Aquella corrección política de La Maga

—¿Cómo nace el grupo de amigos que insisten en remarcar que son?

—Muchos de nosotros trabajamos cuatro o cinco años en La Maga. En general, fue nuestro primer laburo, o el primer laburo serio, éramos chicos. La revista era muy políticamente correcta y eso, sobre todo visto desde ahora, era valioso, fue como un bálsamo de correctitud política frente a la frivolidad menemista, y de hecho mucha gente lo sintió así y entonces La Maga tuvo su éxito. Pero para nosotros, que lo veíamos cotidianamente, ese discurso progresista tenía un montón de fisuras. Y a partir de esos recovecos nos fuimos formando, renegando un poco de ese discurso. Todos venimos de lugares más o menos progresistas, más o menos de izquierda, y fuimos chocando con la realidad de los medios progresistas. Eso generó un caldo que detona en Barcelona . Esto es una lectura que hacemos ahora, después de cinco años.

—Y respecto del estilo de la revista, ¿reconocen antecedentes?

—(Blanco): A mí me encanta hacer archivo, ver diarios viejos. Y me encontré con algunas cosas que van en el mismo sentido que nosotros en Tía Vicenta. A fines de los cincuenta y principios de los sesenta salía con tapas que jodían con la política del momento, hasta con fotos tocadas, que tiene algo que ver con Barcelona . Después Humor, en su momento, también; yo la leía, me encantaba. Me acuerdo de que yo laburaba y el día que salía Humor lo primero que hacía era ir al kiosco para comprarla, por las dudas de que se agotara.

—(Sánchez): Satiricón también. Y Humor tenía un suplemento a fines de los ochenta, que se llamaba El Amarillo, que salía en papel de diario amarillo, con títulos completamente desaforados, no tanto que ver con la política como delirio general, y fotos trucadas. Y después fuimos descubriendo un montón de medios parecidos cuando algunos lectores nos los señalaban, como The Onion, una revista en papel de diario, estadounidense, muy periodística con títulos en joda. Después está The Clinic en Chile. La Cerdos y Peces la leíamos también. Y en España y Francia hay algunas con puntos en común, aunque muchas no las conocíamos de antes. Yo trabajé en Humor, y ahí aprendí de varios tipos. Hay ahí un antecedente.

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