Altas temperaturas y emergencia hídrica: ¿Cómo evitar el fuego imparable en la Patagonia?

El 9 de marzo de 2021 se vivió en la Comarca Andina del Paralelo 42 el peor incendio del que se tuviera memoria. Consideramos cuales son las medidas para afrontar el próximo verano.
Patagonia incendio

El 9 de marzo de 2021 se vivió en la Comarca Andina del Paralelo 42 el peor incendio del que se tuviera memoria.

En aproximadamente diez horas, un incendio de magnitudes dantescas amenazó con destruir las zonas de Las Golondrinas, El Hoyo, Lago Puelo, El Maiten y Cholila, en la provincia del Chubut.

Catorce mil hectáreas quedaron arrasadas, quinientas cuarenta casas sufrieron pérdidas totales, zonas productivas y maquinarias fueron devastadas, colapsaron los servicios, estuvieron meses sin luz y agua potable. Sin contar que no funcionaban las líneas telefónicas ni los celulares.

Alrededor de las cuatro de la tarde comenzaron los primeros focos, un incendio de interfase en el paraje Las Golondrinas. Simultáneamente se inició un foco en el Cerro Radal, que se descontroló en minutos por las altas temperaturas y los vientos de esa tarde.

Luego avanzaron hacia El Hoyo, en la zona urbana, lo que lo convertía en aún más peligroso. Esa noche ya eran cinco, también habían llegado a Lago Puelo y Cholila.

La simultaneidad de los incendios hizo que la primera hipótesis señalara que habían sido intencionales. Así lo manifestó el intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez y el ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandie.

Sin embargo, meses más tarde, las pericias determinaron que los focos no fueron intencionales, y que se debieron en un caso a la “incidencia térmica producto de la línea aérea de media tensión sobre la conífera de los árboles adyacentes”.

“La incidencia de la energía que recorre las líneas de media tensión que tomaron contacto con la parte superior de las ramas de los árboles (pinos) allí emplazados” generaron “su carbonización y precipitación”, especificaron los peritos.

En los otros, no se pudo determinar la causa, pero se descartó el uso de acelerantes o combustibles. Sin embargo, no descartaron intervención humana en el caso de los incendios de Cerro Radal y Cholila.

El incendio provocó la muerte del poblador rural Sixto Garcés, de cincuenta años, en la zona de El Maitén. Días después, de María Briones, vecina de la «Eco Aldea» y José Luis Rivero, de sesenta y ocho años, ambos de Lago Puelo.

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Según el informe sobre manejo del fuego elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, desde el 1° de enero hasta el 8 de agosto de 2021, en las provincias de Río Negro y Chubut se vieron afectadas treinta y seis mil ochocientas treinta y nueve hectáreas por incendios reportados.

El presupuesto destinado al servicio de manejo del fuego durante este año aumentó considerablemente. En 2020 se ejecutaron cuatrocientas treinta y tres millones de pesos y tres mil cincuenta y ocho millones en 2021.

Además, el Ministerio de Ambiente trabaja en un plan integral de reforestación para la comarca andina. Para dar comienzo a la restauración de las áreas degradadas, se entregaron en El Hoyo alrededor de mil plantines de árboles y arbustos de especies nativas producidas en viveros de la cordillera para que las familias de las localidades afectadas por los focos ígneos puedan recuperar la vegetación en sus predios.

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Pol Huisman, intendente de El Hoyo, dialogó con Zoom y describió la difícil situación que atravesaron, el rol que jugo el estado y las acciones de prevención que se están tomando de cara a un verano con peores características que el anterior.

¿Cómo recuerda ese 9 de marzo?

El 9 de marzo tuvimos este incendio que fue dantesco, rodeo al pueblo y quemó miles de hectáreas alrededor y llegó al casco urbano, provocando la perdida de varias casas y muchos galpones, talleres, autos, maquinaria, corrales y demás. Nos dejó destruidos vastos sectores de la localidad.

¿Y qué es lo primero que se hizo?

Lo primero fue reacomodar a las personas que habían perdido sus casas. En el Hoyo hubo treinta familias que perdieron la vivienda en su totalidad y cien de manera parcial. Después de eso hubo que empezar a construir las viviendas provisorias, que ya están todas terminadas. Ahora nos queda comenzar con las viviendas que son definitivas, lo cual lleva procedimientos administrativos más largos.

