Elecciones en Venezuela: la oposición deja atrás la etapa democrática, y se prepara para dar batalla en otros terrenos

Por Causa Popular.- Los principales partidos opositores que gobernaron Venezuela en los últimos 50 años decidieron no prestarse en las últimas elecciones en las que se eligieron los nuevos representantes para la Asamblea Nacional. Esta decisión, tomada al amparo de la embajada norteamericana, representa una nueva etapa en el desarrollo de la revolución bolivariana. La oposición parece considerar agotada la vía electoral para terminar con Chávez: no pudo derrotarlo mediante un golpe de Estado organizado por los medios de comunicación y materializado por un sector de las Fuerzas Armadas, tampoco pudo hacerlo con un largo y agotador Lookout patronal en la industria petrolera y menos aun con el referéndum revocatorio. Todas estas derrotas, sumadas a las once elecciones realizadas en los 7 años de gobierno bolivariano que lleva perdidas han colmado la etapa democrática. En esta nota, todo lo que la prensa decidió ocultar en este momento crucial de la historia del pueblo venezolano.

Desde que Chávez ganó las elecciones presidenciales en 1998 con el 59 por ciento de los votos, los dos partidos que se intercambiaron el poder por más de 50 años, COPEI y Acción Democrática (AD), con la ayuda de los grandes medios venezolanos y las cadenas internacionales intentaron rodear de sospechas de fraude cada uno de los 11 actos electorales posteriores.

Sin embargo, elección tras elección, los observadores internacionales desmintieron los rumores y legitimaron la decisión soberana expresada por el pueblo en las urnas.

Faltando algunos días para las elecciones del 4 de diciembre COPEI y AD volvieron a la carga, aunque esta vez con una nueva carta bajo el brazo.

Primero solicitaron al Consejo Nacional Electoral (CNE) una serie de interminables condiciones para participar: que se retirara la máquina llamada “capta huella” (que al tomar la huella digital del votante intentaba terminar con la votación múltiple de ciudadanos), la eliminación de cuadernos electorales, y hasta la auditoría del 50 por ciento de las máquinas de votación.

Con plena confianza en el sistema automatizado, la CNE le concedió todo sin ningún tipo de miramientos. Pero cada uno de los pasos a dar, estaban ya fríamente planificados, y se retiraron aludiendo que no existían garantías que aseguraran una elección transparente.

Finalmente sólo 556 candidatos, o sea el 10,08 por ciento de 5.516 candidatos originalmente inscritos, formalizó su renuncia a participar en las elecciones parlamentarias.

Participaron 337 listas de un total de 355 inicialmente inscritas, es decir, quedaron desactivadas 18 (5,1%).

No pocos fueron los analistas internacionales que indicaron que los partidos se retiraron de la contienda después de sostener intensas “consultas” con el embajador de Estados Unidos.

Según el dirigente del Movimiento Electoral del Pueblo Arbeni Urdaneta, Súmate -una ONG ligada a la oposición, creada en el 2002 con la supuesta misión de velar por los derechos constitucionales de los venezolanos- recibe públicamente financiamiento de la National Endowment Development (NED), el Fondo Nacional para la Democracia creado por Ronald Reagan y financiado por la CIA.

La NED además de tener en su currículum haber financiado en 1973 las huelgas del trasporte destinadas a desestabilización del gobierno de Salvador Allende en Chile, también, más cercano en el tiempo, financió las bandas paramilitares que desestabilizaron al gobierno democrático de Haití, hoy ocupado por fuerzas militares internacionales bajo el paraguas de las ONU.

Según escribió la periodista chilena Frida Modak en una nota reproducida por el sitio Argenpress.info: “Que el plan fue concebido en Estados Unidos es indudable. Hace apenas unos diez días la televisión mostraba a la cabecilla de la organización Súmate en amistosa charla con George W.Bush en la Casa Blanca.

A través de Súmate los estadounidenses financian a la oposición venezolana (…) Una vez que la timonel de Súmate transmitió las nuevas instrucciones, como el que paga manda, los antes grandes partidos venezolanos las cumplieron a la letra. Acción Democrática, el partido de Carlos Andrés Pérez, y COPEI, sigla que quiere decir Comité de Organización Política Electoral Independiente, y que simplificando es el partido Demócrata Cristiano, manifestaron que no participarían en los comicios”.

Los resultados asignaron 167 bancas de la Asamblea Nacional, 12 al Parlamento Latinoamericano y 5 al Parlamento Andino, un total 184 disputadas por 4.960 candidatos válidamente inscritos.

Los resultados le dieron un total de 114 diputados al Movimiento Quinta República (MVR), pero no serán los únicos en la próxima Asamblea Nacional. También fueron votados integrantes de grupos sociales, personalidades independientes y militantes de los partidos por la Democracia Social (Podemos), Patria para Todos (PPT), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Partido Comunista de Venezuela (PCV), Unión Popular Venezolana, Lago y Movimiento Independiente Ganamos Todos (Migato), entre otros, todos comprometidos con el profundo proyecto de cambio que hoy protagoniza el pueblo venezolana.

