El domingo 16 de julio la provincia de Santa Fe definió los candidatos que competirán en las elecciones generales del 10 de septiembre. Si algo nos dejaron las primarias provinciales fueron los nítidos resultados obtenidos, tanto hacia dentro de los principales frentes electorales, como entre ellos.
Marcelo Lewandowski, senador nacional y candidato a gobernador, demostró ser el más competitivo entre los suyos. Con el 64% del total de votos cosechados en el peronismo, el ex periodista se posicionó en un comodísimo primer lugar frente a sus competidores internos.
Ahora bien, el panorama se torna más sombrío para el candidato peronista cuando hablamos en términos de frentes. Es que no deja de ser menos cierto que las elecciones arrojaron como resultado una derrota contundente del peronismo, que se ubicó más de treinta puntos por debajo de la actual coalición opositora.
Lo que las elecciones nos dejaron. Balance de los resultados
Desde Revista Zoom, dialogamos con Marcelo Lewandowski y le preguntamos, en primer lugar, por el balance que hace de los resultados electorales. Sin desconocer la realidad, el candidato observó que: “Sin dudas el resultado no fue ni cerca lo que esperábamos. Pero acá hay que hacer un análisis, la oposición que siempre se dividió en dos, esta vez se unió para ir en contra del peronismo, y esto se vio reflejado en el resultado”. No se puede negar que tiene un punto. Es que “Unidos para Cambiar Santa Fe” alcanzó en estas elecciones un 63%, no muy lejano al 55% que se obtiene de la sumatoria de votos cosechados entre Cambiemos y el Frente Progresista en las generales de 2019.
Sin embargo, la sangría de votantes del peronismo respecto a las elecciones provinciales mencionadas resulta evidente. En este sentido, advierte: “El peronismo ha perdido una cantidad de votos importante en relación al 2019 y puede ser producto de que las cosas no están saliendo bien ni en la provincia ni en la nación, o que hay mucho disconformismo del sector que nos ha acompañado y votado, no se puede negar esa realidad”. Por eso es que una de las tareas más importantes consiste en reconquistar a aquel electorado que en otras coyunturas acompañó al peronismo. “Hay que ir a representar lo que nosotros entendemos que es nuestro espacio y también a buscar otras alternativas que nos permitan incorporar otra mayor representatividad en otros espacios políticos y otros sectores sociales”, expresa Lewandowski.
Hay que decir que no es un momento sencillo para el oficialismo nacional y el oficialismo provincial. Inflación e inseguridad: a cada nivel de gobierno, un problema distinto. La falta de soluciones a estos problemas que afectan el día a día de los ciudadanos, se materializó en una ola de malestar y descontento que se llevó puesto al peronismo en estas elecciones.
“No se está plebiscitando una gestión” es la respuesta de Perotti (actual gobernador de la provincia de Santa Fe) a la pregunta que le hace un periodista en torno a los resultados adversos. Respuesta que se torna –de mínima— imprecisa y poco feliz en un contexto de gran descontento social y de cuestionamientos al mandatario provincial por el dudoso apoyo proporcionado durante la campaña. Es que, en un esquema de boleta única, cada cual juega su juego, y los candidatos de cada categoría libran su propia batalla más o menos emancipados de las del resto, como algunos arguyen que sucedió con el gobernador y candidato a primer diputado.
Otras elecciones
A pesar de lo que pueda suceder por lo bajo, no hay ánimos de recalentar las internas. Mas bien, todo lo contrario. Dan cuenta de ello los hechos y las definiciones públicas de dirigentes del peronismo santafesino, incluidos el propio gobernador y el candidato a sucederlo.
El martes se encontraron Marcelo Lewandowski y sus competidores de interna en la sede del PJ en la ciudad de Santa Fe y exhibieron unidad para lo que se viene, que será el round definitivo.
“La verdadera disputa es el 10 de septiembre”, dice Lewandowski. Perotti, por su parte señala, en tiempos de metáforas futbolísticas abundantes, y con la intención de aportar una cuota de aliento: “Los santafesinos sabemos que viene otra elección. Ningún partido se gana antes de jugarlo”.
En estas definiciones, que pueden ser interpretadas como expresiones de un peronismo que se resiste a darse por vencido, o de dirigentes que buscan mostrar voluntad antes que derrotismo, hay algo de realidad. Estas elecciones se jugaron en cancha inclinada en contra del peronismo y en favor de la oposición, con parte del prime time mediático y con los focos puestos sobre la interna de Juntos por el Cambio que se desató entre Pullaro y Losada. Una elección que, como otras que se sucedieron recientemente, se nacionalizó y escaló en niveles de popularidad y conocimiento.
