Era lo que querían. Ahí está. El gobierno evaluó que no tenía más remedio que salir hacia el centro y no por izquierda. La designación del nuevo jefe de gabinete es eso.
Ahora, ¿cómo lo explicamos? Para los que la vemos desde la centroizquierda y el campo popular se huele que no hay muchas convicciones y menos tropa para bancar la parada.
La sociedad en estos últimos 120 días se ha derechizado aun más, con el cuento de los buenos modales, el sentido común y el sonsonete de que la gente no quiere ni escuchar hablar de peleas. Todos sabemos que sacarle algo a los poderosos no se logra solo con buenos modales.
Por si hacía falta decirlo, la agenda K del 2003/2007 ya fue: derechos humanos, Corte Suprema, FMI, etcétera ya son bienes adquiridos que no se puede seguir agitando todo el tiempo esperando nuevos frutos.
Si el gobierno eligió el centro, la mesura pedida a (dos) voces por la patria mediática, quizás pueda tirar un par de tiritos a la izquierda, sobre todos los simbólicos. Cuando se trate de economía real, veremos. Si las cuentas no dan, ¿harán unos pasitos a la derecha?
Ya está. Me parece que Alberto tuvo muchos reflejos: se fue antes que lo vayan por el clamor de las operaciones de todo color, y se preserva para el 2009 en la ciudad. Hoy todos, de adentro y afuera, lo calificaban como el único dialoguista, el racional, Telenoche le dedicó un clip y un poco más era una víctima.
La diaria nos pasó por arriba. Si a alguien le interesan las reflexiones y la búsqueda de señales claras que nos planteamos en el editorial original de esta edición, que duró menos de 24 horas, mírelo aquí.
Ahora ya está. Pasaron el campo, la Plaza de Mayo, el 25 en Rosario, las rutas, el acto del Congreso, la marcha de la patria blanca, las votaciones de Diputados y del Senado.
Era lo que querían. Darnos Massa.
Ahora hay que barajar y dar de nuevo.