Esquizofrenia cordobesista

La dualidad Milei-Llaryora logra mantenerse en equilibrio, ante el apoyo mutuo de que se acepten créditos del FMI y de organismos para la obra pública. Mientras: Juan Schiaretti se pone el traje de opositor. Por Lea Ross

Martín Llaryora fue uno de los pocos gobernadores que estuvo presente en la apertura de sesión del Congreso del 2 de marzo, piloteada por el presidente Javier Milei. A escasísimos metros de distancia, el cordobés escuchó fuerte y claro la empedrada lectura que realizó el león a su extenso discurso. Algunos de sus rugidos, siente que lo apuntaron hacia él.

El minarquista calificó a la obra pública como “uno de los curros más grandes de la política” y negó que eso genere puestos de trabajo: “Es falso, porque las obras públicas hay que financiarlas y se financian con impuestos”. Previo a su llegada al recinto, el mandatario de Córdoba había regresado de Emiratos Árabes y Arabia Saudita para acceder a créditos que solventen trabajos magnánimos, como la megaobra del acueducto biprovincial, entablado con Santa Fe, donde se espera recolectar agua del río Paraná, potabilizarla y transportarla hasta los pueblos del este y centro cordobés.

El gobernador le contestó, pero ocho días después y a más de 680 kilómetros de distancia. Fue durante el anuncio de la licitación para convertir casi 63 kilómetros de la ruta nacional 19 en una autopista: “Claramente en el discurso de apertura, nuestro presidente manifestó su forma de ver la obra pública en nuestro país. Por eso que estamos aquí todos juntos, en un día histórico con la única intención de salvar vidas y generar progreso. Porque Córdoba se hace cargo”. En la mesa, lo acompañaron un grupo repleto de funcionarios públicos y también Néstor Chavarría, secretario general de la UOCRA Córdoba, sindicato que espera beneficiarse con la mitad de los 800 puestos de trabajo que generaría esa inversión.

Del cemento al cripto

La obra pública ha pavimentado la extensión de los períodos gubernamentales de las gestiones locales, sean provinciales, municipales o comunales. Las sospechas de sobrecostos apuntan a los posibles manejos espurios de los fondos públicos para financiar campañas electorales a las fuerzas oficialistas. E incluso, algunos billetes que se revolean caen, a veces, en los bolsillos de algún que otro intermediario. De ahí que Milei califica a las constructoras como “empresaurios” o empresarios prebendarios que viven de la teta del Estado.

En esos ámbitos del libertarianismo de derecha, la “tokenización” de la economía, basado en la compra y venta de criptomonedas y otros activos virtuales, es un paraíso de sostenimiento financiero loable y superador para el ejercicio de la política, sea desde lo electoral como desde la gestión, al no recurrir a esa manera inmoral de la apropiación de las arcas públicas, sostenida por los contribuyentes mediante impuestos. Es lo que se sospecha que se pretendió hacer con el experimento $Libra, cuyos resultados delictivos convirtieron ese anhelo futurista en un sueño eterno.

Créditos para todos

En tierra propia, Llaryora es un defensor a ultranza de la obra pública. Pero trata de modular sus respuestas contra Milei. No solo por la popularidad que alcanza el lector de los autores austríacos en el electorado cordobés, sino porque necesita de sus avales para completar todos los trámites que se requieren para receptar los préstamos que se ofrecen desde el extranjero. En el caso de la autopista 19, la licitación ya fue lanzada el jueves pasado, donde se dividen en tres secciones, dando un total de gastos estipulados en casi 154 millones de dólares o 167 mil millones de pesos. Las arcas públicas podrían aguantarlo, pero esperan recibir el OK del Ministerio de Economía para cerrar un acuerdo crediticio con el Banco Interamericano de Desarrollo. Lo mismo pasa con el pacto realizado con los jeques árabes para la construcción del acueducto biprovincial. Si los trabajos se hacen en orden, la autopista que atraviesa la franja oriental cordobesa, donde es oriundo Llaryora, le permitiría cortar listón para las elecciones provinciales del 2027, donde espera ser re-electo. Mientras que el ducto que transportaría agua potabilizada desde el Paraná, añora que eso sea lo que lo empuje para las presidenciales del 2031.

El ministro Luis Caputo tendría menos duda de otorgarle esos favores, si se lograra que el Fondo Monetario Internacional pueda suministrar los dólares que pongan en marcha el carry trade, por las mismas razones electoralistas: mantener el dólar planchado, evitando una subida inflacionaria y, con eso, asegurar un triunfo de La Libertad Avanza. Por eso el sanfrancisqueño ni siquiera había repudiado los ataques del sobrino del Toto, Santiago Snake Caputo, contra el diputado radical Facundo Manes, el outsider neurólogo que trastabilló la paciencia a dos de los tres vértices del triángulo de hierro, cuando Milei estaba en el Congreso.

En el atardecer del viernes posterior, gobernador y ministro concretaron una reunión, donde el primero lo calificó como «excelente». Formalmente, discutieron sobre un posible «régimen de extinción de obligaciones recíprocas». En criollo: compensar las deudas que se tienen entre sí Nación y Provincia. Con sugestivas camisas blancas expuestas en una foto para las redes, Luis espera que los diputados cordobeses operen para que se ratifique el famoso DNU 179/2025, que habilita al gobierno nacional contraer nueva deuda con el Fondo, sin recibir el aval previo del Congreso.

Pateando al centro

Juan Schiaretti sí repudió las agresiones de Snake contra Manes: “Nunca antes había visto un acto institucional desarrollarse con tanta agresividad, maltrato, falta de respeto y sarcasmo”, aseveró el “Gringo” en X, quien además le dio un mensaje al presidente: “Quien gobierna debe tener equilibrio y no debe profundizar aún más la grieta”. Schiaretti venía hace rato en la pesca del diputado radical, como parte del cardumen que anda revuelto por esos arroyos agrietados. Públicamente, se los vio juntos por última vez en octubre del año pasado, en un evento de la Universidad Católica de Santa Fe, en un debate sobre la cuestión público-privada con perspectiva federal.

Una de las principales operadoras del Senado, Alejandra Vigo, esposa de Schiaretti, también se manifestó en repudio a las designaciones de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como supremos de la Corte vía decreto.

Finalmente, para el 8 de marzo, el sucesor de José Manuel de la Sota y antecesor de Martín Llaryora, sostuvo que “no debemos permitir que ganen las posturas negacionistas y retrógradas que solo producen atraso y que, cuando son planteadas por quienes gobiernan, solo favorecen la violencia contra las mujeres”.

La esquizofrenia cordobesista lleva a que Schiaretti se presente como alguien más opositor a Milei que el actual gobernador. Un panorama muy distinto al de fines del 2023. En ese entonces, el círculo rojo autóctono lo consideró como parte de las claves del triunfo de La Libertad Avanza, al ser insistente en criticar la gestión económica del candidato Sergio Massa, y distraído en cuanto al advenimiento de su contrincante en el balotaje.

Quien gobernó la provincia tres veces viene pasando más tiempo afuera que dentro de su distrito. Su afán es lograr que el sello “Hacemos por un País” pueda nacionalizarse a paso veloz. Ya tuvo reuniones con la ex-mandataria de Río Negro, Arabela Carreras, quien ya formalizó el partido en su territorio provincial, el vicegobernador de Jujuy, Carlos Haquim, y el intendente de Tigre, Julio Zamora.

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