Postales de un domingo en la exposición que se lleva a cabo en el predio de La Rural. La Feria estará hasta el 10 de mayo. Libros, charlas, presentaciones, política e historia.
Era domingo por la tarde y estaba repleto de gente. Familias con niños que corrían y desordenaban el orden establecido de los stanes -lo bien que hacían-, granaderos, promotoras, autores que estuvieron por un instante en la piel de las estrellas de rock, puestos de comida y muchos (pero muchos) libros.
El jueves 22 comenzó la 36ª edición de la ya tradicional Feria del Libro de Buenos Aires, que continuará hasta el 10 de mayo, con la consigna “Festejar con libros 200 años de historias”. La inauguración estuvo a cargo del secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia; del presidente de la Fundación El Libro, Horacio García; del ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni; y del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Además, Teresa Parodi y Víctor Heredia leyeron poemas de Mariano Moreno, Joaquín V. González, Ricardo Rojas y Manuel Ugarte.
En la entrada principal, una gran puesta del Gobierno Nacional recibe a cada uno de los visitantes con stanes del Ministerio de Educación, de Salud y de distintas áreas u organismos del Estado. Como en general los mapas que le entregan a uno al ingresar nunca se entienden, cada quien elije su propio destino en esa selva de 37 mil metros cuadrados con más de 1300 stanes.
Luego de bichar la fenomenal puesta de la Nación, si camina unos pasos se puede encontrar con una sorpresa: un puesto del INDEC, sin K. Extrañado se puede acercar a preguntar cuál es el motivo, pensando que se debe a una apuesta del Instituto para lavar la imagen que tiene la sociedad, sobre todo los sectores medios, pero se encontrará con una sonrisa picara de una bella señorita que le dirá: “no, no tiene que ver con la cuestión de los índices, sino con que el 27 de octubre se realizará el décimo Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, y estamos informando a la población porque es un análisis que hay que hacer cada diez años siguiendo recomendaciones internacionales, el mandato constitucional y la legislación vigente.” Convincente.
Tras chicanear y debatir un ratito con los muchachos y las muchachas del INDEC, usted podrá continuar medio perdido entre los libros. De repente se puede topar con una máquina que recibe monedas de un peso y a cambio le entrega muy buenos títulos de bolsillitos, en el stand de la Biblioteca Nacional. También puede escuchar y ver Radio Nacional, lo que le quita un poco de magia a eso tan lindo que es la radio. Si va un día que hay partido puede quedarse pegado frente a los plasmas viendo Fútbol para Todos, o si es un día de semana que zafamos de que no haya fútbol puede ver la programación de Canal 7, en su stand.
Otra cosa que puede hacer, es robarse un libro -o varios-, algo típico en la Feria del Libro, pero que desde Zoom no recomendamos -al menos cuando lo están viendo los encargados del stand- para no hacer apología del delito. Asimismo puede darse una vuelta y comprar algo entre la variada oferta que año a año, día a día, ofrece la gigantesca industria editorial argentina.
Dentro de las actividades programadas, la Secretaría de Cultura de la Nación ofrecerá una nutrida agenda de actividades con homenajes a José Hernández, Juan Gelman, Horacio Quiroga, Arturo Jauretche, Roberto Arlt, Héctor Oesterheld, Leopoldo Marechal, Alejandra Pizarnik, Julio Cortázar, Rodolfo Walsh, Homero Manzi, Roberto Fontanarrosa, Raúl Scalabrini Ortiz, Haroldo Conti, Oliverio Girondo, Enrique Santos Discépolo, Borges y Raúl González Muñón (ver en la página oficial de la Feria la Programación completa). Y habrá “Café Cultura”, con Juan Sasturain, Liliana Heker, Osvaldo Bayer, Francisco Solano López, Ricardo Forster, Horacio González, Miguel Vitagliano, Mauricio Kartún, Lilia Ferreira, Norberto Galasso, Eduardo Anguita, Hernán Brienza y Miguel Rep, entre otros. El miércoles 5 de mayo a las 18 habrá un debate prometedor: La construcción de la realidad a través de los medios de comunicación, con los panelistas del programa 6.7.8.
El domingo, un día que por culpa de las políticas populistas de Juan Perón en general la gente no trabaja, usted se encontrará con miles de personas. Para los amantes de la soledad o los que rehúsan a la muchedumbre, se puede visitar por la mañana un día de semana o por la tarde, cuando la cosa está más clama.
Pero los sábados y los domingos suele haber más exposiciones y charlas. El domingo que pasó, por ejemplo, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, junto con el vicecanciller Victorio Taccetti, presentó el libro «La cuestión Malvinas en el Bicentenario». La editorial Colihue, por su parte, presentó Verdades y Mitos del Bicentenario. Una interpretación latinoamericana, el último libro del historiador, ensayista y polemista, Norberto Galasso.
En la sala Alfonsina Storni, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, el secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel, y el historiador Maximiliano Molokznik, junto con Galasso, hablaron sobre el libro, la historiografía argentina y la política nacional. González dijo que “es un libro muy pequeño, pero sin embargo muy profundo”. Entre elogios, también expresó que tanto el autor como la obra “son de una gran resistencia por el lenguaje del historiador argentino”. Luego de hacer un excelente resumen del libro, que problematiza y plantea el debate acerca de la historia mitrista y la Revolución de Mayo, el Director de la Biblioteca Nacional argumentó que “polemizar es pensar que el adversario dirá algo más interesante que uno” y que “la autoría de la historia es colectiva, y no singular como muchos creen. Y este libro expresa eso”.
Por su parte, Baradel le habló al “maestro y compañero” y dijo que “no hemos sido capaces de instalar los conceptos que expresa Galasso en la escuela pública, donde en general predomina la historia mitrista, que es la historia oficial”. Remarcó también que “es fundamental que este libro esté en cada una de las escuelas del país.” Para Molokznik “el relato histórico es mucho más que una construcción de la Academia” y destacó que la ironía de Galasso “es una ironía de combate contra todo tipo de dogma”.
En el cierre, el maestro Galasso indicó que “la historia neutra está al servicio de la clase dominante”, y sostuvo que “hay que polemizar” porque “es la única manera de discutir cómo profundizar el proyecto iniciado en 2003”.
De alguna forma, la presentación de Verdades y Mitos del Bicentenario, estuvo en sintonía con la Feria del Libro, donde se ve un renovado interés por los libros de historia y de política. Quizás esto tenga que ver con el clima general que se vive en el país, donde la política ha retomado un rol protagónico y se ha reubicado en el centro de la escena para resolver las tensiones. Aunque los libros de autoayuda continúan en exposición, también se pueden encontrar en la Feria la oleada libros antikirchneristas, antiperonistas, peronistas, sobre los ’70, sobre el pensamiento nacional, la Revolución de Mayo y la historia de estos doscientos años.
¿Negocio editorial? Puede ser. Pero no se podía esperar otra cosa de esta Feria de Libro. Al menos, esta vez, la política llenó los stanes.