Por Jorge L. Devincenzi, especial para Causa Popular.- Estrenando su nuevo rol testimonial, la Defensoría del Pueblo de la Nación descubrió que quedan noventa de los doscientos cincuenta millones de dólares otorgados a principios de los 90 por el BID para sanear la cuenca La Matanza-Riachuelo. Nadie en su sano juicio desdeñaría semejante suma, ni siquiera el doctor Daniel Sabsay, titular de la FARN, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, quien propuso crear un Comité de Cuenca para administrarla. Como siempre conviene tomar el ejemplo de los países avanzados, el prestigioso jurista recordó que allá se limpiaron el Támesis, el Sena y el Pó de un modo similar al que ahora se propone.
La principal tarea de ese Comité, si es que se conforma alguna vez, será convencer a las 500.000 personas que viven en las cercanías del Riachuelo de que están equivocadas.
En efecto, una amplia encuesta realizada recientemente constató que para todos los ciudadanos domiciliados en las cercanías de la cuenca Riachuelo-La Matanza, no hay nada de que preocuparse.
“El agua que se saca de las napas es cristalina”, sostuvo un militante de Greenpeace que cultiva una huerta a pasos de Puente La Noria.
Aunque no nos atrevimos a desmentirlo ingiriendo el líquido que nos ofrecía amablemente, sí pudimos constatar que los tomates del entrevistado tenían dimensiones gigantescas y unas manchas fosforescentes poco apetitosas.
El informe de la Defensoría del Pueblo demuestra que el dinero se fue gastando con mucho cuidado y en cuentagotas: un millón para limpieza, apenas siete millones para consultoras externas, y otros siete en intereses punitorios como castigo por administrar los fondos con una mezquindad digna de mejores causas.
Todo ello alcanza para desvirtuar las críticas que ha recibido hasta el presente el ministro De Vido y la estructura que responde a sus directivas en el Ministerio de Planeamiento y la Sindicatura General de Empresas Públicas.
Aunque el crédito pudo haber financiado las mas avanzadas plantas de tratamiento de efluentes para 65 empresas que vuelcan ilegalmente a la cuenca materias fecales, cromo, mercurio y plomo, los funcionarios estatales no aprobaron ningún proyecto por considerar que se había impuesto la costumbre de los sobreprecios, y al fin y al cabo, no había tanta urgencia.
Y dieron como ejemplo de administración austera los escasos $ 2.700.000 presupuestados por el secretario Jaime para remodelar cada una de las estaciones ferroviarias de la ex – línea Belgrano.
“Las nuevas estaciones superarán el confort de las del subte de Moscú”, reveló un funcionario muy viajado, refiriéndose a las hasta ahora consideradas las mas lujosas de mundo, un producto de la antigua nomenklatura soviética, que robaba pero hacía.
Con pinturas y óleos originales (hoy desaparecidos por expresar el realismo comunista), amplias escalinatas con barandales de bronce bruñido, pisos de reluciente mármol rojo de los Urales, y una iluminación con cientos de caireles de cristal de roca, las estaciones del subterráneo moscovita, que compiten en belleza con el mausoleo de Lenin y la Lubianka, sorprendieron a los argentinos que tuvimos la fortuna de conocer Rusia mientras se podía viajar con el uno a uno, y como corolario -el turismo puede tener derivaciones insospechadas, como promover el pensamiento crítico- nos permitió reflexionar sobre las insólitas prioridades del socialismo real.
En efecto, ese derroche en un medio público de transporte contrastaba con las duras limitaciones que sufrían los soviéticos en su vida privada: pan de mijo, dos calzoncillos por año, un solo canal de tevé en blanco y negro, medio kilo de pepinitos, ochenta litros de vodka per cápita, etc.
Otra alternativa de la discusión sobre la supuesta contaminación de la cuenca Riachuelo-La Matanza es que la oficina encargada de esa tarea se denomina Unidad Ejecutora, un nombre que se repite por centenares a lo largo y lo ancho de las oficinas públicas municipales, provinciales y nacionales en nuestro país.
Ideado por algún poeta de la tecnocracia del Banco Mundial como respuesta proactiva a un Estado ineficaz, la denominación fue rápidamente adoptada por la burocracia local.
Las primeras Unidades Ejecutoras aparecieron en la Argentina hacia 1976 ó 1977, y desde entonces no dejaron de multiplicarse.
También las hubo en la Esma, El Vesubio, el Garaje Olimpo, El Atlético y otras instalaciones dedicadas a vigilar la paz de la clase media.
Sería interesante que el Presidente Kirchner, luego de bajar el cuadro del dictador Videla existente en el Colegio Militar y tomar otras medidas decisivas en el ámbito de los derechos humanos, rebautice todas estas Unidades Ejecutoras con una denominación más grata a los oídos.
Las noticias sobre la contaminación en el Riachuelo llegan en medio de la crisis ambiental producida por la construcción de las pasteras uruguayas.
Hasta el vicepresidente Daniel Scioli intervino en la polémica que se ha desatado.
Integrando la comitiva presidencial que visitó Gualeguaychú, Scioli formuló declaraciones de alto voltaje político que dañarán nuestras relaciones diplomáticas con el país vecino: “La pucha que son grandes las chimeneas, son”, dijo, refiriéndose a las de la finlandesa Botnia que se distinguen claramente a través del río Uruguay.
“La supuesta contaminación del Riachuelo nos sorprendió a todos”, afirmó el subsecretario de Medio Ambiente. El funcionario que hasta ahora dependía del Ministro González García y ahora pasará a la órbita presidencial, admitió que todos los esfuerzos de su área están puestos hoy en día en la pandemia de gripe aviar, y que no se puede magnificar un asunto secundario.
Enferma de desmemoria, la opinión pública argentina siempre acusó a María Julia Alsogaray de no cumplir sus promesas sobre el Riachuelo y aquellas otras sobre la amplia libertad que nos depararía privatizar los teléfonos, permitiéndonos elegir la empresa telefónica de nuestro agrado. Entrevistada, la ex – polifuncionaria declaró que ella nunca había prometido sanear su cauce en 1000 días.
“Lo hicimos en 90 días”, sostuvo orgullosa, el mismo tiempo que se tomó el menemismo para limpiar el país entero.
Con su habitual oportunismo a la violeta, Macri recorrió todo el curso del Riachuelo en un barco de excursiones y comprobó, champán y canapé en mano, que se puede sobrevivir al intento. A su lado, el histriónico Rodríguez Larreta se reía de todos los chistes que pronunciaba su patrón.
Desde que los vecinos de Gualeguaychú alertaron masivamente sobre los peligros que corren los países de América si es que quieren vivir tan bien como los del Norte rico, la ecología se ha convertido en tema de todos los ámbitos.
Un juez civil decretó el divorcio de una pareja porque el desaprensivo marido producía “daño ambiental y psicológico” a su ex – esposa.
La empresa española Ence que construye una planta de celulosa a orillas del río Uruguay, adaptada a los nuevos aires, decidió financiar cinco escuelas “ecológicas” en la República Oriental del Uruguay. Los alumnos, del ciclo primario, obtendrán el título de “guerreros del medio ambiente”.
Como puede verse, las cuestiones medioambientales están en la epidermis del interés contemporáneo.
Sin ir mas lejos, acaba de recordarse un nuevo aniversario del desastre de Chernobyl, pero nadie se acuerda de los 40.000 hindúes muertos en Bophal.
Será porque el reactor ucraniano explotó por un error humano, y la fábrica de pilas Eveready, no.