Constanza Bossio: “El peronismo tiene que aprender del movimiento estudiantil a buscar las similitudes, no las diferencias”

La secretaria general de la FUA habla de los frentes que vencieron en La Plata y Córdoba, la apuesta por la unidad y la universidad como espacio de recambio político.
Foto: Georgina García | Zoom
Foto: Georgina García | Zoom

Constanza Bossio es estudiante de sociología de la UBA, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Secretaria General de la Federación Universitaria Argentina (FUA), cargo por el que fue reelecta este año, tras perder la presidencia por apenas 98 votos. La ajustada elección, la primera tras la llegada al gobierno nacional de Cambiemos, alianza política donde participa Franja Morada, actual conducción de la Federación, se dio en simultáneo con otros resultados -como el triunfo del Frente Patriótico Milagro Sala en la Federación Universitaria de La Plata o el del Frente de Unidad Agustín Tosco en la Federación Universitaria de Córdoba- que parecen expresar estrategias y procesos de unidad capaces de disputar, por primera vez en décadas, la hegemonía radical en la política universitaria. En esta entrevista con Zoom, Bossio da su opinión sobre el presente de la militancia estudiantil. “Es un momento complejo pero que abre un montón de oportunidades”, asegura. Considera que para dar una disputa en la universidad “hay que hablarle a los estudiantes” y en ese sentido cree que el peronismo está aprendiendo a dar la discusión “desde la academia” y que La Cámpora se equivocó en su lógica de construcción. Hacia afuera afirma que la unidad de las agrupaciones universitarias deja enseñanzas más allá de las paredes de los claustros, opina que el peronismo se debe una renovación “no solo de los actores sino también del discurso” y explica por qué, para ella, el kirchnerismo tampoco pudo “volver a las banderas históricas del peronismo”.

 

¿Cómo llega el movimiento estudiantil a esta nueva etapa política del país?

Es un momento complejo pero que abre un montón de oportunidades. Porque el frente Cambiemos se compone por el PRO pero también por la UCR y la pata estudiantil de la UCR en la universidad es la Franja Morada, que hoy tiene la presidencia de la Federación Universitaria Argentina (FUA) desde la vuelta de la democracia. Entonces, es complejo porque ellos están fuertes en ese sentido. Pero por otra parte se abren muchas puertas para que los espacios populares logremos construir unidad frente a eso. Por ahí no se dio en esta FUA pero creo que de cara a la que viene, en 2018, se puede llegar a dar ese proceso. Nosotros por lo menos queremos trabajar en pos de eso, porque hoy necesitamos una Federación que le exija al gobierno lo que tiene que exigirle y la Franja no hace eso.

 

¿La reciente derrota de Franja Morada en Córdoba va en sentido?

Sí, yo creo que sí. Se está dando eso: organizaciones que en otros momentos no hacían frente común y que hoy sí. Creo que se está dando a nivel micro, en algunos centros de estudiantes, y a nivel más grande, como puede ser en la Federación Universitaria de Córdoba.

 

¿Lo de La Plata también?

En La Plata también, aunque fue un poco más complejo que lo de Córdoba porque muchos centros quedaron afuera de la Federación, de hecho la Franja no entró. También hay que entender que los frentes que se dan a nivel federaciones no son lo mismo que los de base, de centros de estudiantes. Es otra cuestión. Por ahí se construye un frente político para ganar una federación pero después cada agrupación trabaja por su lado lo que le parece. Creo que nuestro desafío ahora es construir una alternativa desde el movimiento estudiantil a la Franja Morada pero trabajando en unidad, más allá de los frentes políticos que se disputan en elecciones.

«Hoy necesitamos una Federación que le exija al gobierno lo que tiene que exigirle y Franja Morada no hace eso»

¿Como está el peronismo a nivel universitario?

Hay una diferencia entre lo que son las universidades tradicionales y más nuevas. Cuando digo más nuevas abarco desde los ’70 a esta parte, no las centenarias. En las universidades más tradicionales siempre nos costó desde el peronismo hacer pie pero hoy se están dando procesos en los cuales por ahí no son frentes explícitamente peronistas pero sí incorporan sectores de izquierda o populares, como el caso de Sociales de la UBA que se ganó el centro de estudiantes con un frente de diferentes organizaciones del sector nacional y popular pero entendiendo que para ganar había que tener una lógica más amplia. Después hay otros lugares donde siempre fuimos fuertes: en La Matanza, Merlo, Quilmes, en el conurbano en general. En Jujuy tenemos la federación universitaria y los cuatro centros de estudiantes en la Universidad Nacional de Jujuy. También tenemos la Federación de San Juan, que la ganamos este año a la Franja con el frente de la JUP. Tiene que ver con cuestiones que hacen a las universidades en general, con esto que te decía de las universidades más tradicionales, donde hay líneas o corrientes de pensamiento, qué sé yo, (Luis Alberto) Romero, por ejemplo, fija la línea histórica desde un lugar que puede ser poco académico a veces pero el peronismo no daba esas discusiones desde la investigación o desde la academia. Solo nos dedicábamos a decir “no, bueno, eso es mentira”, y nunca a laburar para decir por qué. Creo que la creación de universidades nuevas en ese sentido generó nuevos grupos de investigación, nuevas corrientes del pensamiento que hoy están dando esa discusión desde la academia y eso es algo muy positivo y que nos ayuda a crecer.

