José Ignacio de Mendiguren es una referencia obligada de la industria nacional. Ex titular de la UIA, ex ministro de Eduardo Duhalde y actual diputado por el Frente Renovador, el “Vasco” -como le dicen todos-, dice estar “sorprendido de que haya gente sorprendida” con la crisis económica. “La impericia del gobierno es evidente desde hace tiempo”, dice el legislador, que no ve la asistencia del Fondo Monetario o la declaración de “país emergente” como luz al final del túnel: “Nunca de la bicicleta financiera se salió de otra forma que no fuera mal o peor”, asegura el industrial.
¿Cómo se llegó a esta crisis?
Esto se veía venir desde hacía tiempo. Llama la atención que recién ahora se empiece a tomar nota de las consecuencias de las decisiones que ha tomado un gobierno que repitió tres veces que lo peor ya había pasado y después devalúa, eleva la tasa y tiene que recurrir de emergencia al FMI. En lo personal lo dije desde el tercer mes que el gobierno estaba en funciones, cuando instaló la bicicleta financiera como eje de la política económica. Las consecuencias son estas, porque nunca de la bicicleta financiera se salió de otra forma que no fuera mal o peor. Como industrial cada vez que vi que se decretaba el ingreso y egreso irrestricto de capitales, se planchaba el tipo de cambio y se subía la tasa de interés, eso por un lado fomentaba un ingreso de capital especulativo enorme pero que ese instrumento automáticamente sacaba de competencia a toda la Argentina productiva. Es decir que los únicos dólares que podían entrar eran los especulativos. Y a los sectores que tendrían que generar los dólares para pagar esas deudas, los mataron. Entonces cómo no íbamos a tener un saldo negativo récord de la balanza comercial, saldo negativo récord de la balanza turística, récord de fuga de capitales… Era muy clara la situación cuando uno veía 8 kilómetros de cola de argentinos para cruzar a comprar a Chile o a Paraguay, cuando uno ve que los aviones de Ezeiza salen con la gente colgada del ala, esto Argentina ya lo vio. Y dura hasta que un día los acreedores se asustan y se quieren ir, y usted para que no se vaya aumenta la tasa de interés. Lo retiene por un tiempito, pero cualquier observador se da cuenta que a esta tasa de interés una economía no es viable, por lo tanto se vuelve asustar y se entra en ese círculo que ya vivimos de tener que volver a aumentar la tasas. Yo yo creo que puede darles tiempo, un poco de aire para parar la corrida financiera, pero si no se cambia el modelo económico, aunque le perdonaran la deuda, al otro día se empieza a endeudar de nuevo.
Recién mencionaba al Fondo. Esta semana el bloque del Frente Renovador fue muy cuestionado por no bajar al recinto para acompañar la sesión que había pedido el FPV para tratar este acuerdo con el FMI. ¿Qué sucedió ese día?
Nosotros como bloque, más allá de lo que alguno en particular pueda pensar, nos pareció más prudente ir por otros instrumentos como citar a los responsables al Congreso, debatir. Son distintas estrategias, pero creo que coincidimos en el diagnóstico sobre el FMI.
La semana también se conoció la decisión del Morgan Stanley que recalificó a la Argentina como “país emergente”. ¿Cómo lo evalúa?
Yo tengo mis reservas sobre las calificadoras de riesgo o estas calificadoras financieras. Esas calificadoras de riesgo en el año 2001 decían que la Argentina cumplía las normas de Basilea Plus, es decir que tenía uno de los sistemas financieros más sólidos del mundo y mire lo que pasó. Quienes califican son grandes operadores de deuda, compran, venden, arbitran, no son independientes para dar ese juicio. Entonces una Argentina que califique y sea emergente les permite a todos estos fondos inversión ampliar un negocio más. Pero bueno podrán venir inversiones, comprar acciones de Argentina, comprar bonos de Argentina. Ahora bien, esto no implica que lo que se está trayendo a la Argentina son inversiones de riesgo que vengan a sectores que generen empleo, que generen dólares, que generen riqueza. Ésa es la inversión que Argentina necesita, y para que eso ocurra es clave cambiar el modelo económico. Porque hoy somos un país que exporta trigo e importa fideos, que exporta cuero e importa zapatos. Eso no ocurre en Suecia, sino en un país que además tiene 30% de pobreza, desocupación. Y generando cada vez más deuda para cubrir un saldo de la balanza comercial negativo. Está claro que con este modelo vigente no vamos a torcer ese rumbo.
