Mucho se habló en las últimas semanas del paro nacional que los gremios docentes convocaron para este 6 y 7 de marzo. Si el inicio del ciclo lectivo es, desde hace ya varias temporadas, un punto rojo en el calendario de los conflictos argentinos, el de este año, sin embargo, se vio atravesado por una serie de particularidades que lo hacen, sino único, al menos significativo. A la oferta de aumento que distintos gobiernos provinciales hicieron de entre el 4,5 y el 18% en cuotas, y que la mayoría de los gremios docentes rechazaron de plano, se le sumó la negativa de la Nación a convocar por primera vez en años a una paritaria nacional docente, las amenazas al dirigente de Sutecba Roberto Baradel y la campaña de “voluntarios docentes” que nació de las aguas movidas de las redes sociales pero llegó a convertirse en una respuesta política posible en boca de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. Mario Almirón es el secretario general del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop). En esta entrevista habla de las razones del paro y de por qué los docentes privados también decidieron plegarse, señala al gobierno nacional como el principal responsable del conflicto, desmiente que sea un paro con “contenido político”, afirma que el hecho de pensar a los maestros “como apóstoles y no como trabajadores” llevó a todas las administraciones de los últimos años a confrontar contra los gremios docentes aunque, denuncia, el gobierno de Mauricio Macri quebró “ciertas reglas de convivencia democrática como hace mucho no veíamos” en este conflicto en particular, y asegura que, más allá del caso docente, los gremios van a aumentar su participación política y social en este 2017. “La conflictividad ya está. Lo que va a haber es una mayor expresión por parte del movimiento obrero de esa conflictividad”.
¿Cuáles son las razones que motivaron este paro y por qué los docentes privados también decidieron plegarse?
Los motivos tienen que ver con que el gobierno, incumpliendo la ley de financiamiento educativo, pero también incumpliendo la ley de educación nacional, no ha convocado este año, por primera vez en los últimos diez años, a la paritaria general docente. Y esa no convocatoria nos priva a nosotros de tener un ámbito paritario donde fijar el salario mínimo de la actividad y además las condiciones de trabajo. Nosotros, los docentes privados, tenemos el mismo salario, por equiparación, que los docentes estatales. Por lo tanto, estamos igual de afectados cuando el gobierno nacional no fija un reajuste salarial y no permite la negociación. Centralmente ese el motivo del paro. Más allá de que, a la par de eso, hay un intento público de ponerle un techo a la cuestión de la paritaria.
La semana pasada hubo un cruce de acusaciones entre la gobernadora Vidal y el ministro Bullrich. ¿Cuál consideran ustedes que es el principal responsable político de este conflicto?
Yo creo que el principal responsable es el gobierno nacional. El paro, de hecho, es un paro decidido por las cinco centrales docentes con representación nacional. Creo que el motivo tiene que ver con esta decisión de realizar un ajuste en educación, de desentenderse de la cuestión educativa. Y creo que también, en el caso de la provincia de Buenos Aires, hay una actitud que no favorece para nada al acuerdo, que no demuestra que haya esfuerzo encaminado en arribar a acuerdos. De todas formas, el paro tiene por motivo central la no convocatoria a paritarias por parte del gobierno nacional. Porque eso significa, en términos prácticos, una mayor desigualdad para todo el sistema educativo. Cada provincia va a pagar con los recursos que tenga los salarios que pueda y eso va a generar un marco de desigualdad, pese a que la tarea docente es igual en todos lados.
¿Cómo encaró el diálogo con los docentes el gobierno de Vidal y qué diferencias y similitudes encuentran con la gestión anterior, que también se vio atravesada por conflictos docentes y demoras en el inicio del ciclo lectivo?
Se ha dicho mucho que este es un paro con alto contenido político. Pero la realidad es que nosotros hemos luchado por el salario y las condiciones de trabajo de los docentes bajo distintos gobiernos, y también hubo muchos paros al ex gobernador Scioli. Lo que creemos que acá se ha generado de distinto, en relación a lo anterior, es que estamos ante un gobierno, tanto provincial como nacional, que en vez de comprometerse con la solución de los problemas educativos, pareciera desentenderse con la lógica de que el mercado es el que debe operar y no el Estado. Y para nosotros la educación es un derecho humano y social, y no la entendemos como tal sin una fuerte participación del Estado. Creo que lo que ha pasado en este último gobierno es que hay una política que no pone al rol del Estado en el centro, y no busca distribuir bienes económicos, sociales o culturales, como lo hacía de alguna manera el gobierno anterior, sino que busca su concentración. Es un modelo de país y, coherente con ese proyecto, la política educacional tiene ese mismo sesgo. Es un Estado que se retira, que deja de cumplir funciones. Y es un Estado que tiene una confrontación muy fuerte con las organizaciones sindicales, justamente porque nosotros buscamos que se distribuyan los bienes económicos, sociales y culturales, y el gobierno lo que busca es concentrarlos.