 

Foto: Georgina García | Zoom
Foto: Georgina García | Zoom
Durante el kirchnerismo se dio un crecimiento muy fuerte de la participación juvenil en la política que muchos, a favor o en contra, suelen sintetizar en la emergencia de experiencias como la de La Cámpora. ¿Qué pasó con la militancia universitaria estos años, que también fue una experiencia de participación política juvenil? ¿Ves ahí un proceso diferente o con puntos en común?

Es verdad que mucha gente se volvió a involucrar en la política estos años pero no me gusta pararme desde ese lugar, porque hay un montón de compañeros que en los ’90 se bancaban los palazos y militaban y eran jóvenes. No es que los jóvenes empezaron a militar a partir de ahora. Lo que sí, por lo menos nosotros, desde la Juventud Universitaria Peronista, entendimos que sólo a través de la unidad vamos a poder ir hacia adelante. Nosotros en los 90 estábamos fracturados, había una JUP que estaba en el PJ orgánico y otra JUP que estaba por afuera y a partir de 2003 empezamos un proceso de reunificación y hoy somos una sola JUP que pone por encima los intereses de la universidad y que, más allá de las cuestiones territoriales o el referente de cada uno, entendemos que para dar una disputa en la universidad hay que hablarle a los estudiantes y hay que tener una propuesta que interpele a ese sector. Creo que esa es nuestra mayor virtud y nuestro mayor defecto porque muchas veces nos costaba posicionarnos frente a ciertas políticas nacionales porque hay compañeros que a nivel provincial están más con su gobernador, otros con su intendente y por ahí eran posiciones contrapuestas las que tenía uno y otro. Pero logramos trabajarlo y ahora que nosotros logramos esa unificación hacia dentro del espacio, entendemos que hay que ir por más porque con el peronismo logramos la secretaría general pero solo con el peronismo no alcanza para ganar la federación. Lo mismo que en el país: con el peronismo solo no alcanza. Entonces eso, a partir de ahora, nos habilita a empezar a trabajar para sumar otros sectores.

 

¿Qué lugar ocupó La Cámpora en el mundo estudiantil universitario durante estos años?

Creo que ellos tuvieron muchos recursos que por ahí no los aprovecharon para explotarlo en materia estudiantil. Porque no tuvieron un crecimiento más allá de lo que son las universidades, como puede ser la de Buenos Aires o la de La Plata. Después ellos, como Cámpora, no conducen ningún centro de estudiantes, más que por ahí alguno de alguna universidad nueva pero que nacieron con el centro de estudiantes, no es que ganaron elecciones. Tampoco creo que sea un problema de La Cámpora en sí misma sino del peronismo en general que relegó las universidades siempre y se abocó a otros espacios. Históricamente siempre estuvo la idea de que las universidades son de los radicales y lo nuestro son los sindicatos y relegamos un espacio que es importantísimo en la construcción de cualquier política. Me parece que tiene que ver un poco con eso, que se relegó el espacio pero que tampoco se laburó bien cuando se le ponían recursos a las universidades, porque se entraba con otra lógica, con una lógica por ahí más territorial, cuando la universidad tiene su lógica propia y para entenderla hay que ser estudiante, hay que estar, te demanda otro tipo de militancia que no es la misma que la militancia territorial.

 

¿Ellos no son parte de la FUA, no?

No, ellos se fueron de la FUA en 2012. Se hizo un acto pero no siguió caminando esa federación que intentaron hacer.

 

¿Por qué se fueron?

Ellos se fueron denunciando un montón de cuestiones en las que estamos de acuerdo, sobre cómo se maneja la Franja Morada en la Federación, etcétera. Ahora, nuestra discusión era: nosotros la disputa la damos adentro de la institución porque la queremos ganar. Nos parecía que yéndonos le íbamos a dejar ese espacio a otro, porque si no somos nosotros está otro. Ésa era la principal discusión que teníamos. La realidad es que también ellos en su momento calculo que respondían a alguien más, que les exigía o no ganar una federación. Entonces por ahí al no entender las lógicas estudiantiles o de las elecciones estudiantiles se decidió eso.

