Por amplia mayoría (38 contra 9) los vecinos consiguieron los votos de los legisladores porteños para la expropiación del predio que ocupa la manzana entre las calles Virrey Liniers, Estados Unidos, Carlos Calvo y Sánchez de Loria, en el barrio de Boedo, también conocido como antigua Estación Vail, o ex terminal de la quebrada empresa de transportes Tata.
En la primera votación, el 31 de agosto, por fin la legislatura había aprobado la expropiación del solar. La sorpresa tuvo lugar después, cuando en la audiencia pública realizada el pasado 13 de noviembre, los representantes de la iglesia evangelista Fundación Catedral de la Fe se presentaron para exigir ser reconocidos como futuros propietarios del terreno.
Para varios legisladores, el aspecto jurídico de la operación que realizó la iglesia es muy cuestionado, teniendo en cuenta que no tiene fecha cierta ni está certificado por escribano. En el supuesto boleto de compra-venta afirma que ya pagaron 400.00 dólares de seña y que abonarían en total U$s 2.600.000 por la propiedad.
De acuerdo a una tasación del Banco Ciudad, los legisladores fijaron el precio del terreno para la expropiación en 7.900.000 pesos, que al cambio actual es una cifra casi idéntica a la que dicen haber acordado los evangelistas. El debate por el predio contó, en el recinto y en las adyacencias de la Legislatura, con la presencia de los fieles de la Iglesia Catedral de la Fe, quienes presionaron hasta último momento, acusando a los diputados de discriminación, enseñando sus carteles como algunos: No a la expropiación de la propiedad privada.
Del otro lado, los vecinos dejaban también mostrar sus proclamas. Un joven manifestante no podía ocultar su alegría. “Por fin los chicos y los jóvenes vamos a tener un lugar dónde recrearnos”, afirmó. “Vamos a dejar de viajar en colectivo para trasladarnos a un espacio verde”, señaló una vecina del barrio de Boedo.
Luego de incontables ir y venir, los vecinos lograron impulsar la votación de una ley de expropiación, mediante el proyecto de los legisladores Norberto La Porta y Diego Kravetz. Los dirigentes del Frente Comunal Almagro-Boedo, señalaron que la inquietud de movilizarse por la creación del espacio verde, siempre tuvo el carácter de dar continuidad a una vieja necesidad de los habitantes de Boedo, cual es la de tener una plaza propia, es por ello que se reunieron miles de firmas para fundamentar los reclamos para abrir un espacio público, porque en el barrio no hay.
El predio
Al comienzos del siglo XX se construía sobre la calle Carlos Calvo, ocupando un predio de más de 10 mil m2., la estación terminal de tranvías que sería conocida Estación Vail. Hasta allí llegaban los “tranvías de los carniceros” de la empresa “La Capital” que transportaban la carne desde los mataderos, para allí transbordar a contenedores que las llevaban hasta las carnicerías minoristas. En 1963 dejó de cumplir la función originaria al producirse la definitiva eliminación del servicio tranviario.
En ese entonces era propiedad del Gobierno de la Nación, como consecuencia de la disolución de la Corporación de Transportes que la había incorporado a su patrimonio en 1949. La Dirección de Catastro registra una recomendación municipal de la década del ’70 para transformar el predio en plaza, atendiendo la razón de que el barrio de Boedo no cuenta con espacios verdes.
En 1980 la dictadura militar procedió a su venta, adquiriéndolo la empresa de Transportes El Tata, que las utilizó como terminal de sus líneas y garage de las unidades. En febrero de 2002 es declarada la quiebra de la empresa lo que, sumado a un incendio producido en las instalaciones de Boedo en noviembre de ese mismo año, determinan finalmente el abandono del lugar. A partir de allí todo lo que se dice claro es oscuro, porque si el predio fue vendido no figura a quién: en el Registro de la Propiedad Horizontal, el único válido para demostrar la titularidad de bienes inmuebles, sigue figurando como propietaria la empresa quebrada.
