A 29 años del 24 de marzo de 1976. Radiografía del golpe más sangriento de nuestro país

Mucho se ha escrito sobre el desarrollo y las consecuencias del golpe militar de 1976, pero seguramente nunca será suficiente para explicar semejante genocidio. En esta oportunidad, Causa Popular tiene el enorme agrado de reproducir el aporte de Juan Enrique Villa, ex Secretario General del Sindicato de Motores Diesel Livianos (perkins) hasta el 24 de marzo de 1976 e integrante de la CGT combativa de Atilio López y Agustín Tosco. Este trabajador metalmecánico conformó el Movimiento Sindical Combativo y formó parte de la Mesa de Gremios en Lucha, que junto con las Coordinadoras Interfabriles generaron una de las experiencias obreras más relevantes en el período 1974 – 1976 con el derrumbe del plan de Celestino Rodrigo, el fugaz ministro lopezrreguista designado por Isabel Perón en 1975. Los integrantes de la Mesa de Gremios en Lucha como los de las “Coordinadoras” fueron duramente reprimidos y diezmados casi en su totalidad. A 29 años, Villa explica con lenguaje claro y preciso los puntos principales del golpe militar que cambió a la Argentina para siempre.

Por Juan Enrique Villa, especial para Causa Popular.- El 24 de Marzo de 1976, se produce un nuevo golpe de Estado encabezado por la cúpula de las Fuerzas Armadas. A partir de ese momento se desata una represión orientada particularmente sobre Obreros, Trabajadores y Estudiantes: todo esta permitido en nombre de la “seguridad nacional”.

Nos mataron el sueño de juventud

Dentro de unos años, la humanidad se preguntará: ¿Qué pasó en la Argentina?, donde hubo más de 30.000 Muertos-Desaparecidos. No hubo guerra, no hubo terremoto, no hubo inundación ni catastrofe natural alguna.

La historia no comenzó cuando llegamos nosotros, que éramos jóvenes con ansias de cumplir nuestros sueños. Tampoco con la historia de lucha de los trabajadores argentinos, que es muy rica y con muchos mártires. Lo que nosotros hicimos es tomar la posta dejada por otros compañeros, adaptarnos al momento histórico y luchar por reivindicaciones sindicales y políticas.

• En lo sindical: Solicitamos mejores Condiciones de Trabajo, Mejores Sueldos y Democracia Sindical.

• En lo político: La Participación de los trabajadores y una mejor distribución de la riqueza.

Para que ocurriera el secuestro, la tortura y la desaparición de 30.000 personas: es indudable que el poder militar tenía el beneplácito de distintos sectores de la sociedad. Como dijimos, no hubo guerra, no hubo terremoto, no hubo inundación, no hubo ninguna catastrofe natural, sólo nos persiguieron, nos torturaron, nos mataron, y todo esto para imponer un sistema neo -liberal para darle más ganancia a los dueños del poder.

• Las primeras medidas que toma el gobierno militar

• Disuelven la CGT

• Intervienen las Federaciones y los Sindicatos

• Se prohíben los derechos constitucionales de los trabajadores

• La huelga es penalizada con 10 años de cárcel

• Se confeccionan “listas negras” con informes del SIDE,

• Se realizan ejecuciones en las fábricas y violencias físicas y psicológicas tendientes a aterrorizar a los obreros

• Miles de presos, torturas, campos de concentración clandestinos, más de 30.000 desaparecidos

• A nuestro gremio, Sindicato de Motores Diesel Livianos (PERKINS), lo interviene la Aeronáutica, al mando del Vice Comodoro Tanco.

La finalidad es poder realizar impunemente una política económica financiera al servicio del gran capital y los monopolios, destruyendo nuestra industria nacional, dejando como herencia la deuda externa más importante en la historia de nuestro país.

El presente trabajo pretende demostrar que la represión fue exclusivamente contra los trabajadores y sectores progresistas populares.

• De cada 100 detenidos:

30 eran obreros fabriles

21 eran estudiantes secundarios y universitarios

18 eran empleados

10 eran profesionales

6 eran docentes de distintos niveles

5 eran autónomos

4 eran amas de casa

2 eran conscriptos y personal de la FF de seguridad

4 eran actores, artistas y religiosos

• Si sumamos:

30 obreros

18 empleados

10 profesionales, trabajadores del área social y del arte de curar

6 trabajadores docentes primarios, secundarios, universitarios

4 amas de casa

Así, observamos que de cada 100 detenidos o perseguidos, alrededor de 70 éramos trabajadores.

Contrariamente a lo sostenido por los ejecutores de tan siniestro plan, no solamente se persiguió a los miembros de organizaciones políticas armadas sino también a todas las personas integrantes y/o simpatizantes de organizaciones sindicales y políticas. Se cuentan por millares las víctimas que jamás tuvieron vinculación alguna con la lucha armada, y fueron sin embargo objeto de horrendos suplicios por su oposición a la dictadura militar, por su participación en luchas gremiales o estudiantiles que cuestionaron al terrorismo de Estado o simplemente por ser familiar, amigo o encontrarse en la agenda de alguien considerado revolucionario.

• Edad y sexo de los desaparecidos

Muchos se preguntan: ¿porqué hemos estado anestesiados, dormidos estos últimos años, para que pasen las cosas que han pasado en nuestro país?, entonces volvemos a repetir “Nos mataron el sueño de juventud”.

• De cada 100 detenidos-desaparecidos 81 tenían la edad de 16 a 35 años

• De cada 100 detenidos-desaparecidos 70 eran varones y 30 eran mujeres, dentro de las cuales el 3% eran mujeres embarazadas.