“No es cuenta cerrada, es otro partido que comienza”. Con la mirada puesta en lo que se viene, Lewandowski asegura estar preparado para afrontar el desafío mayúsculo de la campaña y asegura también contar con los cuadros técnicos y militantes que se necesitan para la gobernación.
Ante la pregunta sobre si habrá un replanteo en la estrategia de campaña y si buscará desmarcarse de la gestión provincial, el candidato peronista destaca que en la fórmula que encabeza junto a Silvina Frana también está representado el perottismo, aunque este no sea el único sector del justicialismo que representan. Al respecto, agrega: “Vamos a potenciar lo que entendemos que está bien, como la producción, las obras que se han hecho. Pero vamos a marcar diferencia con otras, como la seguridad, o lo que ha sido el tratamiento de los distintos sectores públicos, en donde tenemos diferencias y queremos aportar nuestras formas y nuestras ideas”. Está claro, entonces, que la estrategia de diferenciación radicará en los temas más sensibles de esta gestión que son la inseguridad y la violencia; problemáticas que se extienden por todo el territorio de la provincia, pero que se manifiestan de manera más descarnada en la ciudad y en el departamento Rosario.
Dos modelos en disputa
Lewandowski afirma que en esta nueva etapa que se abre, caracterizada por un mano a mano entre oficialismo y oposición, se lograrán transmitir con mayor potencialidad las propuestas de campaña y se mostrarán con mayor claridad los dos modelos que se enfrentan.
En esta dirección, dispara contra su adversario radical: “Hay un modelo claramente diferenciado en donde quienes se expresan como la solución a los grandes problemas que tiene Santa Fe son los que nos trajeron hasta acá. La violencia que heredamos en 2019 lleva como representante a quien estuvo al frente del Ministerio de Seguridad en el último tramo. En donde no es cierto que los números eran mejores ni las condiciones eran mejores”.
Agrega que el modelo del frente opositor “es el que tiene como uno de sus exponentes al gobernador Morales que viene de reprimir en la Universidad pública”. Y traza un paralelismo entre nación y provincia: “No tengo ninguna duda que vienen a nación y provincia para recortar jubilaciones, para recortar lo que significan los ‘gastos’, o lo que ellos llaman ‘gastos’ y para nosotros es una inversión de la salud pública y de la educación pública. Claramente para aquel que no va en concordancia con esa línea, no van a escatimar en la represión como una alternativa clara para ordenar”, sentencia el candidato peronista.
“Mientras ellos hablan de seguir construyendo cárceles, nosotros decimos que si no hay un trabajo social en cada uno de los espacios más necesitados la situación no va a mejorar. Se triplicó el número de presos en la provincia en 10 años y las cosas no han cambiado. Entonces la mirada tiene que ser global –y por supuesto con firmeza contra el delito— pero también con un trabajo social muy potente para encontrar una salida de vida distinta para muchos sectores de la sociedad”, agrega el actual senador. Una apuesta discursiva osada, en tiempos en los que los políticos se hacen eco de las demandas de orden y de mayor mano dura, y planteos como los de Lewandowski no parecen muy redituables. Como dice a veces, la esencia no está en juego.
Perspectivas
Se trata de una campaña sumamente compleja, que acumula múltiples desafíos para el candidato. Entre ellos, acrecentar su nivel de conocimiento y fortalecer su figura por fuera del departamento de Rosario. En esto incidirá el nivel de apoyo que los dirigentes locales puedan aportar a la estructura provincial.
Es un escenario marcadamente favorable para “Unidos para Cambiar Santa Fe”, que sacó más que el doble de cantidad de votos que “Juntos Avancemos”, y cuyo ganador de la interna, Pullaro, obtuvo más votos que todos los candidatos del peronismo juntos. Sin embargo, Lewandowski tiene mucho por hacer en importantes sectores del electorado. Ni los votos de Losada –quien basó buena parte de su campaña en acusaciones graves a su adversario interno—, ni los de (la diputada Mónica) Fein –con un componente de voto progresista—, son automáticamente transferibles al ex ministro de seguridad y candidato radical. Al mismo tiempo, hay un porcentaje de votantes que por distintos motivos no concurrieron a las urnas el domingo pasado y que podrían hacerlo en las generales, cuando siempre se espera un mayor nivel de participación.
Son momentos de florecimiento de nuevos liderazgos en todas las fuerzas políticas. Los candidatos no se juegan solamente su coronación ante la sociedad, sino también su coronación ante los propios partidos y coaliciones. Por eso, las generales serán el partido por excelencia que defina ganadores, perdedores, o nuevas reglas de juego.