«(Luis Alberto) Romero, por ejemplo, fija la línea histórica desde un lugar que puede ser poco académico a veces pero el peronismo no daba esas discusiones desde la investigación o desde la academia. Solo nos dedicábamos a decir “no, bueno, eso es mentira”, y nunca a laburar para decir por qué. Creo que la creación de universidades nuevas en ese sentido generó nuevos grupos de investigación que hoy están dando esa discusión desde la academia y eso es algo muy positivo»

¿Cómo ves el momento actual que vive el peronismo a nivel general?

El peronismo está convulsionado. Obviamente después de perder el gobierno, después de tantos años empiezan a haber reconfiguraciones en las cuales empiezan a valer lo que tiene cada uno en materia de representación. Creo que el desafío del peronismo es reconstruir un discurso que interpele a la gente y no solo a la que es peronista, sino a la gente que no está de acuerdo con el gobierno nacional pero que no es peronista. Construir una alternativa que vaya más allá del discurso hacia los peronistas y que le dé respuestas a los problemas de la gente. El principal problema que para mí tiene el peronismo es que dejó de darle respuestas a la gente cuando somos un espacio político que se identifica por eso, por estar cerca de los sectores populares y darle respuestas a esas necesidades. Creo que tiene que haber una renovación del discurso, no solo de los actores, y que se genere una alternativa para todas las personas que no están de acuerdo con el rumbo que plantea el gobierno nacional.

 

¿Cuando hablás de renovación lo asociás con  Sergio Massa?

Yo creo que al gobierno hoy lo que más le sirve es que el peronismo vaya dividido en dos o en tres y eso para nosotros es un problema. Tiene que haber un marco de unidad, después la unidad cómo o con quién son cuestiones a discutir a futuro. Pero en principio yo creo que el peronismo se tiene que unificar con todos los sectores. Massa tiene votos peronistas, tiene compañeros que son peronistas, que están dentro de su espacio y en ese sentido son igual de valiosos que los compañeros que están en otro espacio, no nos vamos a poner a decir nosotros quién es más o menos peronista. Lo que sí, si nosotros queremos ganarle a este gobierno, tenemos que ser mas inteligentes y entender que ir separados beneficia al macrismo más que lo que nos beneficia a nosotros. En ese sentido, para mí, claramente tiene que haber una unificación.

 

¿Qué creés que le puede enseñar el movimiento estudiantil al peronismo hoy?

Nosotros somos un frente político como JUP en el cual tenemos incorporados a sectores del kirchnerismo, sectores del massismo, sectores del peronismo silvestre, de distintos peronismos, y lo que ponemos por encima es un objetivo mayor que es la defensa de la educación pública, que son las banderas del peronismo. Lo que nos une es el peronismo. Después referentes siempre va a haber un montón pero lo que a nosotros nos permite tener unificado el espacio son las similitudes no las diferencias. Creo que la nueva conducción de cara al futuro del peronismo tiene que buscar eso: las similitudes y no las diferencias. Si nos ponemos a buscar las diferencias no vamos a poder lograr nunca esa unidad.

 

Foto: Georgina García | Zoom
Foto: Georgina García | Zoom
¿Puede ser el movimiento estudiantil una cantera de nuevos dirigentes o de nuevos discursos?

Sí, hay muchos jóvenes peronistas que hoy se forman en la universidad pública que podrían hacer un gran aporte a lo que es la reconstrucción del peronismo, no solo como cuadros técnicos sino también como cuadros políticos. En ese sentido nuestra apuesta es a que haya efectivamente una renovación, no solo de los actores sino también del discurso, y que en esa renovación estén los trabajadores, los estudiantes… La CGT nos dio el claro ejemplo de cuál es el camino, el de la unidad, y creo que el peronismo le tiene que prestar más atención a eso, antes de estar mirando qué hace el compañero para ver si lo integramos o no. Hoy la gente no está viendo otra alternativa a Macri no solo porque no ve una persona física que lo concrete, sino que tampoco ve un discurso que lo supere porque estamos discutiendo entre nosotros en vez de hablarle a la gente. Creo que ahí está nuestro mayor problema y el mayor desafío del peronismo de cara al futuro.

 

Volviendo a la universidad, en una entrevista dijiste que la izquierda es funcional al conservadurismo universitario. ¿Ahí no se puede pensar un esquema de alianzas?