¿También estuvieron sin servicios?

Si, desde ese momento estuvimos sin luz y sin agua. También había que asistir llevando agua potable en camiones cisternas para el aseo y dando combustible para que la gente que tenía grupos electrógenos no se quede sin luz. De esa manera fuimos sorteando y pasando ese momento.

Procuramos la asistencia económica a través del ministerio de Agricultura, para empezar a rearmar los alambrados y sistemas de riego. Y aun trabajamos en esa línea.

¿Cómo cambió la manera de pensar su gobierno a partir de esta tragedia?

Nuestra hoja de ruta ya venía cambiada desde el inicio. Asumimos el gobierno y llegó la pandemia. A un año de eso, el impacto del incendio nos modificó drásticamente. Y este verano, las pocas precipitaciones y la emergencia hídrica que tuvimos, nos hace poner el foco en esto, pero también nos orienta como localidad porque mucho de lo que nos pasó fue porque nunca hubo diseño y planificación. Y nunca se tomó en cuento estos peligros que trae construir en la interfase y hacer viviendas sin tomar todos los recaudos.

Hoy estamos armando un sistema de prevención para que no nos vuelva a pasar el año que viene, que también puede ser problemático.

¿En qué consiste ese programa de prevención?

Básicamente lo que estamos haciendo es un trabajo en las zonas de interfase, tener reservorios de agua listos y con buenos accesos, para que si hay una situación de emergencia poder dar rápidas respuestas.

También estamos trabajando con todas las juntas vecinales todos los mecanismos de protección civil para poder responder rápido. Lo cual, si bien funcionó bien este año, podría funcionar mejor, por ejemplo cuando se toman las decisiones de evacuación como ordenar la defensa de las zonas amenazadas con la sociedad civil.

La mayor amenaza hoy en día no es en los sectores que ya se quemaron, sino en otros sectores que tienen mucho combustible adentro, por mal manejo histórico de bosques. También ahí tenemos que hacer que las reglamentaciones y ordenanzas que están vigentes se efectúen en lo que tiene que ver con la limpieza de baldíos, o los frentes; es decir, todo lo que es el trabajo de sacar combustibles.

Cuando hablamos de combustibles es maleza, mosqueta, murra, ramerío y pastizales altos, que a partir de septiembre empiezan a crecer, en enero se empiezan a secar y todo eso pasa a ser combustible.

Trabajar sobre las líneas de energía es clave, muchos de los incendios se generaron por el mal mantenimiento, si eso se mantiene limpio, ya sacas un foco de amenaza importante.

¿Y el Estado Nacional como ayudó?

Nosotros tuvimos mucho acompañamiento del Estado Nacional, desde el Ministerio de Hábitat, con el dinero para las casas provisorias, hasta el Ministerio de Turismo, que fue el primero que bajo fondos para localizar a las personas. El Ministerio del Interior estuvo presente mediante un ATN para solventar los gastos que tienen que ver con el combustible, el agua y la asistencia en módulos alimentarios para aquellos que habían perdido todo.

Tuvimos que hacer una gran red de asistencia y contención y el estado estuvo presente en todos los aspectos. No solo eso, también recibimos la visita de la ministra Carla Vizzoti y se reforzó todo el esquema de vacunación, lo que hizo que tuviéramos a la mayoría de la población vacunada antes que otras localidades del país. Y eso fue tener una mirada atenta para no sumar mayores problemas.

¿Y cuál es la mirada de los vecinos?

Hay de todo, en la localidad de El Hoyo hubo históricamente grandes incendios y nunca tuvieron la respuesta del Estado con la contundencia que tuvieron en esta oportunidad.

Hemos gestionado muchas cosas junto al intendente de Lago Puelo, pero el caso de ellos fue más problemático porque tuvieron quince veces más pérdidas que nosotros, en cuanto a casas. Ellos tuvieron casi cuatrocientas cincuenta casas quemadas.

Al principio se escuchó la hipótesis sobre que el incendio había sido intencional pero después se descartó.

