Antonio Muñiz

Vicepresidente del Instituto Independencia.
La renuncia de Martín Guzmán a su cargo de ministro de economía es el desenlace de un cúmulo de errores y fracasos que se vienen desarrollando casi desde el comienzo de la gestión Fernández–Fernández.
En este presente aciago que nos toca vivir, la realidad se bambolea entre la tragedia cotidiana, un mundo al borde del caos y el ridículo de la política interna.
Recorremos los diversos problemas que tiene que afrontar el gobierno luego de las elecciones de este año. También pensamos en los diferentes temas que su agenda deberá abordar.
La reconstrucción del Estado como garante y sostén de este gobierno y gestor de un nuevo orden social.
Es normal que en una alianza amplia, construida con la lógica de ganar una elección, haya diferencias a la hora de gobernar. Pero es necesario analizar la etapa en toda su complejidad.
La pandemia aceleró los tiempos y puso los problemas sobre la mesa, en lugar de barrerlos bajo la alfombra.
El gobierno debe recalcular su estrategia frente a los sectores de poder, que solo han respondido con agresiones a las buenas intenciones y los gestos de buena voluntad desde el primer día.
Las industrias para la defensa pueden ser una herramienta clave para la construcción de soberanía industrial y tecnológica.
Está clara la necesidad de una planificación estratégica para potenciar el desarrollo nacional y regional, que permita generar riqueza con una inclusión social plena y la utilización inteligente de los recursos naturales; es decir, lograr un desarrollo sustentable.
La burguesía tradicional concentrada muestra un comportamiento que, no por conocido, resulta menos preocupante: su incapacidad de atar los proyectos empresariales a los destinos, objetivos e intereses nacionales. Razones de una expropiación.