• Lugares de detención de los detenidos desaparecidos. De cada 100 detenidos-desaparecidos:

25 eran en la vía pública

62 en los domicilios de las víctimas

7 en el lugar de trabajo

6 en el lugar de estudio

0,4% en dependencias militares o policiales.

• Momentos de la desaparición. De cada 100 detenidos-desaparecidos:

62 eran de noche

32 eran de día

La desaparición de personas como metodología represiva reconoce algunos antecedentes previos al golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976. Pero es a partir de esa fecha en que las fuerzas que usurparon el poder obtuvieron el control absoluto de los resortes del Estado.

Hemos mencionado anteriormente el beneplácito de distintos sectores de la sociedad para que 30.000 personas desaparecieran:

• El papel que jugo la iglesia

El terrorismo de Estado persiguió con significativo ensañamiento a los religiosos que estaban comprometidos con la causa de los más carenciados y con aquellos que sostenían una actitud de denuncia frente a la violación sistemática de los derechos humanos. Así fue como sacerdotes, religiosos, seminaristas, catequistas y miembros de otras congregaciones sufrieron la represión, el secuestro, vejaciones, torturas y en muchos casos la muerte. El Episcopado Argentino condenó reiteradamente la modalidad represiva, pero hubo miembros del clero que avalaron y hasta participaron de la represión.
• El papel que jugo el periodismo

Los represores se ensañaron con los periodistas argentinos. El mismo 24 de marzo de 1976, la junta de Comandante en Jefe en su comunicado Nº19, hizo saber que “sería reprimido con reclusión de hasta 10 años, el que por cualquier medio difundiera, divulgara o propagara noticias, comunicado o imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desacreditar la actividad de las fuerzas armadas, de seguridad o policial”. El tiempo fue dando cuenta del significado y alcance de tal advertencia.

Se intervino militarmente a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, se expulsó a corresponsales de agencias extranjeras y se requisó haciendo incinerar numerosos libros de Bibliotecas públicas y privadas. Con todo esto la desinformación fue total, y sus consecuencias, fue que amplios sectores de la sociedad creyeran ingenuamente en la inexistencia del problema o incurriera en la incredulidad o a lo sumo le restaron importancia.

En los primeros meses del 76, fueron privados de su libertad, situación que se mantiene al presente sin reaparición de sus cuerpos, más de 100 periodistas detenidos o desaparecidos. Según el informe “NUNCA MÁS”[1] pág.369, ni en los últimos conflictos Internacionales de Vietnam, Corea, Irak, Afganistán hubo tantos muertos como en nuestro país.

Los dueños de los medios de información, a partir del 24 de marzo de 1976, se llamaron a silencio y solo proporcionaban información oficial dada por la junta Militar.

• El papel que jugo el poder judicial

Los familiares de los detenidos-desaparecidos hicieron uso prácticamente de todos los procedimientos legales. Nace la necesidad de preguntar: ¿Cómo fue posible mantener la impunidad de tantos delitos?, ¿Cómo se explica que los jueces no hayan ubicado a ningún secuestrado después de varios años?; ¿Qué les impidió allanar algún lugar de cautiverio?

A partir del 24 de marzo de 1976, se crea el “Poder Ejecutivo-Legislativo-Constituyente” que asume facultades extraordinarias de Gobierno y, con ellas la suma del Poder Público, el Poder Judicial, se subordinó a la política del Ejecutivo.

El recurso del hábeas corpus fue ineficaz, la persecución seguida de muerte de los abogados defensores y la complacencia de la gran parte de la judicatura, completó el cuadro de desamparo de los derechos humanos. Durante el régimen militar el derecho a la vida, a la integridad física y a la libertad individual poco tuvo que ver con la que dijeron los jueces; las decisiones quedaron en manos de quienes integraban el aparato represivo del Estado.

En resumen, entre los meses de marzo a diciembre de 1976, más de 150 abogados que defendían a detenidos políticos fueron detenidos, muchos desaparecieron, sin saber hasta el día de hoy donde están.

• El papel que jugaron las patronales y la burocracia sindical

Estaban emparentados en el trabajo en común. Las patronales denunciaban a los activistas para que las fuerzas represivas eliminaran a los trabajadores. Los burócratas no decían nada, porque de esta forma se sacaban del medio a sus adversarios.

Fueron numerosos los procedimientos realizados en todo el país, por parte de las fuerzas represivas en los centros fabriles, persiguiendo a los dirigentes gremiales, delegados o activistas tenemos el caso de la Ford, en General Pacheco, Provincia de Buenos Aires y en numerosas empresas.

• Las detenidas -desaparecidas embarazadas

En el Informe Nunca Mas, se pudo observar numerosos casos donde el parto se realizaban en un Centro Público o Privado. Participaban médicos, enfermeras y por supuesto los directores de los nosocomios que tenían conocimiento.

La represión, fue demencialmente generalizada, se nos acusaba de ser “enemigos de los valores occidentales y cristianos”. Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora salarial, muchachos que habían sido miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y sociólogos por pertenecer a profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas monjas y sacerdotes que habían llevado las enseñanzas de cristo a barriadas pobres.

En cuanto a la sociedad en general, se veía desprotegida temiendo caer en aquella caza de brujas, otros concientes o inconscientemente justificando el horror decían: “Si se lo llevaron, por algo será”.

Yo que viví esa época afirmo: “es cierto, por algo nos persiguieron. Porque queríamos una mejor distribución de la riqueza, y no éramos funcionales a sus objetivos de poder realizar impunemente políticas económicas financieras al servicio del gran capital, que después de marzo se 1976 se consolidó, prosiguiendo por años.

En homenaje a todos los que hasta hoy continúan desaparecidos. En especial a aquellos que pertenecían a nuestro gremio de PERKINS.

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