Existe un lugar común heredado del conflicto del 2008 que tiende a dar por hecho que el mundo agrario tiene una única representación por medio de la Mesa de Enlace. En ella estarían nucleadas entidades como la Sociedad Rural, Federación Agraria, CONINAGRO y Confederaciones Rurales Argentinas. Lejos de esto, existen en la actualidad otros marcos de convergencia como la Mesa Agroalimentaria Argentina, que cuenta con un importante número de cooperativas asociadas, entre ellas la Federación de Cooperativas Federadas. Para profundizar en estos temas, desde Zoom decidimos conversar con Isaías Ghio, actualmente prosecretario de la Federación de Cooperativas Federadas Ltda. (FECOFE), quien además se desempeñó anteriormente como presidente y vicepresidente de esa entidad.
–Se ha planteado que el RIGI está pensado fundamentalmente para empresas extranjeras extractivas, sin embargo hay varias empresas nacionales que podrían sumarse al régimen. Por otro lado, también ofrece una salida para quienes quieren evadir el pago de derechos de exportación, reclamo central de las entidades agropecuarias. ¿Qué impacto tiene el RIGI en el sector cooperativo agrícola?
-En principio el RIGI perjudica al sector cooperativo. Una cooperativa sola o una federación no tiene para hacer inversiones de 200 millones de dólares. Entonces es muy probable que las que nos dedicamos al acopio y acondicionamiento nos veamos perjudicadas. Hay empresas argentinas y algunas de las multinacionales grandes que tienen los 200 millones, por lo que podrían hacer alguna inversión, que podría ser incluso la compra de maquinaria usada. Con ese volumen de inversión se puede hacer una nueva empresa y por 30 años te garantizás el no pago de varias cargas e impuestos. Pueden aparecer nuevos pooles de siembra que en esta línea te puedan decir “vamos a producir de forma saludable bajo tal normativa”, haciendo lo mismo que hace el sector cooperativo pero con todos los beneficios impositivos y de liquidar cuando quieran. Nos explicaba Carlos Seggiaro, economista de Villa María, que en este 2024 se venció una ley que se había hecho en 1994 con Menem que garantizaba el no cobro de impuesto a quienes entraran en un régimen de inversiones. Cuando asume De La Rúa y pone el impuesto al cheque, todas esas empresas no lo pagaron. Cuando asume Néstor Kirchner se da cuenta que fuera de ese régimen habían quedado los derechos de exportación. En este nuevo RIGI los derechos de exportación están contemplados para que no se puedan tocar.
–¿Por cuánto tiempo disponen de esos beneficios?
-Por 30 años estas empresas se garantizan que no pagan ese impuesto. Aparte, no tienen obligación de liquidar ni de ninguna otra contraprestación como la generación de empleo. Es explotar y supuestamente van a generar trabajo. Si reflotan el proyecto de las megagranjas de cerdo que Blaquier quería traer de China, que son unos módulos de 12000 madres, eso tal vez pueda generar empleo. En su momento la gran oposición a este proyecto era más bien ambiental, por la escala del proyecto. Pero pregunto: ¿esto no lo podríamos hacer desde las cooperativas? A otra escala obviamente, con módulos integrados de 200 madres repartidos en 60 establecimientos. Estaríamos hablando de empleo local cooperativo, desarrollando pueblos rurales, aprovechando la producción de grano –maíz y soja— del mercado local y con un impacto ambiental infinitamente menor. En vez de extranjerizar materia prima, le podemos dar valor agregado generando empleo local y desarrollo agrario minimizando el impacto.
Por el contrario, esto no solo beneficia a las grandes por el volumen de inversión necesario para entrar, nos rompen a nosotros porque perfora el desarrollo local en la medida que produce mucha concentración de servicios, no solo el almacenamiento, sino también en el procesamiento y la comercialización de los bienes. Con eso se van comiendo a las que estamos ahí tratando de ofrecer alguno de esos servicios. Esto también atenta contra el desarrollo local de los pueblos, porque se puede dar el caso de que entre una aceitera o alguna exportadora y se termine comiendo todo.
–En esta misma dirección, un tema importante es el que está ligado al empleo, por su capacidad de producir arraigo y expectativas de futuro en las localidades. Entre las modificaciones que trae el apartado de Modernización Laboral se habla de extensión a seis meses del periodo de pruebas y la posibilidad incorporar cinco nuevos trabajadores sin vínculo de dependencia ¿Como impacta las modificaciones en la generación de empleo rural?
-Hay una frase que dice “si vos tenés que darle un año a una persona para saber si se tiene que quedar con el trabajo o no, vos no servís como jefe”. Yo creo que muchas empresas van a hacer uso de la incorporación de monotributistas. Ahora, esa figura del facturador no se va a usar mucho en las cooperativas de pueblo, más que nada por lógica familiar que pesa en las localidades. Después, él que no funciona no funciona pero de eso te das cuenta en el mes uno, aunque siempre brindes oportunidades. Hay muchas cooperativas que funcionan con menos de 30 empleados, el manejo es diferente. En este sentido, el RIGI beneficia a las grandes empresas que van a precarizar el trabajo en la medida que van concentrando. Por eso, es importante hablar con las intendencias y comunas para que entiendan que en estos procesos nos podemos quedar sin vecinos. Se ve una merma importante cuando se hacen los censos, y los que decidieron quedarse ya tienen más de 40 años. Si no tenés una industria que contenga, la gente se va. También vamos perdiendo los profesionales: no hay médicos rurales, no hay maestros rurales, no hay veterinarios. Hay una generación de jóvenes que el campo generó y que no volvió, que si son de familias de productores nos les interesa el campo, que deciden vender o alquilar. Si no hay incentivos reales, estos jóvenes van a construir su futuro en las ciudades.
–Por último, estuve viendo que se planificó una reforma a la Ley de Cooperativas ¿En qué quedó esto?
-El famoso artículo 111 que se propone desarmar los regímenes de exenciones impositivas especiales. No consiguieron las mayorías para aprobarlo pero es probable que lo metan por decreto en el próximo presupuesto. Esto ya viene desde el gobierno de Cambiemos cuando Macri decía que las cooperativas evaden ganancias y eso es una competencia desleal. Esto no es así, en realidad las cooperativas y quienes las componen pagan ganancias de forma individual. Si yo tengo una utilidad y la vuelco a mi ganancia no estoy eximido. Por otro lado, las cooperativas también pagan el impuesto al capital, que si la cooperativa está muy bien es mucho más que lo que se tributa por ganancias. Esta es una discusión más política que tributaria. En su momento Macri planteó en CONINAGRO que las cooperativas se hacen para evadir, ahí demuestra lo poco que conoce sobre el mundo cooperativo. Tenés las cooperativas de servicios que funcionan en los pueblos, que si no estuvieran no habría nada. Ninguna empresa va a prestar un servicio donde no se gana plata. También hay otro mito que dice que las mutuales no tributan, esto no es cierto. Las mutuales pagan IVA cuando comercializan como consumidor final.
Esta ley es una punta de lanza, no es el proyecto completo, pero si tiene el fin de destruir a los sectores colectivos. Ya pasó esto en nuestra historia.