El jueves el presidente Mauricio Macri le tomó juramento a los nuevos ministros, Dante Sica en el Ministerio Producción y Javier Iguacel en el Ministerio de Economía. Cree que esos cambios perfilan otras políticas?
En el tema producción, entre Dante sica y (Francisco) Cabrera tenemos diferencias notorias. El señor Cabrera no sabe distinguir una tuerca de una arandela, nunca estuvo en un sistema productivo. Sica estuvo con nosotros en el gobierno de Duhalde, tuvo una consultora relacionada a los temas industriales. Es decir, conocimiento tiene, y mayor al que tenía Cabrera. Ahora, el que toma las decisiones fue el presidente de la Nación. Entonces más allá de las personas, lo importante será ver qué capacidad tendrán para poder hacer propuestas hacia dentro del gobierno, de eso se trata hoy lo que hay que observar, que margen tienen de poder para poder nivelar lo que hoy ocurre en la Argentina. Hoy todas las miradas, los focos, están puestos en los sectores financieros. Las vedettes del gabinete son el presidente del Banco Central, el secretario de finanzas. El ministerio de Producción está al margen en esa mesa de toma de decisiones. En el mundo, en cambio, es al revés. La producción es el árbol que genera riqueza y los derivados financieros son la sombra. Pero en el gobierno de Macri nos enamoramos de la sombra y nos olvidamos del árbol.
¿Coincide con los funcionarios económicos que admitieron que vienen meses complicados para el país?
No hace falta ser economista para ver eso. Piense en un trabajador argentino. No hay aumento que le haya llegado por debajo del 20, 25 por ciento. Y le dicen que tiene como límite un 15% de aumento salarial. ¿Hay que ser un genio para darse cuenta que la demanda, qué es el único motor que tenemos, va a salir fuertemente dañada? Además, otra cosa que están haciendo es redolarizar la economía. Porque la gente gana un sueldo en pesos y paga la luz, el combustible, en dólares. Hemos vuelto a una economía bimonetaria que es muy perjudicial. Se ha devaluado sin plan. ¿Qué va a pasar con los alimentos? Porque Argentina exporta lo que comemos. Chile no tiene ese problema, porque el cobre no se come. Cuando aumenta el precio internacional del cobre, en Chile están todos felices. Pero en la Argentina, al haber sacado las retenciones, cuando se devalúa, los cereales y los productos alimenticios que cotizan en dólares, son arrastrados por la devaluación. Insisto, no hace falta ser economista, es sentido común.
A las vísperas del año electoral, ¿ve posible una unidad con Cristina Fernández de Kirchner?
Yo no estoy en el armado político, lo que creo que así como hemos hecho ya con varias leyes, nos tenemos que sentar a trabajar juntos en un modelo alternativo. Eso nos va a unir, los problemas que tenemos que resolver. Porque todos tenemos la obligación de decirle a las pequeñas y medianas que no bajen los brazos, porque lo que viene va a ser distinto.
¿Ve a Sergio Massa como candidato?
No me lo manifestó, pero estoy seguro que va a ser candidato.
¿A presidente?
Cualquier político aspira a lo máximo, ahora si las circunstancias y la aqruitectura electoral indica otra cosa, se verá.
La semana pasada Massa se juntó con Marcelo Tinelli, ¿va a desembarcar a la política en Frente Renovador?
No lo hemos charlado. Como político Massa sabe que hay que comunicarse, que hay que hablar con todo el mundo, pero de ahí a que esto pueda significar que Marcelo Tinelli forme parte de nuestro espacio lo veo lejísimo.