito vigilado. Han sido procesados cinco guardias civiles y cuatro policías (locales y nacionales) que intervinieron en el hurto. Desapariciones semejantes de alijos de contrabando secuestrados y guardados en depósitos portuarios vigilados por la Guardia Civil y Policía, se han registrado en varios lugares de Galicia y Andalucía, de los cuales no se ha vuelto a hablar.

Otro escándalo que ha llamado la atención y provocado reclamaciones de las instituciones financieras de la Unión Europea y la DEA norteamericana es el descubrimiento de que 56 % de los billetes de 500 euros que hay en todo el mundo, están guardados en cajas particulares en España. La pregunta imperante es ¿qué vinculación tiene este fenómeno con el narcotráfico?, siendo considerada España la entrada de la mayor parte de la cocaína y marihuana que se consume en Europa.

El GAFI (Grupo de Acción Financiera) organismo intergubernamental especializado en la lucha contra el blanqueo de capitales se ha sorprendido de que el organismo supervisor español, SEPBLAC, solo disponía de 2 (dos) inspectores para las labores de control, análisis y vigilancia de las actividades de notarios y registradores (más de 3.000), abogados, compañías inmobiliarias (45.000) y casinos (19). Todos los mencionados tienen la obligación legal en España de comunicar a las autoridades las “Operaciones sospechosas”

Noticia de Argentina

El 17 de julio el diario “CLARIN” publicó en primera y en más de media página del interior, el caso ocurrido en pleno desierto, a 20 kilómetros de La Paz y a 170 de la capital de Mendoza. Se trata del robo de una estatua de bronce de 2.500 kilos, honrando a las víctimas de un accidente ferroviario ocurrido en 1927, donde murieron 30 cadetes chilenos de la Escuela Militar Bernardo O’Higgins. Es de esperar que este hecho delictivo tenga mayor repercusión en Europa que el mencionado robo de la escultura de 35 toneladas en Madrid.

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