Si, el incendio se inició bajo la línea de alta tensión de la Dirección de Servicios Públicos de la provincia. En este caso fue por un abandono del trabajo de limpieza bajo las líneas de alta tensión.

Este año tuvimos más de veinte incendios en el verano que pudimos controlar, algunos fueron muy amenazantes, en todos se llegó rápido y muy bien. La diferencia es que en el incendio del 9 de marzo, comienza primero con un gran incendio en El Maitén, todas las fuerzas de combate terrestre estaban ahí y a parte por una cuestión meteorológica no se pudo usar la protección aérea. Aviones y helicópteros no se pudieron usar porque esta inoperable el aeropuerto. Este nos ganó, los otros los atajamos a tiempo.

¿Cuándo finalizó el incendio?

El gran desastre ocurrió en el término de esas diez horas, entre las 4 de la tarde y las 2 de la mañana del día siguiente, pero el incendio duró meses. En algunos lugares en la cordillera duro un mes y medio, porque no se podía apagar. Y estaba amenazando y constantemente había gente y helicópteros tratando de controlar la situación.

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Los peligros de la Emergencia Hídrica

En julio de este año la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) declaró la emergencia hídrica para las cuencas de los ríos Neuquén, Limay y Negro, luego de la escaza cantidad de lluvia, nieve y la sequía que padece la zona hace varios años. La emergencia se extiende desde la provincia de Neuquén hasta Chubut.

La falta de lluvias ocasionó una bajante de 6 mil hectómetros en los embalses, algo calculable a 6billones de litros de agua. La sequía que afecta la región es la peor en los últimos 50 años.

Según datos suministrados por la AIC, desde la Cordillera de los Andes en el límite con Chile se muestra que desde hace quince años dominan las condiciones de déficit en las precipitaciones cordilleranas (lluvia y nieve) y desde el 2019 se han acentuado los periodos secos en las cuencas de los ríos Colorado, Neuquén, extendiéndose hacia al Sur (Limay, Oeste de Chubut, Región Sur y la zona de secano de Río Negro).

El Río Colorado, que nace en la cordillera de los Andes y desemboca en el mar Argentino también presentó la bajante histórica más importante: el volumen anual en promedio desde 1940 al 2010 era de cuatro mil seiscientos treinta hm3 y en la primera semana de agosto 2021 fue de mil doscientas cuarenta hm3, tan solo un veintisiete por ciento del derrame histórico.

Durante 2021 Argentina se encuentra junto con regiones de Brasil y Chile en una situación delicada, con cuencas hídricas con ríos cuyos caudales son los más bajos de los últimos cien años. En el norte patagónico al déficit de lluvias de otoño e invierno, se suma la escasa acumulación de nieve en montaña en las cuencas cordilleranas.

A inicios de septiembre referentes de la Subsecretaría de Protección Civil de Río Negro, Parques Nacionales, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) y el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) se reunieron en Bariloche para analizar la complejidad que puede traer aparejado un verano muy caluroso y sin agua.

Durante los meses de junio a octubre las temperaturas fueron más elevadas de lo normal para la Patagonia. Y se espera que lo mismo ocurra en los próximos meses, con un verano más caluroso y seco.

El Ministerio de Seguridad a través del Sistema Nacional para Gestión Integral de riesgo advierte que en las zonas donde ocurren incendios forestales hay que evitar apilar troncos y  ramas cerca de las casas. Mantener el pasto corto y construir una línea de defensa de al menos tres metros de ancho sin vegetación alrededor de la vivienda. Realizar una limpieza de techos, canaletas y desagües, ya que las hojas, ramas y pinocha es material combustible al fuego.

También aconsejan mantener las piletas con agua durante todo el año, ya que puede ser utilizada por los bomberos para controlar el avance del fuego.

El incendio del 9 de marzo dio inicio a una nueva etapa en la región. La aparición de estas “tormenta de fuego” que se producen por ráfagas de viento dispersan las llamas por todos lados. Con piñas de pinos exóticos encendidas que se esparcen formando cientos de focos secundarios, dan muestra de la situación catastrófica que puede volver a ocurrir.

La Patagonia no está libre de llamas. 

Laura de la Rosa, desde Río Negro.

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