“Ambos queremos lo mismo: que la gente viva mejor”. Estos fueron los dichos de Mauricio Macri, después de su visita a la Presidente de la Nación. Pero, ¿queremos todos lo mismo para la gente?
A juzgar por las acciones del gobierno que encabeza el ex titular de Boca en la Ciudad, no todos queremos las mismas cosas. A casi dos años de gobierno, las políticas sociales son apenas un recuerdo. La política de salud, es inexistente. En educación, la única prioridad que tiene es aumentarles los subsidios a las escuelas privadas. Los comedores escolares, más que un beneficio, se han vuelto un castigo para los chicos más necesitados. Así podemos seguir y llenar páginas enteras. El gobierno porteño del PRO lo único que ha priorizado es la cosmética de la obra pública.
La gente no va a vivir mejor si se la desaloja violentamente todos los días. Si los niños no reciben buena educación y alimentación, si los enfermos no tienen una atención digna. Los grupos de choque como la UCEP no pueden ser la solución para los que ya no tienen ninguna contención.
Ningún ciudadano puede vivir mejor en una ciudad donde sus gobernantes piensan que las políticas sociales son un gasto.
Es importante distinguir que existen diferencias ideológicas. Esas que nos hacen tener visiones distintas cuando describimos y planteamos soluciones a los problemas para que “la gente viva mejor”. Aunque a la administración de Macri le cuesta verbalizarlo y reniegue de la política, es eso lo que tenemos: diferencias políticas.
Tenemos visiones muy diferentes del mundo, del continente, del país y de cómo se debe gobernar esta ciudad. En definitiva, cuestiones que se dirimen en el marco de la reglas de la democracia. Esas que los amigos de clase del ingeniero no parecen respetar demasiado (una vez más) si se trata del gobierno nacional.