Colombia. Una indígena fue a protestar a la sede de la multinacional suiza Glencore por persecución paramilitar de su pueblo

Por Juan Gasparini, desde Ginebra, especial para Causa Popular.- Debora Barros Fince, cuyos dos hermanos, su tía y su abuela fueron asesinados y desaparecidos por paramilitares el año pasado en la masacre de Bahía Portete, en el departamento de la Guajira, en Colombia, presentó la semana pasada una denuncia en Suiza. Concurrió a Zoug, donde tiene su casa central la más grande multinacional helvética, Glencore, que explota la mina de carbón de Cerrejón, en Puerto Bolivar, vecina al lugar donde se perpetró la masacre.

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En la Foto: Television Suisse Romande. La foto fue tomada por el equipo de televisión suiza que acompaño a Debora Barros Fince durante su visita al cantón de Zoug para un documental que pronto será estrenado en Suiza.
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“Los wayú somos la población indígena mas grande de Colombia. La masacre ha sido para meter terror, quieren que nos desplacemos de la comunidad y dejemos el terreno libre, así los paramilitares quedan dominando y las multinacionales como GLENCORE, que explota allí la mina de carbón más importante de América Latina, puedan apropiarse de nuestras tierras, por eso he venido a su oficina en Zoug para denunciarla”, resumió Debora Barros Fince a este cronista, al finalizar su visita a Suiza.

“Los paramilitares quieren acabarnos, la comunidad ha huido a Venezuela y entonces no nos toman en cuenta en el censo del 2005 y queda como que nadie vive en nuestros ranchos de Colombia, entonces dirán que el territorio no tiene dueño y se lo quedaran las multinacionales”, explicó la dirigente indígena.

Filmada por un equipo de la televisión helvética, la sobreviviente intentó entrevistarse en Zoug con los directivos de Glencore, una de las compañías que desde hace unos veinte años explota la mina de carbón de Cerrejon, pero los empresarios no aceptaron recibirla.

“Las multinacionales en Colombia hacen los que les da la gana, no cumplen con ningún requisito, no les importa la vida de los seres humanos, lo único que les importa es ganar dinero, dicen que traen beneficios para la gente pero lo único que traen son desgracias”, afirmó la dirigente indígena.

Debora Barros Fince acusó a Glencore en el parlamento de Zoug de apoyar con logística al Ejercito, alegando que alguno de sus miembros integraban el comando paramilitar que diezmó a su familia, matando a diez indígenas y desapareciendo a otros dos.

“A sabiendas que el Ejercito trabaja con los paramilitares, Glencore les da vehículos de transporte y comida; unos días antes de la masacre el Ejercito estuvo en la zona buscando información, queremos una respuesta de por qué nos masacraron, nos hemos dado cuenta que hay intereses económicos porque el Puerto de Bahía Portete es un puerto natural para grandes barcos y ahí las multinacionales tiene planes”, declaró.

Por otra parte, Debora Barros Fince denunció también al gobierno de Uribe por haber difundido versiones falsas sobre las causas de la masacre, imputándole a los indígenas supuestos vínculos con la guerrilla o el narcotráfico, o inventando ajustes de cuentas entre clanes. “Los tres informes que presentó el gobierno son mentiras y lo hemos demostrado ante la justicia, queremos que se diga la verdad, en nuestra zona no opera la guerrilla, jamás tuvimos relaciones con el narcotráfico y si hubiera conflictos en nuestra etnia eso se arregla entre los hombres, y los paramilitares mataron también mujeres, incluso decapitándolas”, subrayó Debora Barros Fince.

Su visita concluyó el pasado domingo en Ginebra, donde se reunió con la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), importante Organización No Gubernamental acreditada ante la ONU, alertando sobre el exterminio que padecen los wayúu y la polución que produce la extracción del carbón a cielo abierto en Puerto Bolivar, afectando la piel de los niños que viven en la región. Agregó que el gobierno es cómplice de las multinacionales y que va a disolver el único sindicato que defiende los intereses de los indígenas y del medio ambiente.

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