Comenzó la madre de todas las batallas: la pelea entre K y Duhalde será el punto central de las próximas elecciones

Por Causa Popular.- La política de gestos, en la que se desarrolla la política argentina, estuvo presente una vez más en el lanzamiento de Cristina Fernández de Kirchner en La Plata como candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires. Como adelantara Causa Popular la semana pasada, Kirchner se pintó la cara y con su mujer al frente le mandó señales precisas y contundentes al duhaldismo por si aún le quedaban dudas: el peronismo está con nosotros. Para esto no se necesitó la tradicional liturgia peronista con un escenario flanqueado por las imágenes de Perón y Evita. No es contradictorio para Kirchner sumar a sectores independientes al Frente para La Victoria, aunque esto aún no se materialice en las listas entregadas el jueves por la noche a la justicia electoral. Las reiteradas imágenes que enfocaron a Kirchner, en cada oportunidad que su esposa lo aludía, alcanzaron para marcar la cancha de la contienda electoral.

Durante el acto se sentaron a su lado los gobernadores peronistas de las dos provincias más importantes de la Argentina, Felipe Solá por la Provincia de Buenos Aires, y José Manuel De la Sota, por la provincia de Córdoba. Pero también cuidándole la espalda a Kirchner, se encontraba una figura que para muchos pasó desapercibida. Cuando la actual senadora por la provincia de Santa Cruz, aludió a la película el padrino, para ejemplificar las prácticas políticas del duhaldismo, dos filas atrás del presidente se observó una cara adusta que no intento si quiera moverse de su asiento, era el intendente de Merlo Raúl Othacehé, un viejo caudillo peronista ligado a las patotas del ex ministro de ultraderecha José Lopéz Rega en la década del 70. Un fresco de la “nueva” política que intenta resucitar el partido que Carlos Menem sepultó en los 90.

Pese a las caras repetidas, si algo dejó claro el acto realizado el pasado jueves fue que la madre de todas las batallas ya se libra en forma abierta y con toda la artillería. Así lo admitió el anfitrión Julio Alak, intendente de La Plata, quién horas antes del acto declaró que con la candidatura de Cristina Kirchner como senadora nacional por la provincia de Buenos Aires por el Frente para la Victoria, se formalizará la fractura del PJ. Para este felipista de la primera hora, la presencia de gobernadores, legisladores y otro tipo de representantes institucionales habla de “que el otro es prácticamente un sector pequeño del justicialismo, que responde a Eduardo Duhalde”. Para el intendente, la masiva presencia de funcionarios y dirigentes “es una demostración de representatividad” del kirchnerismo, y recordó desafiante que “el duhaldismo, que argumentó ser el portador del Partido Justicialista, se quedó prácticamente con el sello jurídico electoral”.

Contrariamente a la estrategia presidencial de ampliar el frente para la Victoria a expresiones extrapartidarias, Alak sostuvo que “Nadie puede decir que estamos fuera del justicialismo cuando estamos junto al Presidente, junto al gobernador, y somos, sobre 72 intendentes justicialistas, 60 del Frente para la Victoria”, recordó.

En este sentido, cuando se esperaba que las listas de candidatos para senadores y diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, tuviera una fuerte presencia territorial con los flamantes intendentes duhaldistas devenidos Kirchneristas en el último mes, el armado siguió otro carril. Podría interpretarse que la estrategia presidencial es no sacar a los caciques bonaerenses del terreno de batalla donde sabe que librara la pelea final con Duhalde.

Perpetrada la ruptura el fin de semana, el mismo Kirchner estuvo avocado personalmente durante los días anteriores al cierre de listas, a la selección de candidatos que acompañaran a su esposa. Sólo dos de ellos vienen de la lucha territorial en el conurbano, aunque de importantes distritos.

Por un lado el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, encabezará la lista a diputados y -tras ser electo- será titular de la Cámara baja. Al controlar el municipio con más concentración poblacional de la Argentina lo convierte en un pez gordo de las filas presidenciales. El segundo, en este caso ex intendente de Moreno, pero con el control real de su municipio, es Mariano West, quién ira en el 8º lugar en la misma lista que el matancero.

Detrás de Balestrini se ubicarán el vicecanciller Jorge Taiana (2º), una de las sorpresas; la titular del Instituto Cultural bonaerense y sobrina nieta de Evita, Cristina Alvarez Rodríguez (3º); el titular de la Anses, Sergio Massa (4º); y el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel (5º). El resto de la grilla se completa con la senadora del Frepaso, Diana Conti (6º); el abogado laboralista de la CGT, Héctor Recalde (7º); West (8º); la directora de la Mujer de Cancillería, Juliana Di Tullio (9º); el asesor presidencial Dante Dóvena (10º), el diputado del Polo Social y de la Unión Obrera Metalúrgica, Francisco “Barba” Gutiérrez (11º); y la diputada Marcela Bianchi, ex duhaldista de Lomas de Zamora que pasó al kirchnerismo (12º).

