El 23 y 24 de junio último, Formosa fue el escenario de un encuentro que, a instancias del gobernador local, Gildo Insfrán, reunió a intelectuales y dirigentes de distintos puntos del país para debatir y actualizar el pensamiento peronista.
Cuesta creer que en 48 horas, entre protocolo y protocolo, se pueda actualizar una doctrina tan vasta como la del peronismo. Sin embargo, el alcance y la profundidad de la convocatoria dejó en claro que la necesidad de discutir atravesaba a la totalidad de un movimiento -tan vasto como esa misma doctrina-, en un momento en el que, para muchos, parece resonar la famosa sentencia de Discépolo: “estamos en un mismo lodo, todos manoseados” o, al menos, empujados a él, casi sin demasiada distinción.
¿Qué tiene para decir el peronismo hoy? El encuentro exhibió, por un lado, la voluntad de analizar el momento político actual y, por el otro, la necesidad de abrir el debate a los temas que se vienen. No fue un dato menor. Hacía mucho tiempo que el peronismo no tenía una instancia de discusión horizontal como esta, y es probablemente ahí donde radique la importancia de la “Declaración de Formosa”, texto que reúne los principales aportes del encuentro.
“Entendemos que el desafío del peronismo en el marco del bicentenario de la independencia incluye renovar la agenda de la ampliación de derechos que ha sido una de sus marcas identitarias”. El texto, entre otras cuestiones, rescata los tópicos de las tres banderas históricas del peronismo, resalta el latinoamericanismo de este tiempo y la defensa de los Derechos Humanos, legado de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. La necesidad de abrir la discusión de cara a una reforma constitucional es, tal vez, uno de los puntos salientes de un documento que, más allá de que diste de ser el definitivo, como aclaran sus impulsores, sí expone algunas de las principales tensiones de este tiempo político y parece venir a lotear un terreno de acción para un Partido Justicialista del que, desde diferentes sectores, se esperan definiciones. “El Estado -subraya en otro de sus pasajes- no es el problema sino parte de la solución; sin su intervención, el único derecho es el del más fuerte”.
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