Los comicios fueron presenciados por más de 500 extranjeros, entre ellos 160 observadores de la Unión Europea (EU), 7 diputados del Parlamento Europeo, 60 veedores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros 200 espectadores que incluyen representantes de organismos electorales del continente y delegados de observatorios privados. Una vez más, estos observadores, bajo ninguna sospecha de parcialidad, destacaron la transparencia de los comicios y descartaron toda posibilidad de que haya existido fraude.

La oposición se prepara para nuevas batallas

Al finalizar los comicios del domingo 4 de diciembre , el único incidente grave reportado en la víspera en un comienzo, fue un incendio provocado por un atentado contra el oleoducto Ulé – Amuay, controlado rápido por los bomberos de la empresa Petróleos de Venezuela.

El aparato de seguridad de la ación se movió con rapidez y en la marcha de los acontecimientos lograron incautar, antes del domingo: más de 20 kilogramos de explosivo “C-4” en una hacienda ubicada en el estado Guárico.

Igualmente capturaron a un grupo de personas que estaban cortando vías en el Estado Zulia (gobernado por un opositor), mientras estaba en vigencia una ley que prohíbe las manifestaciones públicas previas al acto electoral.

Pero las denuncias de desestabilización, e indicios precisos de los caminos a seguir por la oposición luego de abandonar la lucha electoral, se conocieron unos días después.

El jueves 8 la diputada Cilia Flores presentó el video de una conversación entre un coronel de nombre Carlos González Carballo, coordinando la colocación de niples que estallaron en distintas ciudades del país el domingo de las elecciones.

Para Flores, la explosión de niples en la ciudad de Caracas, durante los días previos al proceso comicial, forma parte de la estrategia aparentemente dirigida a asesinar al presidente de la República, Hugo Chávez Frías.

Según informó la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), el presidente de la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro, señaló que las pruebas se consignarán a la instancia pertinente y realizó un llamado a la ciudadanía para que reflexionen sobre estos hechos.

Por su parte, Flores enfatizó: “Nosotros habíamos dicho que tenían un plan terrorista y desestabilizador para frenar las elecciones, vimos que líderes de la oposición de manera abrupta se retiraron y decíamos que quien renuncia a las vías electorales es porque tiene bajo la manga otra opción, muchos se preguntaban cual era el plan B, pero nosotros y el pueblo lo sabíamos, y venimos a presentar las evidencias que llegaron a la Asamblea el día de ayer”, informó ABN.

Las pruebas serán presentadas ante la Fiscalía General y la Fiscalía Militar, a fin de determinar responsabilidades. Entre las mismas las fiscalías recibirán la grabación de una llamada telefónica en la que el General de División retirado, Oswaldo Sujú Rafo, articula parte del plan nacional e internacional para desatar una ola de violencia en el país.

En la grabación este General se refiere a la adquisición de 40 “AT-4”, un modelo de arma de destrucción masiva que alcanza hasta 500 metros y pesa 6.7 kilogramos, la cual puede ser usada contra tanques, helicópteros, vehículos, edificaciones y grandes concentraciones de personas.

En la grabación además se devela la intención de atacar instituciones del gobierno y a líderes principales, llamados en clave “pasajeros de primera clase”.

Previendo la lógica reacción de la población, los conspiradores habían estimado que unas 15 mil muertes iban a ser causadas por ellos mismos.

Según informó ABN, ante la revelación de este plan para generar violencia entre la población, los parlamentarios del Movimiento Quinta República, se preguntaron ¿los partidos de oposición que se retiraron de la contienda electoral horas antes de realizarse los comicios, sabían que estaban planificando estos actos de violencia?

Según advirtió la diputada Cilia Flores, está en ciernes un plan conspirativo para continuar actuando en contra del Estado venezolano, coordinado por una red nacional e internacional.

Al día siguiente de las elecciones del 4 de diciembre varias preguntas quedaban abiertas respecto a los pasos que seguiría la oposición: ¿Qué harán ahora los seguidores de los partidos que no desean estar en el parlamento unicameral? ¿En qué esferas ejercerán su oposición legítima a un gobierno que no les gusta, si el único ring legal en democracia es el Parlamento?

Al día siguiente de las elecciones, Chávez adelantó lo que con al pasar de los días se confirmaría con evidencias: “el imperialismo está tratando de activar un formato parecido al que activaron en Haití, en donde ocurrió algo casi exactamente igual a lo que está ocurriendo acá. Unas elecciones y los partidos renuncian y así pudieron crear una crisis política”, pero la diferencia, según su presidente, es que las instituciones en Venezuela están consolidadas.

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