«Ahora hay obras» dice la voz de María Eugenia Vidal en uno de los spot de campaña pagados con fondos públicos de la Provincia de Buenos Aires. Y afirma: «Hoy 700 mil bonaerenses pueden conectarse a la red de cloacas. Y un millón ahora tienen agua potable en sus casas».
Las palabras de la gobernadora son, cuanto menos, engañosas.
El informe sobre condiciones de vida más reciente del Indec -que recoge los Indicadores de condiciones de vida de los hogares en 31 conglomerados urbanos con datos del segundo semestre de 2018- demostró que los niveles de conexión a cloacas a la red de agua corriente y al gas de red están estancados desde la asunción de Mauricio Macri.
El trabajo revela que en el segundo semestre de 2016, el 70,1% de los hogares de la Argentina tenía acceso a la red cloacal, mientras que en el mismo período de 2018 dicho nivel bajó levemente al 70%. En el mismo sentido, al principio de la era Cambiemos el 71,4% de los hogares tenían conexión de gas de red, mientras que al comienzo de este año sólo el 70,8% tenía acceso al servicio.
El acceso al agua potable muestra una leve mejor, pero lejos de lo que se plantea en el spot: en 2016 el 89,4% de los hogares tenían acceso a las red, mientras a fines de 2018 las estadística trepó levemente al 90%.
En términos de cantidad de personas con acceso a los servicios, los indicadores trazan un panorama similar al que se registra con los hogares. A principios de este año, por caso, el 66,6% de los argentinos contaban con acceso a la red cloacal, unas centésimas más que el 65,3% que lo hacían tres años antes. En el comienzo del macrismo el 65,9% accedía a gas de red, más de los que los que lo hacen ahora: 65,3%. Respecto al agua potable, el panorama es similar: el 88,4% obtenía agua de la red pública en 2016, mientras que ahora la cobertura alcanza al 87,8% de los argentinos.
A contramano del discurso oficial, los indicadores muestran que el modesto incremento en la cantidad de conexiones ni siquiera alcanzó a acompañar el crecimiento de la población, de modo que los niveles se mantuvieron casi sin cambios en términos reales.
El estancamiento se tradujo en una notable reducción del acceso a los servicios básicos en los conglomerados con mayor densidad poblacional, como la Ciudad de Buenos Aires el conurbano bonaerense, los principales bastiones del PRO. Un informe elaborado por el periodista Sebastián Lacunza en Letra P constató que «desde 2015, el promedio anual de construcción de cloacas y conexiones de agua en la Capital Federal y el conurbano bonaerense bajó 22,5% con respecto a la gestión presidencial de Cristina Kirchner».
Con base en las cifras oficiales, Lacunza detalló que «la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) realizó 345.209 instalaciones de agua y cloacas entre 2007 y 2015. Ello arroja un promedio anual de 43.151 conexiones en los ocho años de gobierno de CFK. Si se toma sólo el segundo mandato de la presidenta peronista, el promedio baja a 41.815».
Según datos de AySA, especificó el periodista, desde la asunción de Macri «el promedio anual de construcción de cloacas y conexiones a agua bajó a 33.404; es decir, 22,5% menos que en el promedio de los ocho años previos».
Cara de asfalto
La “campaña fake” del oficialismo con los servicios básicos se replica con otras obras de infraestructura, como las carreteras. En los spot, por caso, se ve a Macri golpeando el asfalto al grito de “Esto es una realidad”. A imagen y semejanza de Vida -o viceversa-, el mensaje del presidente es que la gestión de Cambiemos realizó más obras que su antecesor. Pero otra vez los datos oficiales lo desmienten.
Un informe de los técnicos de Vialidad -publicado por PáginaI12- reveló que durante el gobierno kirchnerista se licitaron, en promedio, 168 obras en carreteras por año. Durante el gobierno de Mauricio Macri, en cambio, el promedio de obras licitadas en fueron apenas de 31 por año. La diferencia también se puede contar en distancias: mientras las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner licitaron obras en carreteras por 7840 kilómetros por año de mandato, Macri apenas contrató 1877 kilómetros en su gestión.
Las proporciones se repiten con las obras iniciadas -162 en la era anterior, 67 en la actual-, y en las obras finalizadas, 113 contra 57. Según el informe de Vialidad, lo único que aumentó Macri en el rubro respecto a su antecesor fue la estructura jerárquica y los fantásticos sueldos de los gerentes: mientras que en 2015 no había gerencias ejecutivas, hoy hay ocho. Y todas cuentan con sueldos y estructura que insumen millones, claro. Porque el relato fake del macrismo no repara en gastos.