El tema ahí es que nosotros, dentro de la universidad, somos el espacio que le disputa realmente a la Franja Morada. Y muchas veces los sectores de izquierda se alían para ir contra nosotros en vez de para ir contra la Franja. Entonces en ese sentido son funcionales porque si nosotros hoy juntamos nuestro espacio político en la Federación con el espacio político de la izquierda se gana. Lo que pasa es que muchas veces, como te decía, están más enfocados en ganarle al peronismo que en ganarle a la Franja. Ése es un problema que lo venimos teniendo hace bastantes años. En el 2004 se quiso ganar la Federación, en el 2010 también se estuvo bastante cerca, quedamos a 30 votos, incorporando a esos espacios, pero después siempre hay algunos que te terminan jugando en contra y es difícil en la construcción hacerles entender eso. Después por otro lado creo que la izquierda tiene algunos problemas, como pensar que los votos de las universidades del conurbano no valen tanto como los de la UBA o como los de La Plata.

 

¿Por qué?

Hay algo del peso simbólico de la universidad, entonces si yo tengo diez delegados de la UBA valen más que quince de La Matanza. ¿Y por qué? No sé. Pero es compleja esa relación con los compañeros de la izquierda. Nuestro espacio siempre estuvo abierto a construir una alternativa superadora. Creo que siempre hay más resistencia de ese lado.

«Yo creo que al gobierno hoy lo que más le sirve es que el peronismo vaya dividido en dos o en tres y eso para nosotros es un problema. Tiene que haber un marco de unidad, después la unidad cómo o con quién son cuestiones a discutir a futuro»

La JUP está muy asociada con los años 70 pero también tuvo un recorrido en los años 90. Como decías antes hubo un parte importante de la agrupación que fue orgánica al partido de esos años. ¿Cómo ves esa experiencia?

En los 90 el peronismo venía de una dictadura que arrasó con la mayoría de sus cuadros políticos y después con un intento de renovación, que al final terminó con el Turco presidente, y creo que había compañeros que eran parte de la JUP que se sintieron ilusionados con ese proyecto y algunos otros que quizás no tanto pero decidieron ser orgánicos del partido y les tocó jugar ahí. Pero era una situación general del peronismo en los 90. Porque hoy muchos de los que plantean ese tipo de cuestiones estaban todos y ahora se hacen los que toman agua bendita. Pero hay otros compañeros que no se resignaron a eso y formaron una JUP por afuera del partido, que tuvo sus cuestiones positivas pero también sus cuestiones negativas, por eso de que uno por afuera te ven como un tirapiedras y entonces no podés construir y le cedés espacios de poder a otros. Pero tampoco esos compañeros se resignaban a estar dentro de un partido que estaba haciendo lo que estaba haciendo y no respondía a las banderas históricas del peronismo. Yo creo que no tiene que ver tanto con nosotros, a nivel JUP, sino que tiene que ver con el peronismo, lo que pasó en los 90 fue una generalidad. Pero creo que cuando se habla del peronismo en los 90 y se lo fija solamente con lo que fue Menem o el menemismo no es así porque había un montón de compañeros que no estaban siendo parte de ese proceso y que se la tuvieron que bancar. Por suerte hubo un proceso de renovación de eso y esperamos que se vuelva a dar ese proceso ahora para poder disputar el gobierno y poder hacer mejor las cosas. Por ahí suena siempre un poco idealista pero tenemos las banderas de Perón y Evita y de lo que fueron los gobiernos peronistas clásicos, y la realidad es que los gobiernos peronistas que vinieron después de Perón no lograron llegar a lo que fue el peronismo en su origen. Creo que nuestro desafío hoy es ese, es volver a las banderas históricas del peronismo

 

¿Incluís al kirchnerismo dentro de esos gobiernos que no sostuvieron las banderas peronistas?

Sí, claro. Hoy hay gente en la Argentina que no tiene cloacas. No puede ser que estemos en el siglo XXI y que después de 12 años peronistas hay gente que no tiene cloacas. Me parece que al peronismo le falta avanzar en los cambios estructurales. Hubo cambios estructurales que sí fueron positivos, como puede ser la estatización del sistema jubilatorio, pero a nivel económico no hubo cambios estructurales. Si uno no puede cambiar la matriz económica del país siempre vamos a depender de los bienes de capital que son importados y que lamentablemente nos condiciona la economía y la política. Eso a nivel más macro. A nivel más micro, hubo cuestiones positivas, como la Asignación Universal por Hijo, pero que uno no lo puede tomar como política de estado a lo largo del tiempo. Lo que la gente necesita es trabajo y es un trabajo que tenga un sueldo digno que le permita mantener a su familia, y que vaya al hospital y que funcione. Entonces me parece que hubo ciertas cuestiones que fueron muy positivas en un momento de crisis pero que después cuando se empezó a avanzar económicamente no se profundizaron o no se llegaron a explotar en la potencialidad que tenían. Y eso a futuro, si uno vuelve ser gobierno, lo tiene que tener en cuenta para ser mejor.

 

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