Por El Tiempo de Bogotá.-
Según el aviso, cobran la mitad que los mercenarios estadounidenses y fueron entrenados por miembros de los Navy Seals y de la DEA. Jeffrey Shippy, dueño de la firma, dice que sus hombres, dueños de una experiencia que solo puede ofrecer la intensidad del conflicto colombiano, están dispuestos a cumplir misiones de seguridad en Irak por salarios mensuales de entre 2.500 y 5.000 dólares. Los estadounidenses cobran 10.000 dólares.
Esa oferta ha generado molestia en congresistas de Estados Unidos no solo porque altera la balanza de precios del mercado de mercenarios internacionales, sino porque según el aviso, hicieron parte de los programas de capacitación pagados por ese país a través de estrategias como el Plan Colombia.
Según un artículo de Los Angeles Times, la representante Janice Schakowsky considera que estos hombres se han beneficiado de la inversión de los contribuyentes estadounidenses para terminar ahora al servicio de firmas contratistas.
Para ella se trata de una «triangulación perversa», pues luego Estados Unidos tiene que financiar los reemplazos de estos soldados colombianos que abandonan la institución en busca de mejores salarios.
En internet, la empresa de Shippy figura como EPI Security and Investigation y tiene una oficina en Manta (Ecuador). EL TIEMPO llamó a ese sitio y una secretaria señaló que este hombre, que habría estado radicado en Colombia, se encuentra en Irak.
Añadió que su socio, también estadounidense, sí reside en Colombia, pero no suministró sus datos.
A parte de la de Shippy, hay otras empresas como Dyncorp y Blackwater que en el pasado, se afirma, han buscado a colombianos para combatir en Irak y para prestar seguridad a firmas extranjeras.
Aunque no hay cifras oficiales sobre cuántos han conseguido trabajo en el Golfo Pérsico, Shippy sostiene que Blackwater ha contratado por lo menos a 120.
WASHINGTON Y BOGOTÁ: Combatientes a sueldo llegan de todo el mundo
De acuerdo con International Peace Operations, alrededor de 26.000 personas trabajan en Irak como contratistas en el tema de seguridad (protección de oleoductos, guardaespaldas etc.).
De ellos, unos 20.000 son iraquíes y el resto de diversas nacionalidades.
Aunque no existe un recuento específico de sus nacionalidades, un estudio hecho por Peter Singer, del Brookings Institute, dice que hay ex militares de Fiji, Ucrania, Suráfrica, Nepal, Serbia, España, Irlanda, Chile , Colombia, Guatemala, Salvador y Nicaragua.
En temas no asociados con seguridad como reconstrucción y hasta el abastecimiento de alimentos para las tropas de la coalición se estima que hay otros 20.000.
Sumados representan casi la mitad del número de soldados estadounidenses en el país. Es decir Esrados Unidos subcontrata a un tercio de su fuerza desplegada.
De los casi 20.000 millones de dólares que ha puesto Estados Unidos en la reconstrucción de Irak casi el 25 por ciento se va pagando seguridad.
Las empresas que más han recibido contratos son Dyncorp, Halliburton y Blackwater.
Agosto 11 de 2005
Desde hace tres semanas no se tienen noticias de ex oficial colombiano en Irak. Se fue a trabajar a ese país a mediados de febrero luego de pasar por un largo proceso de selección con una empresa estadounidense.
La última vez que se comunicó Jorge Piñeres*, capitán (r) del Ejército de Colombia, con su familia y amigos en Bogotá, les contó que estaba bien en Bagdad (Irak) y les envió unas fotos donde aparecía en una especie de base desértica luciendo armas de largo alcance y ropa camuflada estadounidense.
En las fotografías, recuerdan amigos suyos, el ex militar colombiano se veía como en las épocas en que enfrentaba a la guerrilla de las Farc y el Eln en la zona sur del país.
Un amigo de Piñeres dice que, esa vez, a mediados de julio pasado, la comunicación fue breve porque este adujo que tenía que ir con su unidad a proteger un convoy de soldados estadounidenses. «Nos comunicamos luego», les escribió.
Desde esa fecha, su familia y amigos no han vuelto a tener noticias de él, pues, por una razón que desconocen, no ha cumplido las citas semanales en Internet, la única forma en que pueden comunicarse con él.
«Ya son tres semanas sin saber de mi amigo, y uno se preocupa por las informaciones de allá (Irak) que ve en los noticieros. Ojalá que sean solo cuestiones de mucho trabajo», asegura un amigo de Piñeres.
El oficial retirado se enlistó en estas fuerzas armadas internacionales debido a las escasas oportunidades laborales en Colombia y porque le ofrecían un atractivo sueldo en dólares: cerca de 17 millones de pesos mensuales, además de un millonario seguro y un viaje anual a Europa de vacaciones.
«Él (Piñeres) nos ha contado por Internet que la paga es muy cumplida, pero que tienen mucho trabajo porque la situación allá está muy pesada», relata un suboficial retirado que trabajó con él en el Ejército y en la vida civil.
Piñeres también les contó que el dinero que reciben es bueno, pero el riesgo que asumen es alto, pues están encargados de los anillos de seguridad de los soldados estadounidenses.
En los dos años que llevan las tropas estadounidenses en Irak, cerca de 2.000 marines han muerto en ataques de los rebeldes.
«Estuve a punto de irme también. Incluso empecé el proceso de selección y desistí, porque me dio desconfianza que con antelación la empresa que nos contrataría supiera muchos datos privados de uno», cuenta el suboficial.
*Nombre cambiado por seguridad.
REDACCIÓN JUSTICIA Los primeros reclutadores
Aunque no es nueva la noticia de que firmas extranjeras están reclutando a miembros retirados de las Fuerzas Militares para misiones de seguridad en Irak, lo que sí es novedoso es que el mensaje en internet de la firma EPI parece evidenciar que este mercado ha crecido vertiginosamente en medio de la discreción.
El negocio de los mercenarios colombianos, que viven en una nación con más de 36 años de conflicto armado (como se promociona en los anuncios de la empresa contratista), empezó a revelarse a la luz pública en diciembre pasado cuando supuestos delegados de la compañía Halliburton Latinoamérica, filial de la petrolera Halliburton Co., que obtuvo el contrato más grande para apagar incendios petroleros en Irak, citaron a militares retirados en Bogotá.
Los voceros de esa empresa en Colombia lo negaron.
Los que vienen a Colombia
La otra cara de la moneda es la llegada de contratistas de otros países para trabajar en el Plan Colombia. Se estima que hay alrededor de 400 contratistas al servicio de E.U. en trabajos relacionados con la lucha antidrogas. Sus funciones son muy variadas: se encargan del pilotaje de avionetas de fumigación y helicópteros Black Hawk, hacen labores de inteligencia y reparan aeronaves.