El lanzamiento de Cristina

Cristina Fernández de Kirchner lanzó su candidatura a senadora por el Frente para la Victoria con críticas al ex presidente Eduardo Duhalde, a quien acusó de “poner escollos institucionales” y, en una comparación de la que todos hablaron al día siguiente, equiparó su accionar con el de los personajes de la película “El Padrino”.

“Cuando (al gobierno) se le interponen escollos institucionales para que no gestione, eso no es libreto peronista, es guión y dirección de Francis Ford Cóppola y el resultado no es manual de conducción política, es la película El Padrino”, dijo Cristina de Kirchner en el acto, realizado en el Teatro Argentino de La Plata.

El lanzamiento se produjo ante un auditorio colmado de dirigentes, encabezados por el presidente Néstor Kirchner y compuesto por 14 gobernadores -13 peronistas y 1 radical-, más de 60 intendentes, ministros y legisladores nacionales y provinciales.

Tras un discurso que tuvo como eje inicial la defensa y el elogio de los dos de gestión de su esposo -a quien no tuteó a lo largo de su alocución-, la senadora Fernández de Kirchner dio paso a una segunda mitad con fuertes opiniones políticas, dirigidas tanto puertas adentro como puertas afuera del PJ. Sin necesidad de mencionarlos, la flamante candidata bonaerense destinó al matrimonio Duhalde las frases más duras de la senadora.

“El día que resuelva irme a mi casa porque la política ya no es mi vocación, tengan por seguro que no vuelvo más; no soy de las que anuncian retiros y una y otra vez vuelven a poner piedras en el camino”, señaló la primera dama en obvia y critica alusión a los reiterados anuncios de Duhalde de abandonar la actividad pública.

En otro párrafo, Cristina recordó que “el anterior gobierno tuvo que adelantar las elecciones por el asesinato de dos piqueteros en el Puente Pueyrredón” y luego se preguntó “se olvidan que este era el país que teníamos”, antes del 25 de mayo del 2003.

Luego en una frase que pareció dirigida a quien será su principal rival, Hilda “Chiche” González de Duhalde, la senadora Fernández criticó las políticas sociales de la década pasada porque convirtieron a los ciudadanos más necesitados en “dependientes” de los dirigentes de turno.

Cristina Kirchner apuntó que se “contaminó” la ayuda social, y criticó en forma puntillosa la formación de una red asistencial que colocó a los necesitados en una relación “perversa dependientes del político de turno”.

El presidente estuvo flanqueado por el gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá; el de Córdoba, José Manuel De la Sota -como ya se había señalado-; de Santa Fe, Jorge Obeid; de Chubut, Mario Das Neves; de Misiones, Carlos Rovira; de Jujuy, Eduardo Fellner; de La Rioja, Angel Maza; de Santa Cruz, Sergio Acevedo; de Entre Rios, Jorge Busti; de Tucumán, José Alperovich; de San Juan, José Luis Gioja; de Formosa, Gildo Insfrán y de La Pampa, Carlos Verna. El acto trajó la sorpresa de la presencia del gobernador radical de Tierra del Fuego, Jorge Colazo, y la adhesión los mandatarios de Mendoza, Julio Cobos, y de Corrientes, Horacio Colombi, también militantes de la UCR.

En la parte baja del teatro se aglutinaron intendentes, legisladores nacionales y provinciales, mientras que en otra parte de los palcos se sentaron ministro del gabinete nacional y del provincial.

Tal como lo dispuso Kirchner, el acto no tuvo la tradicional liturgia peronista, ya que no se vieron ni bombos, ni fotos de Eva y Juan Perón, y la marchita que sonó al final no fue la tradicional, interpretada por Hugo Del Carril. Los gestos ya eran suficientes, las presencias alcanzaron para marcar la cancha. Solá, De la Sota, Maza, Fellner y Raúl Othacehé, entre otros eran los nombres necesarios para garantizar la cepa peronista con la que se lanzará el presidente Néstor Kirchner a plebiscitar su gestión.

Las huestes de Duhalde saldrán a la cancha el sábado, ya con muy poca fuerza para ganar una elección pero con las suficientes para amenazar con el peso de la historia y poner en juego una palabra que se dirá mucho por estos días: “gobernabilidad”. Si bien el viejo caudillo bonaerense ha perdido muchos de sus intendentes más fieles, aún resta por verse si de estos depende su columna vertebral: la policía bonaerense.

En estas elecciones ha quedado en evidencia que el reto presidencial ha movilizado al duhaldismo. Queda por verse su capacidad de daño. Así las cosas, ¿llegará al río la sangre?

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