En abril pasado, el abogado del municipio paraguayo de Ñacunday, Pablo Darío Aguayo Domínguez, denunció ante el Fiscal General del Estado la grave contaminación que produce la papelera Alto Paraná, ubicada en Puerto Segundo, Esperanza, Misiones, justo enfrente del puerto paraguayo de Paranambú, perteneciente a aquél municipio.
Puntualizó el letrado que desde su inauguración en 1978, dicha papelera causa grave contaminación tanto por aire como por agua, en este caso al verter al río gran cantidad de líquidos de desecho de color negro con mucha espuma y olor pestilente, los que han eliminado en ese canal -de veinte metros de ancho- toda fauna y flora e incluso carcomido sus barrancos.
Al respecto, Aguayo Domínguez recordó que, justo frente a la papelera, del lado paraguayo, comienza el Parque Nacional Ñacunday, que ha sido muy perjudicado por dicha contaminación, “por ejemplo en lo que hace al desove de los dorados y en la habitual anidación de las bandadas de golondrinas en las cuevas ubicadas detrás de las cataratas”.
Aguayo también denunció que un olor “extremadamente nauseabundo” es omnipresente en todas las condiciones climáticas en un radio que va de los 20 a los 30 Km. y que en ocasiones se percibe incluso a 70 Km.
Tras ofrecer una amplia variedad de fotos y videos acerca de lo denunciado, el abogado pidió al Fiscal General la urgente intervención de la Cancillería y el Ministerio Público guaraníes para que la Argentina cumpla “los acuerdos bilaterales y los convenios internacionales vigentes”.