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CABA 2025: la economía ante la falta de un rumbo

Sin plan, sin estrategia y con un presupuesto marginal, la Ciudad atraviesa 2025 con caída de la actividad, retroceso del empleo y una desigualdad que se profundiza pese a su alto nivel de recursos. Por Raúl Sánchez

Pasados dos años de gestión del gobierno de Jorge Macri en la Ciudad, y en lo que respecta al desarrollo de la actividad económica, podemos señalar algunas certezas:

  1. No hay plan de desarrollo económico. No se trabajó en el Plan de Desarrollo Económico 2020-2025 y no hay indicios de que se esté elaborando uno para el mediano plazo.
  2. Desde el punto de vista institucional, el Gobierno de Jorge Macri demoró meses en sustituir al exministro renunciante García Moritán, llegando al ridículo de tratar el presupuesto del área para 2025 con el cargo de ministro vacante.
  3. Para 2026, el presupuesto del área de Desarrollo Económico comprende apenas el 0,3% del gasto público total de la Ciudad, siendo la jurisdicción con menor participación presupuestaria. Incluso, se registra una caída del 40% del gasto real interanual y, para 2026, se eliminan nueve programas y se crean solo dos.

No es de sorprender que los resultados de la actividad económica de la Ciudad sigan dependiendo de los resultados de la macroeconomía nacional como consecuencia de la falta de una estrategia local. Una estrategia que debería adecuarse a la dinámica económica nacional, concepto distinto al de “depender”.

Los datos de 2025 muestran una mayor retracción de la actividad económica a medida que avanza el año, lo que trae como consecuencia una caída de la recaudación tributaria en términos reales del 31% en septiembre de 2025 respecto de 2023. El Impuesto a los Ingresos Brutos, tributo que refleja dos aspectos centrales de la economía —nivel de actividad y facturación—, es donde más se evidencia la baja.

La menor actividad incide en el empleo: 310.000 porteñas y porteños conforman el total de desocupados y subocupados (18%) en el segundo trimestre de 2025, cifras superiores a las de 2024 y 2023. Desde la asunción de Milei como presidente, la CABA fue una de las jurisdicciones que registró un descenso del empleo registrado de 20.400 puestos de trabajo, a los que hay que sumar los del sector público y amas de casa.

Recientemente, la CAC (Cámara Argentina de Comercio), en su tradicional relevamiento sobre las principales arterias comerciales, alertó que en mayo-junio de 2025 aumentó un 40% la cantidad de locales comerciales desocupados respecto de 2024. La pregunta es evidente: ¿quién va a invertir en montar un negocio si los ingresos reales de las familias disminuyen y, por ende, cae el consumo masivo?

En materia de turismo, la Ciudad acumula casi dos años de caída en la ocupación hotelera, con un leve repunte en septiembre de 2025 respecto de 2024, pero con una baja si se lo compara con 2023. Este comportamiento responde a dos factores: la caída del salario real, que afecta al turismo interno, y la pérdida de competitividad cambiaria para el turismo receptivo internacional. A ello se suma el impacto que esta actividad tiene sobre la gastronomía, los eventos culturales, el esparcimiento y la industria textil nacional.

La falta de una estrategia y de un plan de desarrollo productivo en la Ciudad conduce a improvisaciones permanentes y con resultados negativos. La Ciudad pierde terreno frente a otras ciudades latinoamericanas en el sector informático; en el último año se registró una retracción del 15% en el consumo de las cafeterías de especialidad, un fenómeno que terminó ocurriendo, de modo similar a lo sucedido anteriormente con la cerveza artesanal. En nuestro libro La Ciudad Posible. Innovación y Políticas (Editorial Punto de Encuentro) afirmamos que este diagnóstico se arrastra desde 2017, cuando el desarrollo de una política productiva y emprendedora pasó a un segundo plano por parte del Gobierno de la Ciudad.

Por si faltara un dato, el índice de Gini, que mide la desigualdad económica, muestra en el segundo trimestre de 2025 que los hogares del norte de la Ciudad duplican su ingreso per cápita respecto de los del sur. El coeficiente general alcanzó 0,424, con un leve aumento respecto del trimestre anterior. Se amplió la brecha de desigualdad entre quienes tienen mayores recursos y quienes disponen de menores ingresos, así como también la desigualdad de género. A modo de referencia: la desocupación promedio de la Ciudad es del 7,7%, pero en la zona sur alcanza el 10,5% y en las mujeres el 8,8%, ambas por encima del promedio.

La Ciudad de Buenos Aires genera un producto bruto per cápita 189% superior al promedio nacional, lo que debería ser el punto de partida para alcanzar mayores niveles de igualdad y tasas de pleno empleo.

Una Ciudad de Buenos Aires atada a la suerte de la política macroeconómica nacional es el reflejo de un funcionamiento deficiente en los tres planos del análisis económico —macroeconomía, microeconomía y mesoeconomía—, perjudicando el desarrollo integral de las familias porteñas. Sobran recursos, pero faltan planes e ideas.

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