De la Redacción de ZOOM. La Presidenta anunció el adelantamiento de los comicios nacionales y alteró los planes políticos de toda la dirigencia argentina. La oposición retrocedió un casillero y deberá encauzar su cambalache de postulantes en tiempo record. El oficialismo se apresta a confirmar a Kirchner como candidato bonaerense y estandarte de campaña. Una votación que era decisiva hace 48 horas y ahora toma ribetes de pulseada a todo o nada.
Devaluados desde la oposición por las llamadas “perspectivas de género”, los distintos estilos –el de la Presidenta y el de Néstor– afloran con claridad.
Mientras Cristina inaugura la discusión parlamentaria de los temas centrales (estatización de Aerolíneas y fondos previsionales, próximamente ley de Medios), método inusual (y cualificador de la democracia) en la historia contemporánea de la Argentina, Néstor Kirchner retorna, paso a paso, al estilo confrontativo característico de su período y que tuvo su clímax cuando ya, al frente del PJ, enfrentó al “campo” por la renta extraordinaria de las tierras de cultivo.
Pero no hay que confundir: estilo es una cosa y estrategia, otra. Y hay una sola.
Hay varios trasfondos superpuestos en la decisión de adelantar las elecciones nacionales:
– Los medios han “instalado” fuertemente la sensación de inseguridad, refiriéndose a distintos síntomas de violencia social y exclusión. Pero ese clima se extiende a otras inseguridades y están dirigidos a universalizar el miedo: caos económico y despidos masivos, pero también y sobre todo, fracaso del gobierno en la conducción de todas estas políticas.
– Esos mismos medios, hoy la centralidad de la acción política por defección de los partidos, se defienden ante la eventualidad de que el gobierno modifique los actuales privilegios en la propiedad de multimedios.
– La Mesa de Enlace (como mascarón de proa de la oposición) va por todo. Hugo Biolcati ha dicho públicamente que: 1) debe derogarse la actual política de derechos humanos, 2) hay que oponerse frontalmente a la política industrialista, 3) la soja no debe tener retenciones, y si esto provoca déficit fiscal, el gobierno debe recurrir al FMI. La candidata Carrió coincide punto por punto con esta perspectiva. El resto de los candidatos también, pero lo callan.
– El caos económico internacional tendrá sus efectos en la Argentina porque el Estado no cuenta con todas las herramientas necesarias para intervenir y tampoco hay voluntad de hacerlo, aunque esa crisis puede obligar los cambios. De todos modos, el gobierno seguirá manteniendo la iniciativa, pero muchos factores externos pueden crear condiciones de inseguridad (devaluación, por ejemplo) que serían aprovechadas por la oposición en los mismos términos.
– La manipulación mentirosa de los resultados electorales (en Catamarca ganó el radicalismo, como siempre, pero anteriormente en Santiago del Estero triunfó el FpV) incorpora ahora la cuestión de la ciudad.
– Es previsible la derrota del FpV frente a Macri, pero con las solitarias elecciones en junio se acentuaría el clima de que la derrota del gobierno en octubre es irreversible. Es el efecto demostración.
De este modo, los baches de Macri se diluirán en el gran tema nacional, que es si este proyecto continúa o se cae.
Se argumentará que se ahorra mucho dinero y que el país no puede vivir un año completo en ascuas. Habrá que ver si se trata de morir con las botas puestas.