China y sus relaciones comerciales

China y Latinoamérica ¿cambio o continuidad? ¿Habrá cambios en la relación de estos después del XX Congreso del Partido Comunista chino? ¿Cuánto influirá la victoria de Lula en las relaciones regionales?

Esta semana Diaz Canel, presidente de Cuba, será el primer mandatario en llegar a China después del último congreso del PCCH, un símbolo de la importancia comercial y geopolítica de nuestra región para el gigante asiático.

Latinoamericana es el segundo mayor destino para la inversión extranjera de China, con más de 2.700 empresas de capital chino operando en la región.  En 2021 el valor total del comercio entre China, América Latina y el Caribe aumentó un 41,1% respecto a 2020, registrando un nuevo récord en las transacciones por un valor de 451.591 millones de dólares, según datos oficiales de China.

Pero en un escenario como el abierto desde la guerra de Ucrania se aumenta las tensiones entre las principales potencias y el paso de la guerra comercial, velada a la guerra abierta, profundizan esos factores, ponen a un primer plano las cuestiones geopolíticas y la tensión que se vive en la región principalmente entre los intereses de EEUU y China.

En ese marco pueden leerse muchos de los recientes acuerdos que impulsa el gigante asiático, que son de poco peso comercial, pero importantes en el tablero de la reorganización de este nuevo y tenso mundo. Allí se inscriben la visita de Diaz Canel o el Tratado de Libre Comercio que se negocia con el Salvador y los que se proyectan con otros países latinoamericanos.

Vuelve Lula. ¿Vuelve China?

En realidad la pregunta del título formulada así es una trampa. Porque más allá de las bravuconadas de Jair Bolsonaro hacia la relación con China y de su acercamiento ideológico con el discurso duro anti-chino de Donald Trump, durante su gobierno no se deterioró la relación comercial con el gigante asiático, atada además a los intereses de su principal base electoral: el agro brasilero y los grandes asendados.

Las exportaciones brasileras hacia China están muy concentradas en unas pocas materias primas. En 2021, las exportaciones alcanzaron 87,8 mil millones de dólares y se concentraron en minerales de hierro y sus concentrados (25%), soja (23%), aceites crudos de petróleo (20%), carne (11,6%) y celulosa (6,3%), según el Ministerio de Economía brasileño. Estos cinco productos suman 85,9% del total exportado.

Sin embargo hay que reconocer que la relación no fue igual. Fue de la mano de Lula que Brasil potencio al BRIC y se fueron estrechando (como en el resto de América Latina durante el boom de los commodities desde el 2000 al 2010) las relaciones comerciales que colocaron al nuestro vecino país como uno de los grandes proovedores de materia prima de China.

El gobierno de Xi Jimping, a travez de su Ministro de Exteriores, Zhao Lijian, fue uno de los primeros en saludar la victoria de Lula. «Estamos deseando trabajar con el nuevo gobierno brasileño dirigido por Lula, para llevar la relación global estratégica entre China y Brasil a un nuevo nivel, y beneficiar mejor a los dos países y los dos pueblos», dijo el portavoz en una rueda de prensa, recogida la cita por la agencia de noticias AFP.

Sin embargo el gobierno de Lula no parece escapar a la lógica de varios socios comerciales chinos, como Argentina, que intentarán balancear la relación con las potencias en disputa (en muchos casos haciendo concesiones y perdiendo posibilidades de desarrollo independiente) sin quedar aplastados por la presión de las tensiones geopolíticas.

Así lo planteaba en una entrevista reciente el embajador Tom Shannon, diplomático yanqui de carrera y ex embajador de Estados Unidos en Brasil:

“No creo que Brasil quiera quedar atrapado en un mundo en el que hay que tomar decisiones entre Estados Unidos y China. Quieren ser capaces de equilibrar las relaciones y no estarán solos en ese sentido. Habrá muchos, muchos otros países en el mundo que sentirán lo mismo. Y espero que esos países, Brasil entre ellos, hablen claramente tanto a Estados Unidos como a China sobre la importancia de garantizar que el comercio y la inversión puedan permanecer abiertos y que los países puedan seguir teniendo relaciones comerciales y de inversión independientes de las disputas políticas del momento”

Más allá del fenomenal avance de los capitales chinos en nuestra región, la inversión, el arraigo histórico en las burguesías intermediarias locales y la presencia de capitales estadounidenses sigue siendo predominante.

