El último orejón del tarro

En todo Paraguay la población indígena que vive como tal es el 5%, pero en el Chaco es del 50%. Las pocas tierras que consiguieron los indígenas las lograron gracias a la cooperación de organismos no gubernamentales, entre ella la Iglesia. Desde el gobierno fue nula la colaboración, una lastima. Los indígenas que coordinan con la iglesia católica y con las no católicas tienen tierras tituladas; pero a sudor de lucha contra los terratenientes, el gobierno y el ejército fue que consiguieron las expropiaciones, que se les devolvieran sus tierras ancestrales.

Según la Constitución Nacional, tienen derecho a tierras suficientes para desarrollarse, tierras que le tiene que proporcionar el gobierno; pero ese mandato no se cumple. Tienen derecho a la educación propia y la salud. Siempre queremos colaborar con el gobierno, ya sea a nivel local, regional y nacional. A veces conseguimos hacer algo en común. Los problemas que aquejan a la población chaqueña son básicos: la falta de tierra, de educación, de salud y de trabajo.

Hay una Ley que exige que la educación inicial tiene que ser hasta el noveno grado, pero no se lleva a cabo porque la próxima escuela queda a 100 kilómetros y no tenemos medio de transporte. Estamos formando profesores a distancia como manera de paliar la situación pero es imprescindible que la situación real del Chaco se tomo en consideración de una buena vez. Falta infraestructura, garantizar los servicios básicos.

– ¿Existe población indígena sin contacto con los blancos, es decir, “en estado natural”?

– En nuestro vicariato, no. Pero si nos adentramos más hacia Alto Paraguay, si. Ahora, “en estado natural”… Muchos de ellos fueron contactado a la fuerza, por lo que tuvieron que salir de sus hábitat natural. Los indígenas chaqueños son los más desatendidos. La mayor parte están dispersos de sus tierras ancestrales y sin tierra propia donde puedan desarrollar sus tareas productivas, obligados a cambiar sus estilos de vida de cazadores-recolectores y a trabajar en los establecimientos ganaderos o, como informales, en los centros urbanos. Estas poblaciones tienen los mayores índices de tuberculosis y enfermedad de Chagas de todo Paraguay.

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