Ecuador otra vez en crisis por el TLC: los indígenas en la calle mientras Washington no detiene sus planes

Por Causa Popular.- “La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador y sus Federaciones Filiales agradecen a los comuneros indígenas y campesinos, a los pequeños agricultores, a los estudiantes, a los trabajadores de las ciudades, a los maestros, a los jóvenes, a las mujeres, a los intelectuales, a los comunicadores populares, a las organizaciones de campesinos de la costa ecuatoriana, así como a otros sectores, que han decidido apoyar y sumarse a estas movilizaciones en defensa de la vida y la soberanía que se desarrollan en estos días en todo el país.” De esta forma comienza la declaración de la Confederación de nacionalidades indígenas del Ecuador (CONAIE), la organización indígena más importante y poderosa de Ecuador, publicada el viernes 24 de marzo. Desde el 13 los pueblos indígenas de este país encabezaron una implacable lucha contra la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) que el gobierno de Alfredo Palacio está negociando con los Estados Unidos. La protesta puso en jaque al presidente Alfredo Palacios y constituyó un nuevo eslabón de una cadena de movilizaciones opositoras que evidencian una crisis de gobernabilidad sin aparente solución a corto plazo.

Luego de 12 días de bloqueos de rutas en 10 de las 22 provincias ecuatorianas y movilizaciones, la rebelión popular contra el TLC con Estados Unidos que casi paralizó al país, presenta una tregua que no se extenderá por muchos días más. Desde que asumió Alfredo Palacios, quien en su calidad de vicepresidente reemplazó en abril al destituido Lucio Gutiérrez, las manifestaciones no se redujeron al TLC sino que también abarcan los reclamos de obras en las provincias, para exigir la suspensión de contratos petroleros o por reformas políticas.

El 25 de este mes los manifestantes despejaron las rutas en lo que denominaron un repliegue estratégico para recuperar fuerzas. La intransigencia del gobierno ecuatoriano amenazaba con el desgaste. Esto obligó a los líderes indígenas a volver a sus comunidades a discutir medidas más radicales para lanzar durante la nueva ronda de negociaciones que continúan entre el gobierno de ese país y los Estados Unidos por estos días.

“No vamos a deponer actitudes bajo ningún concepto. Vamos a mantenernos firmes hasta las últimas consecuencias”, expresó Santiago de la Cruz, vicepresidente de la CONAIE.

Los indígenas, que representan una tercera parte de la población del país y de los cuales el 80 por ciento vive en la pobreza, temen que el TLC afecte sus posibilidades de subsistencia y beneficie sólo a las elites adineradas. Los defensores del convenio sostienen que Ecuador, cuyos vecinos Perú y Colombia ya han firmado el TLC con EE.UU., parece no tener otra alternativa que suscribirlo, pues de lo contrario podría ver inundadas sus fronteras de contrabando y perder parte del mercado estadounidense para productos como el banano y las flores.

La tensión es tal que la iglesia católica pidió ayer al gobierno que someta a consulta popular el TLC al tiempo que llamó a los dirigentes indígenas a deponer “la violencia y aceptar” un diálogo con las autoridades.

Las negociaciones con Estados Unidos no se detienen

Ecuador y Estados Unidos continuarán las negociaciones por el TLC durante el fin de semana, concentrados en la mesa agrícola, la que presenta más obstáculos, según afirmó a la prensa desde Washington el portavoz del Ministerio de Comercio Exterior de Ecuador, Andrés Rivadeneira.

“Anoche -por el pasado jueves- establecimos la agenda de negociaciones para el fin de semana. No es ninguna sorpresa, ya sabíamos que iba a ser así, al punto que desde Quito ya teníamos la fecha de reservación para regresar el 4 de abril”, dijo Rivadeneira en declaraciones realizadas el viernes 31.

Los obstáculos que siguen impidiendo cerrar la mesa agrícola son los diferendos en torno a los aranceles y las cuotas de exportación de arroz, maíz, cuartos traseros de pollo, carne y leche de Estados Unidos a Ecuador. Estos son los sectores más sensibles de la economía ecuatoriana y la delegación de Quito pretende que haya una flexibilidad especial para estos renglones. Fueron también los sectores que más costó negociar entre Washington y Colombia.

En total, la mesa agrícola maneja 700 renglones, pero todos se mantienen abiertos hasta que se cierre el último, ya que las delegaciones pueden conceder algo a cambio de otra cosa que afecte otros renglones, según explicaron fuentes de las negociaciones.

La coyuntura ecuatoriana y el temor a las consecuencias del TLC, ahuyentan las posibilidades de firmarlo y de revisar los términos de acuerdo comercial punto por punto: un requerimiento que los indígenas ni siquiera quieren discutir.

Ya saben que la única posibilidad que les queda para evitar perder lo poco que tienen, es declararle la guerra al TLC. Para ellos, esta nueva etapa puede significar el ocaso de un sistema político basado en una economía que casi nunca los tuvo en cuenta.

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