El lunes pasado la Bolsa de Shanghai comenzó a comerciar opciones de compra de hidrocarburos a futuro en yuanes. Si bien China es el mayor comprador de petróleo del mundo, su mercado no abarca todavía más del dos por ciento de las transacciones mundiales y las opciones recién se efectivizarán a partir de septiembre próximo. No obstante, la nueva alternativa de intercambio puede atraer a muchos vendedores y da una fuerte señal política. La irreversible decadencia del dólar ha comenzado y todos los países que realmente quieran desarrollarse deberían tenerlo en cuenta.
El nuevo mercado de futuros tuvo un comienzo fulminante y ya superó en volumen al Brent extraído del Mar del Norte y que se comercializa en Londres. En cinco días la cotización a septiembre tuvo un alza del tres por ciento, cerrando el viernes a 418,90 yuanes (U$S 66,85). El éxito conseguido y la perspectiva de que China aumente aún más sus compras hicieron subir la cotización del combustible en todos los mercados.
“En 2017 China superó a EE.UU. como mayor importador de petróleo, comentó Sushant Gupta, consultor energético en Wood Mackenzie citado por Reuters, de modo que es natural que quiera desempeñar un rol más activo e influir sobre el precio del crudo. Los precios que se convengan en Shanghai van a reflejar la evolución de los abastecimientos y la demanda china”, añadió.
Algunos inversores tenían temor de que el mercado en petroyuanes estuviera sometido a regulaciones estatales, como los mercados de hierro y carbón. También se advertía contra la obligación a los vendedores de mantener cuantiosas reservas de petróleo en depósitos chinos, para desalentar los capitales golondrina. A pesar de esta desconfianza Glencore, el gigante mundial en transacciones de commodities, entró a comprar futuros chinos desde el primer día.
China atrae a los inversores eximiéndolos de pagar el impuesto sobre la renta. Tampoco tendrán que oblar los impuestos por las comisiones de los contratos de futuro. Además, estas obligaciones permiten a los productores de petróleo vender el crudo a cambio de yuanes libremente convertibles en oro.
Según comenta Max Keiser, columnista económico de la Televisión Rusa (RT), la apertura del nuevo mercado es una medida bastante valiente de China, ya que los Estados Unidos no querrán perder sin lucha la hegemonía del dólar como principal moneda de reserva –fundamento de su poder mundial-. Sin embargo, continúa, la potencia asiática tiene la voluntad y el poder, como para avanzar en la desdolarización de la economía mundial.
Para exportadores de petróleo que sufren sanciones unilaterales de EE.UU., como Rusia, Irán, Catar y Venezuela, el nuevo mercado ofrece una posibilidad de evadir el bloqueo. En este mismo sentido en una entrevista dada a Radio Uruguay el economista mexicano Ariel Noyola afirmó que «el petroyuán tomó impulso a partir de las sanciones económicas que tanto EE.UU. como la Unión Europea impusieron a Rusia [en 2014]. En aquel momento el gobierno de Putin firmó un acuerdo con China, para garantizar el suministro de crudo y Gazprom comenzó a comercializar sus hidrocarburos en yuanes», recordó.
«La estrategia de China para internacionalizar su moneda no incluye solamente el petroyuán, continuó, sino también la firma de acuerdos swap de divisas con otros bancos centrales y la instalación de centros de liquidación en el extranjero para abrir cuentas de depósito. Incluso hay que recordar el anuncio que hizo el FMI en el 2015 de incorporar el yuan en los derechos especiales de giro», agregó.
Al abrir el nuevo mercado, China tiene dos objetivos: primero, proteger a sus empresas de la volatilidad financiera. Segundo, establecer un precio stándard para el petróleo, capaz de competir con el Brent y el West Texas Interemdiate. Para ello necesita atraer capitales de todo el mundo. Por eso es que el mercado funciona hasta las 2,30 hs. de la mañana, de manera de coincidir con el horario diurno en Europa y EE.UU.
Hay fuertes rumores de que los negociadores chinos quieren atraer a los sauditas a su mercado. De hecho, inversores asiáticos se han presentado a la oferta pública de acciones de Aramco, el gigante petrolero estatal saudita que ahora está incorporando capital privado. Al decir de Max Keiser, “los sauditas pueden tener um gran interés en asociarse com capitales chinos. El reino tiene un fuerte déficit presupuestario, quiere mantener Aramco a flote y en sus manos. Quería ofrecer acciones en las bolsas de Londres y Nueva York, pero se abstuvo de hacerlo, después de que la Justicia norteamericana dio curso a la demanda de los familiares de los muertos del 11-09-2001 contra la complicidad de la monarquia saudita en los atentados”.
El economista Carl Weinberg, director general de High Frequency Economics, va aún más allá y predice que China “obligará” a Arabia Saudita a abandonar el petrodólar y a comercializar su petróleo en yuanes, una medida que, según él, arrastrará al resto del mercado petrolero y debilitará aún más el dólar estadounidense como moneda de reserva global.
Previsiblemente, Estados Unidos no abandonará sin lucha la hegemonía que detenta desde 1945. Agitaciones, revueltas y guerras se sucederán en todo el trayecto de la Ruta de la Seda y la Faja marítima. Las potencias emergentes que quieran liberarse de la tutela del dólar sufrirán grandes convulsiones. No obstante las dificultades, las perspectivas que abre esta nueva alternativa ameritan el esfuerzo de todos los gobiernos que verdaderamente quieran la autodeterminación de sus pueblos.