El comunicado de prensa invitaba a una conferencia presidida por los integrantes del bloque Unión-PRO de Lomas de Zamora, Sebastián Leporace y Pablo Portell, el dirigente Gustavo Ferri y, en el centro de la escena, el diputado nacional Francisco de Narváez. La cita: un bar céntrico del distrito el viernes 25 del mes pasado.
Casi de manera simultánea se anunciaba la presencia, un día después, del jefe del PRO bonaerense, Jorge Macri, conjuntamente con el concejal del PRO y líder de la fuerza local, Carlos Fiorentino, la senadora provincial Viviana Arcidiácono y el ex embajador Diego Guelar.
El arribo de Macri a tierras duhaldistas finalmente se pospuso 10 días pero la confrontación quedó instalada. De hecho, la nueva convocatoria
Además de los dirigentes locales y provinciales antes señalados, cuentan en la movida a Néstor Grindetti, el ministro de Hacienda porteño, también presidente del PRO en el distrito bonaerense de Lanús.
Pero el macrismo bonaerense está que trina porque conoce las habilidades del ex candidato a gobernador para instalar temas en la agenda de algunos medios nacionales, y sospecha que la operación de prensa haya surgido en el seno de Unión; primeros en expresar el descontento ante el primo Jorge.
En Quilmes, Lomas y Lanús la ruptura de hecho entre Unión y PRO no sólo despojó al macrismo de su ilusión de sumar legislativos en los cuerpos deliberativos. También supuso el quiebre del incipiente armado distrital ya que trasladó la separación a sus propias filas, donde dirigentes propios salieron disparados aun cuando eran parte de la conducción local.
El que no tuvo vueltas en reconocer la separación fue De Narváez, dejando a sus representantes en el Concejo en un claro off side, cuando confirmaban y juraban que no iban a disolver el bloque Unión-PRO con el argumento de que “no hay que defraudar a la gente que votó a este frente”. “Unión-PRO es parte del pasado”, soltó el colorado mientras los dos ediles asentían a una frase que no sabían cómo tragar.