De la Redacción de ZOOM. Las protestas suponen un rebrote de la llamada “revolución de los pingüinos” protagonizada por estudiantes secundarios hace dos años y que provocó la renuncia del ministro de Educación de entonces. Hoy buscan presionar a la Presidenta Michelle Bachelet para que considere sus demandas en vísperas del tradicional mensaje al país del 21 de mayo ante el Congreso.
Tomas de liceos emblemáticos, paros en colegios y universidades, marchas y barricadas, más de mil detenidos en las dos últimas son el saldo, hasta el momento del cierre de esta edición, de una serie de manifestaciones en las principales ciudades de Chile para protestar en contra de la nueva ley general de educación y a favor de la gratuidad del pasaje estudiantil.
Las principales protestas se llevaron a cabo en Santiago, donde los carabineros arrestaron a más de 350 estudiantes que manifestaban cerca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y en el Museo de Bellas Artes.
En Valdivia, en el sur del país, la cifra de detenidos fue de 150 aproximadamente. También se registraron escaramuzas entre las fuerzas del orden y los estudiantes en Valparaíso, Temuco, Concepción, Talca, La Serena, Ovalle y Coquimbo.
Los estudiantes aseguran que el sistema educativo del país «vive una crisis bastante grave» que -según afirman- desde el año 2006 no ha sido solucionada.
En efecto, ese año se produjeron las manifestaciones estudiantiles más importantes en décadas y tienen que ver con un sistema educativo heredado de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Una de las críticas se basa en el hecho de que los liceos establecidos en municipios ricos están mejor dotados que los que funcionan en zonas pobres. «Estamos en un momento histórico en que el movimiento (estudiantil) se tambalea entre la victoria o la muerte«, gritó frente al Museo de Bellas Artes, David Rojas, estudiante de secundaria.
Para los manifestantes la nueva ley busca privatizar la educación y afirman que la reforma no resuelve las demandas que hicieron hace dos años en la denominada «revolución de los pingüinos» —llamada así por el uniforme de chaqueta azul oscuro, camisa blanca y corbata de los escolares medios— que parece estar regresando a las calles de las principales ciudades de Chile.
Los manifestantes demandan la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), la gratuidad del pasaje escolar para el transporte público, el fin del lucro en el sistema educativo y la aplicación en todo el país de la jornada escolar completa.
Tres colegios fueron tomados por secundarios en contra del lucro
Los liceos de Aplicación, Cervantes y José Victorino Lastarria fueron tomados por estudiantes en contra de la posible aprobación de la Ley General de Educación (LGE), que será votada este viernes en el Congreso.
Matías Ponce, presidente del centro de alumnos del Liceo Lastarria, indicó que los secundarios se movilizan contra la ley por aspectos como «el lucro, la selección (de alumnos), o no se especifica que es la calidad educativa«.
«No es una ley que realmente calce sobre la realidad educativa chilena«, agregó el dirigente estudiantil, que exige la creación de una instancia participativa de discusión en torno a los alcances de la ley.
Gobierno: «una asamblea estudiantil» no define la educación
Una defensa de la labor del Congreso en la definición de las políticas de Estado, como la nueva normativa para regular la educación, hizo el Ministro Francisco Vidal, ante las nuevas movilizaciones en colegios y universidades de estudiantes que piden incluir sus demandas en la Ley General de Educación (L.G.E.) que reemplazaría a la antigua LOCE de Pinochet.
«Yo no puedo ir a discutir una política de educación en una asamblea estudiantil. Tengo que escuchar a los estudiantes, pero los estudiantes a mano alzada en una sala de clases no pueden definir el modelo de educación«, dijo el vocero de La Moneda.
Esto, avanzó, «se define en el Parlamento, porque ahí está representada la gente que a su vez representa a los 16 millones de chilenos. (… ) Si alguien estima que el modelo de educación es insuficiente, es precario, bueno, vota, elige a sus representantes y esos representantes adoptan las decisiones en el Parlamento«.
La autoridad también advirtió que en caso de registrarse disturbios callejeros mientras la Presidenta Michelle Bachelet dé su tercera cuenta pública al país en Valparaíso «va a ser sancionado como alteración del orden público».
El secretario general de Gobierno también comentó la decisión de los partidos Socialista y Radical de promover indicaciones al proyecto de LG.E. que emanó de la comisión asesora presidencial. Declaró su esperanza en que esa indicaciones «ojalá también sean consensuadas con la oposición (…) El país no puede perder la oportunidad de mejorar ahora la educación con respecto al pasado y si se hace de común acuerdo, mejor, más sólido«.
El legado educativo de Pinochet
La Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (Ley Nº 18.962), fue “debatida” durante 7 años y aprobada por la Junta de Gobierno. Fue promulgada el 7 de marzo de 1990 por el dictador Augusto Pinochet y publicada el día 10 de marzo, un día antes del fin del régimen militar.
A pesar de diversas críticas, principalmente de estudiantes y profesores, pero también, incluso, de miembros de la gobernante Concertación, se mantuvo prácticamente inalterada durante más de 16 años.
Dicha ley establece, entre otras normas, que el rol del Estado en la educación corresponde sólo al de un ente regulador y protector, delegando la responsabilidad de educar en corporaciones privadas, y reduce la participación de grupos de estudiantes y funcionarios no-académicos en las decisiones relativas a los establecimientos de educación.
Por otro lado, se da libertad casi total para el establecimiento de centros educacionales, exigiendo requisitos mínimos, y no se establecen medidas reguladoras básicas: en síntesis, permite la «libertad de comercio en la educación», donde entes privados pueden crear tanto establecimientos educacionales como universitarios.
