El INDEC debe volver a ser creíble

Es malo que el país tenga un sistema de estadísticas oficiales al que nadie le cree. Más allá de con quién esté vinculado el funcionario que se pone al frente del organismo, me parece que este paso va en la dirección correcta: primero, reconocer que hay un problema y, además, abrirse a la opinión de especialistas para que propongan los cambios que permitan que las estadísticas del INDEC vuelvan a ser útiles para el país.

El organismo perdió credibilidad en los últimos años y hoy se difunden estadísticas que no reflejan, por ejemplo, el incremento en el costo de los productos de la canasta familiar; con lo cual se subestima el desempleo, la pobreza o la desigualdad que afecta a millones de personas en el país.

No es posible establecer políticas sociales serias y estratégicas si el diagnóstico de la situación está alejado de la realidad. Por eso, evaluamos como positivo este paso que acaba de dar el Gobierno de reconocer el problema y, sobre todo, de convocar a un Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento y a otro de Observación Económico y Social. Hay que ver cómo se hace el trabajo, pero la intervención de los especialistas le daría credibilidad para que los cambios vayan en la dirección que hace falta.

Es importante que se avance hacia la independencia del organismo, y que los nombramientos de sus autoridades se hagan por concurso, de manera de garantizar la absoluta transparencia de todos las informaciones que se generan.

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