Entre la búsqueda de reservas y la guerra contra la inflación.

Luego del “dólar soja” el gobierno implementa la misma fórmula en otros sectores. ¿Cómo afectará esto a la economía argentina?

Finalizando septiembre llegó el final del “dólar soja” en el marco del Programa de Incremento Exportador. Al cierre del mes, esta medida donde el productor vendía la soja a un tipo de cambio de unos 200 pesos por dólar, contribuyó a exportar un valor de 8.123 millones de dólares. Valor que superó holgadamente la expectativa inicial de 5.000 millones. El impacto en las reservas del Banco Central fue de 4.968 millones de dólares por unas 13.725.198 toneladas comercializadas.

Este incentivo exclusivo para el sector sojero era visto con recelo por el resto de los sectores que también son importadores de insumos. Tal es así que los primeros días de octubre el Ministro de Economía anunció un nuevo dólar “tecno” con la esperanza de que la industria del conocimiento logre exportar unos 10.000 millones de dólares para el 2023 y se constituya como el tercer complejo exportador en Argentina. Si bien la letra chica de esta nueva medida todavía no se comunicó, el sector (abarca a la industria del software, la biotecnología, la industria audiovisual e Internet) se manifestó conforme dentro de este nuevo “Régimen de Fomento a las Inversiones y las Exportaciones de la Economía del Conocimiento”.

Esta nueva medida permitiría que las empresas que tengan proyectos de inversión superiores a los 3 millones de dólares, queden exceptuadas de la obligación de liquidar un monto equivalente al 20% en el Mercado Único Libre de Cambios (cuando se trate de la radicación de nuevos proyectos). Por otro lado, las empresas del sector tendrían una libre disponibilidad del 30% de las divisas si logran un incremento de sus exportaciones. Este último beneficio tendría como condición que sea aplicado para el pago de las remuneraciones de personal en relación de dependencia, con el objetivo de “mantener el talento local”. Además, solo para las empresas inscriptas que realicen exportaciones que representen al menos un 70% de la facturación anual, se les otorgaría una transferencia por única vez del bono de crédito fiscal sobre las contribuciones patronales. Las empresas del sector cuentan con veinticuatro meses para llevar a cabo las inversiones que son prorrogables hasta por otros dos años más.

¿Por qué la industria del conocimiento?

En el anuncio de este “dólar tecno”, Massa indicaba que “la idea es preparar a la argentina para los próximos diez años” y que parte de eso implica que la agricultura, la minería, el sector energético y la economía del conocimiento se unifiquen y progresen en conjunto.

Los servicios basados en el conocimiento (SBC) pueden ser el inicio de un proceso de diversificación productiva, sobre todo en países emergentes. Y esto no solo entendiéndolos como una oportunidad a nivel exportación (el complejo exportador de los SBC tuvo el tercer puesto en 2020 después del sector oleaginoso y cerealero), sino como una industria que puede generar mucha productividad local, empleo y largos encadenamientos productivos.

Según datos del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI), en el segundo trimestre de 2022 se exportaron 2.060 millones de dólares en SBC, lo que implica un 22,6% más que en el mismo período de 2021 y un 19,2% más con respecto a 2019. Se trata del trimestre con mayores exportaciones de SBC de la historia.

Inflación 1, Argentina 0

En este marco de buenas nuevas, la inflación sin embargo no cede y es el eje central en las negociaciones salariales en el mes de octubre. Actualmente varios sectores están renegociando paritarias. Algunos de ellos con negociaciones más controversiales como el caso del SUTNA (Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino). Otros con debates menos álgidos, como es el caso de los bancarios. Lo cierto es que este mes, es un mes clave para los salarios de los trabajadores registrados. Los sindicatos con mayor poder son los que marcan un techo de aumentos para el resto de los sectores y un piso base para la inflación. En el caso de los trabajadores del neumático luego de tensos debates (que datan hace seis meses y fábricas paralizadas en los últimos días), lograron un incremento salarial del 25% a partir de julio, 16% a partir del octubre, 10% desde diciembre, 12% más a partir de febrero del año próximo y otro 10% a partir de julio del 2023. Además, como «gratificación extraordinaria por única vez» las empresas abonarán a cada trabajador una suma bruta de 100.000 pesos. Cabe aclarar que el ofrecimiento inicial de las patronales del sector era un irrisorio incremento del 38% por nueve meses (cuando la inflación se encamina al 100%). Bancarios es otro sindicato con gran peso que también cerró paritarias pero en este caso en un 94,1% sobre el salario de diciembre de 2021. En el caso de los aceiteros (uno de los gremios que logra mayores aumentos año a año), están exigiendo un salario inicial del sector cercano a los 200.000 pesos. Por su parte, el sindicato de camioneros pide un incremento salarial del 100% para el salario básico más un 30% adicional para el período abril-septiembre.

Conforme se renegocian salarios,  la inflación no desacelera y las últimas subas del año no dejan demasiado margen de maniobra. Desde el 1° de octubre, se incrementó el precio de los combustibles en un 4% en el caso de las naftas y en un 2% en el caso del gasoil (como consecuencia de la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos). Sumando a esta carga inflacionaria de octubre, la quita parcial de subsidios para el segmento de altos ingresos será en este mes y ya se le autorizó a la medicina prepaga un incremento del 11,53%. Todo lo que abarca telefonía celular y servicios de internet y televisión no se quedan atrás y tendrán un incremento del 19,8% en octubre (y otro aumento del 9,8% en diciembre). Las expensas también sufrirán un incremento producto de la tercera cuota del bono extraordinario autorizado para los encargados de edificios.

Ante todo esto, la única estrategia en la guerra contra la inflación parecería ser un nuevo acuerdo de precios, bajo el relanzamiento de precios cuidados. Trascendió que sería una lista más pequeña de productos (500) de primeras marcas, algo más similar al programa del 2014. Los mismos tendrían una actualización de entre un 4% y un 5% mensual. Son valores que estarían por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) pero que no dejan de ser realmente muy altos.


Aldana Montano es tesista de la Licenciatura en Economía por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP – FCEyS). Integrante del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).

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