Estados Unidos entre el deterioro de su gobierno, el incremento de la pobreza y más revelaciones sobre Katrina

Por Causa Popular.- El gobierno de Bush se encontró, en el último tiempo, con serios problemas para solucionar las dificultades externas e internas que se le presentaron. A medida que multiplica sus amenazas a los países que buscan profundizar su soberanía y autodeterminación, la popularidad de George Bush cae entre la población estadounidense. Una nueva encuesta dada a conocer del pasado martes da cuenta de que la popularidad del presidente norteamericano cayó a un nuevo mínimo desde que asumió el cargo en el 2001. La encuesta incluso fue realizada antes de que la prensa de su país difundiera un video en el que se observa cómo Bush fue advertido de las consecuencias que podía traer el huracán Katrina en las ciudades de la costa sur del país. Una advertencia que sirvió de poco. Bush finalmente no hizo nada para evitar la pérdida de vidas humanas. Según la cadena de televisión CBS, en enero la popularidad de Bush se encontraba en el 42 por ciento, mientras que en febrero cayó al 34 por ciento.

El miércoles 1 de marzo, la televisión norteamericana difundió extractos de un video exclusivo de la agencia de noticias estadounidense AP, que muestra cómo el presidente George W. Bush fue advertido por la Agencia Federal de Gestión de Crisis (FEMA) de la magnitud del ciclón Katrina, un día antes de que devastara la costa sur de Estados Unidos.

Las imágenes, junto con siete días de transcripciones de reuniones informativas obtenidas por AP, mostraron en detalle que aunque las autoridades federales anticipaban la tragedia, quienes debieron tomar decisiones fueron terriblemente lentos en darse cuenta de que habían asignado recursos insuficientes.

Un día antes del desastre, el 28 de agosto del año pasado, el director de la FEMA de ese entonces, Michael Brown, advirtió a Bush en una teleconferencia, en la que participó además el otrora secretario de Seguridad Interior Michael Chertoff, que el huracán iba a ser enorme.

“Este es uno bien grande”, alertó Brown antes de que Katrina tocara tierra y dejara más de 1.300 personas muertas, devastara varias ciudades costeras en Mississippi (sur) y anegara a un tercio de la ciudad de Nueva Orleans (Luisiana, sur) tras la ruptura de sus diques. Daños que, aún hoy, el gobierno no reconstruyó y no hay perspectivas ciertas de que lo haga en el corto plazo.

Las imágenes muestran con claridad además como Brown le manifiesta su preocupación a Bush respecto a la capacidad del Superdome, el estadio cerrado de Nueva Orleans donde se refugiaron miles de habitantes que, pese a las advertencias, decidieron permanecer o no pudieron huir de la ciudad.

En el reinado del capitalismo, la ley del más apto fue la que predominó. Quienes contaban con movilidad propia pudieron escapar a tiempo, a los más pobres, por el contrario, sólo les quedaron los refugios más cercanos. “El Superdome está a cerca de 3,6 metros por debajo del nivel del mar (…) no sé si el techo está concebido para resistir a un ciclón de esa categoría”, le informaron a Bush.

Michael Brown fue hasta ahora el único alto funcionario que renunció a su puesto. Desde ese entonces, la FEMA, que depende del departamento de Seguridad Interior, ha sido blanco de críticas por su respuesta al peor desastre natural de la historia de Estados Unidos.

En los extractos del video se ve al presidente Bush en su hacienda de Crawford (Texas). Durante la teleconferencia, el mandatario no formula ni una sola pregunta y se limita a decir: “Estamos completamente preparados”. Para luego añadir, “Desplegaremos todos nuestros recursos y los medios necesarios de que disponemos tras el huracán”. Sin embargo, el coherente presidente norteamericano, unos días después del ciclón afirmó que nadie hubiera podido vaticinar el impacto de Katrina y la ruptura de los diques en Nueva Orleans.

Agobiada por las críticas y la ineficiencia de su accionar, la Casa Blanca realizó su primera autocrítica el pasado 23 de febrero por la tardía respuesta al desastre provocado por el huracán Katrina, en un informe que afirma que los militares y la guardia costera probaron ser las únicas instituciones federales capaces de llevar al terreno de la acción las órdenes del presidente.

En el informe titulado “La respuesta federal al huracán Katrina: lecciones aprendidas” el gobierno afirmó que el desastre de Nueva Orleans “expuso fallas significativas en nuestra preparación ante eventos catastróficos y en nuestra capacidad para hacer frente a ellos”.

Mientras el público estadounidense sufría en carne propia la inoperancia de su gobierno, el mismo que fue votado a fines del 2004 por más de la mitad de los votantes para una segunda gestión, los hombres de Bush se encontraban vendiéndole tecnología nuclear a India, para contener a China, y garantizar los negocios de las empresas armamentistas que gozan de un presupuesto, en el área de defensa, 40 por ciento mayor que durante la gestión del demócrata Bill Clinton.

Seis meses después del paso del huracán, muchas zonas de la región aún no pudieron volver a la normalidad. Tras la difusión del video, varios dirigentes políticos exigieron una exhaustiva investigación.

Así como el Katrina, la política económica de Bush también ataca los más pobres

Pero el velo que corrió Katrina y dejó al desnudo la enorme inescrupulosidad del este gobierno republicano, también deja al descubierto las consecuencias sociales de la economía guerrerista estadounidense. Según revelaron esta semana nuevos datos oficiales, las tendencias económicas de los Estados Unidos están generando un grupo de ricos, dentro de los ricos, cada vez más ricos, mientras casi todos los demás sufren deterioro en su bienestar económico. Como respuesta a estos indicadores el gobierno se limitó a proponer la eliminación de un sondeo del Buró del Censo, que se dedica a registrar como se encuentran económicamente los sectores más empobrecidos del país.

Hace unos días la propia Reserva Federal había anticipado la tendencia. Para este organismo oficial las familias estadounidenses experimentaron una fuerte caída en su economía, por primera vez en 12 años, 2,3 % entre 2001 y 2004. Como base de esa caída, se dio a conocer que los salarios se desplomaron un 3,6 por ciento en el último año.

Pero lo más notable, es el hecho de que el ingreso haya caído mientras se producía un robusto crecimiento en la productividad y la expansión de la economía del país. Peor aún, la deuda promedio de hogares se incrementó 34 por ciento (alcanzando 103 mil 400 dólares en promedio por hogar) entre 2001 y 2004, además de haberse reducido el ahorro familiar.

De acuerdo con el economista Paul Krugman, columnista del New York Times, los frutos de la expansión y el crecimiento de la productividad, fue a dar al uno por ciento más rico del país. Citando una nueva investigación académica, Krugman dice que esto es una tendencia de largo plazo que se remonta a los primeros años de la crisis del petróleo. Entre 1972 y 2001, el ingreso del 1 por ciento más rico se incrementó el 87 por ciento, el ingreso del 0.1 por ciento más rico se incrementó 181 por ciento, y el ingreso del 0.01 por ciento más rico se elevó 497 por ciento.

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