¿Otra relación o la asimetría de siempre?

Si uno busca en los discursos y documentos oficiales chinos como Los Libros Blancos (donde se plasman las intenciones en cuanto a relaciones con América Latina), seguramente encontrará en repetidas oportunidades el planteo de una relación de beneficio mutuo, el famoso win-win (ganar-ganar). Pero cuando se hurga un poco las estadísticas, la relación aparece mucho más asimétrica y concentrada en resolver el comercio orientado por las necesidades chinas. ¿Cuáles son estas?

Principalmente abastecerse de materias primas para sostener su crecimiento económico y por las pocas señales conocidas tras el XX Congreso del PC Chino la matriz de relación entre América Latina y China no parece orientarse a grandes cambios. Si uno revisa los últimos tratados o conversaciones comerciales, estos mantienen la lógica de exportar materias primas desde nuestra región e importar bienes industrializados desde China:

  • En la última Feria Internacional de Transporte y Logística celebrada en Cuba el mes pasado la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC) y Beijing Fanglian Technology firmaron dos cartas de intención para la recuperación paulatina de parte de la infraestructura ferroviaria, lo que implicará de concretarse la importación de partes y piezas de los equipos para recuperar parte de la flota ferroviaria cubana, algo que estaba previamente negociando con Rusia y se frustró.
  • En Argentina los anuncios de esta semana son similares con una nueva compra de formaciones ferroviarias provenientes de China. Argentina restauró parte de su sistema ferroviario (centralmente el orientado a la agro exportación) con material rodante chino, incluso compro gran parte de los rieles y los durmientes en ese destino.
  • El mercado del litio es una pieza fundamental en la guerra por la hegemonía mundial en el futuro. De los nueve proyectos mineros que hoy cuentan con capitales chinos en Argentina, seis son de litio y en 2021 se observó el predominio total de exportaciones de carbonato de litio, con el 98,2% del total de las exportaciones mineras al país asiático.

La relación no parece orientar en un sentido diferente al que primaba hasta el momento. Lo que sí es “nuevo”, para decirlo de alguna manera, pueden ser las proyecciones de aumento de esas importaciones e inversiones en la carrera que lleva China por desacoplarse de EEUU.

Brasil es un crudo ejemplo con su mercado de maíz. EEUU es el principal proveedor de este insumo para China. Este mes China ha acelerado la eliminación de las últimas barreras fitosanitarias con Brasil para poder importar maíz, lo que seguramente redundará en mayores flujos desde el país latinoamericano y menor dependencia con el maíz estadounidense. Lo mismo sucedió en Argentina con la soja en los últimos meses,  China compró entre sesenta a setenta cargos (3,6 a 4,2 millones de toneladas) de soja de Argentina desde que se anunció el nuevo acuerdo del “dólar-soja”.

Por tanto la relación comercial con nuestra región además de ser deficitaria para nuestros países sigue basada en la reprimarización de nuestras economías, con algunas inversiones en infraestructura destinada a abaratar los costos de las mercancías en su viaje hacia China (las inversiones ferroviarias, portuarias y viales muchas de las cuales son parte de La Ruta de la Seda).

No daría la sensación de un cambio en la estrategia china sobre América Latina y el Caribe, en particular después del XX Congreso chino, sino más un retomar algunas líneas de inversión y comercio trazadas anteriormente, las cuales se vieron mermadas en algunos casos por la pandemia, junto a los problemas económicos y políticos internos chinos, agudizados en estos días.

En un mundo que ante un nuevo escenario de agravación de los conflictos entre las grandes potencias y de guerras abiertas, se empieza a orientar en sentido contrario al multilateralismo y el libre comercio pregonado por China. El gigante asiático intenta no perder los lazos construidos con nuestros países a manos de la avanzada de Estados Unidos en la región.

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