“Se ha dicho mucho que este es un paro con alto contenido político. Pero la realidad es que nosotros hemos luchado por el salario y las condiciones de trabajo de los docentes bajo distintos gobiernos”
Si bien los conflictos por los aumentos de los salarios docentes no son nuevos ni exclusivos de este gobierno, el de este 2017 estuvo atravesado por las amenazas a Roberto Baradel y la campaña de los voluntarios docentes. ¿A qué atribuye la particularidad de este conflicto?
Al intento de deslegitimar la lucha. Que es la lucha, no solo por el salario docente, sino por la educación para todos. Es una manera mediática, que tiene mucho que ver con el marketing político, de intentar deslegitimar una lucha que es legítima. Y además, en el caso del compañero Baradel, lo que se produce es un quiebre de ciertas reglas de convivencia democrática que hace mucho no veíamos.
Desde hace años, más allá de esas diferencias que marca, los discursos de apertura de las sesiones legislativas parecieron convertirse en una tribuna donde el gobierno de turno confronta o denuncia los reclamos gremiales docentes. ¿Por qué cree que se da esta confrontación permanente entre los gobiernos y los gremios docentes, que no ocurre, u ocurre en mucho menor grado, con otros sindicatos?
Hay una historia que nos quiere poner más como apóstoles que como trabajadores. Pero es claro que somos trabajadores y, como cualquier trabajador, entendemos que tenemos derecho a las cosas que tienen los demás trabajadores: paritarias, salarios, condiciones de trabajo adecuadas.
El gobierno de Vidal decretó la conciliación obligatoria. ¿Qué va a pasar con eso?
Es una conciliación que no se sustenta legalmente. Hay un incumplimiento de la ley por parte del gobierno nacional. El paro es nacional, el ministerio no tiene competencia para dictarla. Y además la está dictando como si hubiera un conflicto de intereses. En realidad, no hay un conflicto de intereses, técnica y propiamente hablando, sino un conflicto basado en el incumplimiento de la ley por parte del gobierno nacional. Con lo cual es una conciliación que busca, en vez de solucionar el conflicto desde su raíz, intentar paliar sus efectos.
¿Cuál es la situación en la Ciudad de Buenos Aires, que también está en negociación con los docentes?
Se ha rechazado la propuesta por insuficiente. También funciona en torno al techo del 18% que el gobierno quiere poner y eso claramente nos parece insuficiente. Pero además esa negociación, sin el complemento de la negociación paritaria nacional, nos parece que no resuelve el tema docente. Evidentemente ha habido un acuerdo para poner límite a los salarios de los trabajadores en un claro intento de ajuste en la educación que nosotros, obviamente, rechazamos.
“No resolver la cuestión central de las condiciones de trabajo docente también afecta la calidad educativa”
¿Qué balance hacen de la política educativa de Cambiemos, más allá de este conflicto puntual?
Somos críticos porque se desarticularon programas sociales, se cuestionó la formación profesional de los docentes y de alguna manera se intentó desconocer también un acuerdo paritario. No resolver la cuestión central de las condiciones de trabajo docente también afecta la calidad educativa. Y esto se parece mucho a los ’90, cuando a cada provincia se le transfirió la responsabilidad de la gestión del sistema educativo. Y lo que vivimos ahí fue la fragmentación y la desigualdad. Lo que se busca es, sin derogar la Ley de Educación Nacional, vaciarla de contenido.
El martes 7 se realizará también una movilización de los gremios industriales. Después de varios meses con una CGT que apostaba al diálogo con el gobierno, ¿cree que la conflictividad laboral y la presión de los sindicatos irá en aumento?
Me parece que sí. Porque los sindicatos, más allá de cualquier posicionamiento, tenemos la necesidad de defender a los trabajadores y responder a los problemas que tienen en la realidad. Y creo que la realidad manda. Y la realidad indica que la situación de los trabajadores en esta última etapa, con el gobierno de Macri, ha empeorado. La conflictividad ya está. Lo que va a haber, me parece a mí, es una mayor expresión por parte del movimiento obrero de esa conflictividad.