Bush no mencionó a América Latina pero sus amenazas llegaron a Cuba y Venezuela

Por Causa Popular.- El presidente estadounidense George W. Bush, se comprometió en su discurso de asunción a luchar por la libertad en el mundo, sin mencionar explícitamente a América Latina, aunque sus amenazas veladas incluyen sin duda a Cuba y Venezuela. Mientras la isla caribeña está considerada por Washington como un «reducto de la tiranía» en el hemisferio, Venezuela, según Condoleezza Rice, la futura jefa de la diplomacia, es una “fuerza negativa” para la región. Para Chávez «en Washington están enojados porque queremos liberarnos del capitalismo».

El presidente republicano, que fortaleció el embargo hace seis meses contra Cuba, evitó mencionar a algún país en concreto, ni siquiera a Irak donde deben celebrase elecciones dentro de diez días. En cambio, pronunció la palabra «tiranía» utilizada hace dos días en el Senado por Condoleezza Rice para definir a los países que amenazarían a los Estados Unidos

En otra parte de su discurso, el presidente se dirigió a los «reformistas democráticos reprimidos, encarcelados y exiliados» del mundo y les aseguró que Washington los consideraba «los futuros líderes de su país libre», palabras que recordaron varios de sus discursos a la comunidad cubana de Florida.

El pasado 31 de octubre, en los últimos días de su campaña electoral, Bush prometió en Miami que iba a mantener «la presión para liberar a Cuba». «Creo firmemente que el pueblo cubano debería ser liberado del tirano», agregó, al referirse a Fidel Castro, recurriendo ya entonces al mismo léxico.

Otro miembro de su futura administración, el empresario cubanoestadounidense Carlos Gutiérrez, que asumirá la cartera de secretario de Comercio, no dejó dudas sobre las intenciones de Bush de incluir a Cuba en su «lucha por la libertad». «Creo con firmeza en la meta de llevar la democracia a Cuba que es el objetivo de la política» del presidente, afirmó a principios de mes en el Senado, donde se comprometió a evitar «hacer algo que prolongue la situación actual» en la isla.

La promoción de la democracia es uno de los lemas recurrentes de la administración Bush cuando se refiere a su política con América Latina, donde elogia a menudo la gestión del presidente colombiano Alvaro Uribe en su lucha contra la guerrilla. La defensa de la democracia también la invocó Rice en el Senado cuando habló de la situación en Venezuela, por lo que el discurso del presidente norteamericano sobre su compromiso universal con la democracia también podría ser interpretado como un mensaje destinado al presidente Hugo Chávez, nombrado por Rice como «una fuerza negativa en la región».

«Tenemos que ser vigilantes y demostrar que conocemos las dificultades que el gobierno (de Chávez) causa a sus vecinos y su estrecha asociación con (el presidente cubano) Fidel Castro», afirmó. La futura jefa de la diplomacia se declaró asimismo «profundamente preocupada» por las estrechas relaciones que mantienen el mandatario venezolano con «reducto de la tiranía» del hemisferio.

La respuesta del presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez no se hizo esperar. Al día siguiente de las declaraciones de Condoleezza Rice ante el senado estadounidense, Chávez aseguró que Estados Unidos «está enojado» por el modelo económico aplicado por su gobierno, que en los últimos días decretó un proceso de «regularización» de tierras «ociosas» y la expropiación de la empresa fabricante de papel Venepal. «En Washington están enojados porque queremos liberarnos del capitalismo», dijo el mandatario, al asegurar que su gobierno promueve un modelo «alternativo al capitalismo salvaje».

Chávez fue criticado por la secretaria de Estado norteamericana quien calificó a Venezuela como una «fuerza negativa para la región». «Es negativa en términos de cómo afecta a sus vecinos, negativa por (sus relaciones) con el único gobierno no democrático de la región (en alusión al gobierno de Cuba), negativa en el sentido de lo que está haciendo en el interior del país para suprimir la oposición», opinó Rice ante el Senado, que la confirmó para el cargo.

En ese sentido, Chávez aseguró que Estados Unidos «también exporta golpes de estado, de allí la molestia de algunos porque no pudieron echarnos de aquí», refiriéndose al fallido derrocamiento que lo desalojó fugazmente del poder en abril de 2002. El gobernante acusa al presidente norteamericano, George W. Bush, de apoyar el golpe de estado y de financiar a grupos opositores para desestabilizar su gobierno, señalamientos rechazados por la Casa Blanca. Chávez destacó que «seguirán molestos por el proceso revolucionario, pero de aquí no nos saca nadie, en fin, estamos inventando un modelo».

Asimismo, el mandatario calificó como «histórica» la expropiación de la empresa Venepal, declarada en quiebra por un tribunal local en agosto de 2004 y de «utilidad pública» por el parlamento, el jueves pasado. Según el gobierno, la empresa papelera usaba sólo 2 por ciento de las 5.600 hectáreas «de muy buena calidad» en el occidente del país.

Chávez firmó el decreto de expropiación de Venepal en medio de una controvertida regularización de tierras aptas para el cultivo en varios estados del país, en el marco de su «guerra contra el latifundio»

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